SOLO PASO EL BARCELONA

El Real Madrid y el Sevilla quedaron apeados a las primeras de cambio en la Champions y el único representante español que se sitúa en cuartos de final es el Barça

Antonio Blanca

El único que cumplió con sus deberes de los tres equipos de la liga española en los octavos de la Copa de Europa fue el Barcelona, precisamente el único de los tres que no tenía que salir a jugar con la presión de tener que ganar sí o sí. Remontar en definitiva, y a la postre, fue el único que se llevó la victoria, exceptuando la del Sevilla por 3-2 al Fenerbahce, que igualaba la eliminatoria y suponía prórroga y últimos penaltis, que desgraciadamente fue totalmente inútil. Como el partido de ayer en el Bernabéu, donde los “noventa minuti in Bernabéu son molto longo”, y vaya si lo fueron. Pero lo fueron para el Madrid que tan sólo se dispuso a partirse la cara en los últimos trece minutos del choque, frente a un rival con mucho oficio, cauto y veloz y que fue mejor que los blancos en el partido de vuelta y por ende en el conjunto global de la eliminatoria.

Ocho equipos serán los que conformen el cartel de los cuartos de final, ocho tan sólo serán los que entren en el bombo del viernes 14 de marzo buscando la ansiada “orejuda” en el mes de mayo. Y de esos ocho, habrá mas que uno español, el Barcelona, lo que viene a demostrar que el nivel del fútbol español ha bajado, está en desaceleración, en caída constante y permanente, la liga inglesa nos ha superado y con creces y ahora el fútbol italiano se dispone a batirse el cobre con el nuestro por ostentar el segundo peldaño. Así acompañando a la expedición blaugrana se colocan tres equipos de la Premier, Manchester United, Chelsea y Arsenal, esperando al próximo martes en el que el Liverpool con mucha probabilidad completará el póker británico. También se coloca en cuartos el Oporto, la Roma y el Fenerbahce, nuestros verdugos. Analizando el cuadro de los supuestos ocho mejores equipos de Europa, faltan muchos grandes, pero al fin y al cabo, el fútbol es un deporte y los que están son los que tienen que estar, aquellos que sobre el campo se lo han ganado. La Champions pone a cada uno en su lugar correspondiente, donde se merece, a unos les tributa la posibilidad de soñar, tocar el paraíso y a otros los sume en un mar de dudas, en un titubeante caminar hasta el final de temporada, el Barcelona pagó muy cara su caída la temporada pasada ante los “reds”, el Madrid debe tomar nota, porque un equipo confeccionado a base de talonario, unos cien millones de euros gastados esta temporada, ha caído antes de encaramarse a la última cima, de subirse a la bicicleta para afrontar los grandes puertos, ya no queda la Copa ni la Champions, sólo cabe aferrarse a la regularidad de la liga, la presión ya se ha instaurado en la casa blanca, y Schuster tendrá que demostrar que sus equipos no bajan en la segunda vuelta, porque en el Madrid no se lo permitirán. El alemán se ha ido ganando muchos enemigos, unos deseaban que le ocurriera lo que ahora está pasando, otros han sido ganados a pulso por el alemán. Le queda una carta que jugar, el beneficio de la duda, la liga desvelará el final.

El Barcelona vino con los deberes hechos y bien hechos de Glasgow. Venció 2-3 al Celtic a domicilio, y el martes en tres minutos, ya había certificado su pase a cuartos. Jugadón de los de Rijkaard, hasta 20 toques hubo, para que Xavi (está enrachado cara a puerta) anotara el primer gol de la noche. Se antojaba goleada ante un flojísimo rival, un pésimo oponente que salió acobardado en el Camp Nou. Pero el Barcelona se relajó, se dejó llevar por el pasotismo y el partido resultó infumable. 1-0 y punto. Lo peor, Messi. Su desgraciada lesión otra vez. El bíceps femoral que lo tendrá fuera del verde un mes y medio. Ya van muchas lesiones las que sufre el pequeño argentino para no preguntarse la causa del mal. No son por entradas no lances del juego, es aún peor, son musculares y ahí tiene mucho que ver tanto la propensión de uno mismo a ellas, como la preparación física a la que se le somete, tal vez debieran hacerle un plan específico.

Lo tuvo el Sevilla en sus manos. Lo probó, lo degustó pero no se lo quiso comer. No acabó de creérselo y aunque jugando arropado por su afición (increíble el ambiente del Pizjuán) terminó atrás, asustadizo y nervioso. Jamás se vio defender tan mal a un equipo las jugadas a balón parado. El guión se perpetró acorde con lo soñado por cualquier sevillista. En el minuto 9 de partido los de Jiménez ya vencían por 2-0, y se avecinaba noche grande en Sevilla (sobre todo viendo como estaba su portero, Volkan Demirel, que terminó siendo el gran héroe de la noche). Pero los desajustes en defensa, tanto córners como faltas eran defendidas por los andaluces dentro del área pequeña, dejaron en evidencia a la zaga hispalense, a Palop, y a Jiménez que no supo leer el partido (los cambios llegaron tarde y no en el momento idóneo). Así logró igualar un partido el equipo turco, 3-2 para llegar al final de los noventa minutos reglamentarios, forzar la prórroga y plantarse en los penaltis, donde Demirel fue el héroe al detener los lanzamientos de Escudé, Maresca y Alves. Se esfumó el sueño del Sevilla, una pena por toda esa afición que intentó creer en la remontada, en cincuenta años después volver a hacer historia, pero el sueño quedó en los octavos. Europa no permite perdonar la vida al rival, y el Sevilla el martes no supo finiquitar su partido. Del Nido hablaba de “Hispanisnopla”, en Turquía han bautizado a Sevilla como “Sevimbul”.

No iba a ser fácil. Se apelaba a noche grande del Bernabéu, de esas llenas de misticismo, magia y espíritu. Pero anoche el Madrid no jugó bien, ni tan siquiera le puede quedar al madridista aquello de morir con las botas puestas. Los de Schuster cayeron 1-2, apenas inquietaron a la Roma que jugó un solvente partido, incluso el marcador pudo ser más amplio sino llega a ser por Casillas. Él y Raúl son los únicos que pueden salvarse de la quema. Los demás, todos, incluyendo a Schuster, Mijatovic y Calderón tienen su cuota de responsabilidad. Una de las grandes decepciones de anoche fue Robinho, se le dieron galones de estrella, y ayer ante su gran oportunidad la dejó escapar. Vendrán otras, pero a día de hoy dudo mucho que Robinho esté entre los diez mejores jugadores del mundo. El proyecto de Calderón se tambalea, según él, el Real Madrid infundía miedo en Europa, que explique como, a lo mejor va alguien muy feo en los viajes, o es por el ruido de la “saeta”. De tres torneos en disputa, al Madrid sólo le queda la liga. Es el momento de que miren el cómo y el porqué de este fracaso. Rotundo y sin excusa alguna. Al final el fútbol pone a cada uno en su sitio, y el Madrid está donde lo merece. Schuster (no planteó bien el partido y los cambios llegaron tarde y a destiempo) debe mirarse e irse a un retiro espiritual, porque si ahora apela a la suerte… ¿Dónde ha quedado ese tipo de carácter fuerte y ganador? Anoche el Madrid tenía que partirse la cara propia y la del rival, sólo fue la suya la que quedó rota. Por cuarta temporada consecutiva, su niña bonita, la Copa de Europa le da la espalda, para conquistarla de nuevo hace falta más amor propio y entrega, la ansiada “Décima” debe esperar.