El Mou’s eleven protagonizó un excepcional partido en el Camp Nou que no fue suficiente para certificar la remontada en los cuartos de final de la Copa del Rey
Antonio Blanca
Distintas interpretaciones del partido entre Barcelona y Real Madrid, puede que se haya producido un punto de inflexión en el madridismo, que por primera vez en la era Guardiola el Barça haya temblado y doblado la rodilla ante su eterno rival, si obviamos la final de Mestalla. Claro que como es habitual en los últimos años el equipo catalán ha pasado y el Madrid ha quedado apeado, esta vez de la Copa del Rey, el sueño de un posible “triplete” que se ha esfumado para los blancos.
Un monumento al fútbol el realizado por el Madrid en casa del Barcelona. En la primera media hora pudo ponerse 0-3, el Barça no pasó de medio campo, si bien, al final de los primeros cuarenta y cinco minutos el equipo culé vencía por 2-0 y la sombra de una futurible goleada, otro baño más sobrevolaba las cabezas de aficionados blaugranas y merengues. El equipo de Pep Guardiola inició la segunda parte del mismo modo, triangulando, tocando, gustándose. El Madrid se repuso y metió el miedo en la grada con el 2-1 de Ramos que el colegiado anuló por una supuesta falta del sevillano a Alves, decisión polémica por lo dudoso del agarrón.
Entonces apareció el Madrid del juego, de la pasión, del toque, del honor y el orgullo se hinchó el alma, se quitó la carga pesada del miedo a caer goleado y con Ozil ejerciendo de director de orquesta bordó 25 minutos para el recuerdo. Golazos de Ronaldo y Benzema (mejor que Higuaín que en la primera parte erró dos goles clamorosos mano a mano ante Pinto) y el temor de una remontada en todos los presentes en el Camp Nou.
Remontada que no llegó y que deja fuera al vigente campeón, que mereció mucho más que el 2-2 final, pero el partido de ida del Bernabéu fue una rémora. ¿Qué le pasaría a Mourinho por la cabeza aquel día para poner esa alineación? Seguro que el portugués se ha dado cuenta que cuando más problemas le ha gestado al Barça ha sido cuando ha salido a por él. Tomará nota para futuros choques, porque anoche el Mou’s eleven fue mejor que el Barça en su terreno, en su casa y con sus mismas armas. Algo que todos esperábamos y anhelábamos ver, un partido de tú a tú entre los blaugranas y merengues para dilucidar quién es el rey. Por ahora el Barcelona, pero el Madrid ha encontrado el camino, un empate que puede insuflar dosis gigantescas de confianza para pensar y saber que se puede.
Antonio Blanca
Distintas interpretaciones del partido entre Barcelona y Real Madrid, puede que se haya producido un punto de inflexión en el madridismo, que por primera vez en la era Guardiola el Barça haya temblado y doblado la rodilla ante su eterno rival, si obviamos la final de Mestalla. Claro que como es habitual en los últimos años el equipo catalán ha pasado y el Madrid ha quedado apeado, esta vez de la Copa del Rey, el sueño de un posible “triplete” que se ha esfumado para los blancos.
Un monumento al fútbol el realizado por el Madrid en casa del Barcelona. En la primera media hora pudo ponerse 0-3, el Barça no pasó de medio campo, si bien, al final de los primeros cuarenta y cinco minutos el equipo culé vencía por 2-0 y la sombra de una futurible goleada, otro baño más sobrevolaba las cabezas de aficionados blaugranas y merengues. El equipo de Pep Guardiola inició la segunda parte del mismo modo, triangulando, tocando, gustándose. El Madrid se repuso y metió el miedo en la grada con el 2-1 de Ramos que el colegiado anuló por una supuesta falta del sevillano a Alves, decisión polémica por lo dudoso del agarrón.
Entonces apareció el Madrid del juego, de la pasión, del toque, del honor y el orgullo se hinchó el alma, se quitó la carga pesada del miedo a caer goleado y con Ozil ejerciendo de director de orquesta bordó 25 minutos para el recuerdo. Golazos de Ronaldo y Benzema (mejor que Higuaín que en la primera parte erró dos goles clamorosos mano a mano ante Pinto) y el temor de una remontada en todos los presentes en el Camp Nou.
Remontada que no llegó y que deja fuera al vigente campeón, que mereció mucho más que el 2-2 final, pero el partido de ida del Bernabéu fue una rémora. ¿Qué le pasaría a Mourinho por la cabeza aquel día para poner esa alineación? Seguro que el portugués se ha dado cuenta que cuando más problemas le ha gestado al Barça ha sido cuando ha salido a por él. Tomará nota para futuros choques, porque anoche el Mou’s eleven fue mejor que el Barça en su terreno, en su casa y con sus mismas armas. Algo que todos esperábamos y anhelábamos ver, un partido de tú a tú entre los blaugranas y merengues para dilucidar quién es el rey. Por ahora el Barcelona, pero el Madrid ha encontrado el camino, un empate que puede insuflar dosis gigantescas de confianza para pensar y saber que se puede.