PA' PEDIR LA CUENTA

Foto de mal gusto la realizada en una cena en el Asador Donostiarra en Madrid con Ángel Villar y Enrique Cerezo como protagonistas

Antonio Blanca

Doce de la noche pasadas. Fiesta entre amigos en un conocido restaurante de la capital de España, el Asador. Reunidos en un salón Ramón Calderón (presidente del Real Madrid), Enrique Cerezo (presidente del Atlético de Madrid), Ángel María Villar (presidente de la Real Federación Española de Fútbol) y algunos periodistas y amistades varias. En resumidas cuentas, ese era el cartel. Curiosidades que el presidente de nuestro fútbol se reúna por tríos. Es sólo un dato, se le ve a Ángel como pez en el agua, y le da igual estar con su adorado y querido “trío calavera”, que con quien sea. La fiesta por encima de todo para Villar.

Y en esto que se le canta el cumpleaños feliz a Cerezo. 60 años recién cumplidos por el máximo mandatario atlético y aparece Ramón Calderón con camisetas del Real Madrid (traídas de antemano de la serigrafía del Bernabéu) como regalo para los asistentes, que como se puede observar no tuvieron reparo alguno en posar con ella.

La “foto”. Al verla pensé montaje. Pero con dos llamadas realizadas en cuarenta minutos se despejaron mis dudas. No era un montaje, ni una broma. Era pura realidad. La instantánea era real, no había cábala a la ficción.

Para quedarse patidifuso. Dos noticiones, o no. Que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol pose con la elástica del Madrid no ha de extrañar. Un sujeto que acepta con orgullo la insignia de oro y brillantes del Barcelona, pues no me extraña que pose en una fotografía con la zamarra merengue. Juzguen ustedes la gravedad de cada hecho. Habrá opiniones como tantos colores existen. La mía, más clara que el agua. De un hombre torpe, sólo se pueden esperar actos torpes. De un hombre listo y mezquino, se pueden inferir perversas hipótesis, como que posa para hacer creer a una opinión pública de forma mayoritaria que su club es el Madrid. Luego vienen los hechos en el campo y en despachos y la teoría se desmonta.

¿Cómo cree Enrique Cerezo que se tomarán esta foto los aficionados del Atlético? ¿Cómo puede acceder a posar con ella? No se trata de una camiseta cualquiera, sino de la del eterno rival y que para encima lleva su nombre inscrito. Pues bien, al igual que con lo de Villar, habrá múltiples interpretaciones. Seguidores colchoneros que se mostrarán exaltados e iracundos y otros que lo dejarán correr como una simple anécdota. Para mí, Cerezo accedió a posar con la camiseta blanca primero por la amistad con Ramón Calderón (no quería hacerle el desaire de no aceptarle el regalo), segundo porque era un ambiente festivo (era su cumpleaños) y tercero porque seguro que Cerezo no lo ve más allá de una simple anécdota, un guiño que tal vez no debiera haberlo hecho tal y como están las cosas ahora por el Manzanares, con la cabeza de Aguirre cuestionada y la posición de Copa de Europa en situación delicada.

Pero bueno, saquen sus propias conclusiones. Sean perversos, audaces y monten sus suspicacias. La foto una realidad como una catedral, un momento histriónico, pero anoche para que la vida siguiera igual, el Barça empató con el Valencia con un gol en el descuento (minuto 93) precedido de una clarísima mano de Eto’o, como una catedral también. Villar se mueve en tríos, de momento el favorito suyo continúa siendo el calavera, ¡Villar, Arminio y Laporta! Como dirían por mi tierra, “Ojú que gente”.

Y si van a un restaurante y se encuentran con dirigentes futbolísticos no se olviden de fotografiarlos, háganlo siempre antes de pedir la cuenta, tal vez después prefieran salir corriendo y hacer un “simpa”.