Pequeña polémica desatada por el máximo dirigente del Sevilla en relación con el presidente del Barcelona Joan Laporta
Antonio Blanca
Actuó José María del Nido con ganas de buscar las cosquillas al presidente culé (llamar Juan, a un nacionalista pueblerino catalán es difamar su honor), a cuenta de sus palabras, en las que coincido en el fondo, Joan Laporta está haciendo muchísimo daño a la imagen del Barcelona, todo un “hexacampeón” y que en vez de levantar admiración y envidia (en algunos casos sucede), acarrea animadversión, antipatía. Todo por la estulticia gestión del abogado Laporta.
Y que lleve razón en sus palabras (Valdano ya habló algo parecido y se le crucificó), la gestión de Joan Laporta es por y para los catalanes, no está aprovechando para nada los éxitos deportivos para universalizar la marca “Barcelona”, empequeñeciendo al restringido ámbito regional a toda una insigne institución, que evidentemente no merece tener por presidente a un sujeto como Laporta, cuya ideología es muy respetable, como la de todo el mundo, siempre y cuando sea respetuoso para con las demás. Por ejemplo, y tíldese demagógico, ¿era respetable la ideología del exterminio hitleriano? Al caso, es que Laporta defendió a Oleguer cuando éste publicó una carta en la que manifestaba su apoyo al terrorista y asesino Iñaki de Juana, o que ocupe cargo por ERC en una Comisión del Parlamento de Cataluña, cuando todos sabemos la calaña y clase humana (Perpiñán y Carod Rovira con los dirigentes de la ETA) de algunos dirigentes de este partido.
El pensamiento nacionalista, como el de Guardiola es respetable y compatible en una sociedad con valores democráticos y que quiere presumir de plural. Pero Laporta me da a mí que no es ni tan siquiera un catalanista cerrado con odio superlativo hacia todo lo que huele a español. Quiere aprovechar la gran plataforma que ostenta, ¡que pena de sillón de presidencia del Barcelona!, para dar el salto a la política, y abanderar su causa. La de consultas independentistas sin valor jurídico alguno en pequeñas poblaciones perdidas de la Cataluña más arcaica, la de escupir toda clase de insensateces por la boca, o la de engullido por un carácter fanfarrón, quedarse en calzoncillos en un aeropuerto, o salir en estado ebrio a altas horas de la madrugada. ¿Qué pensaríamos de Florentino Pérez si tuviera todo ese currículo peyorativo detrás? Le estarían cayendo palos hasta el fin del mundo.
Con actos de ese tipo, y permitiendo pancartas del tipo “Catalonia is not Spain”, haciéndose la víctima en una supuesta conspiración de España contra el Barça (¿tanto va Laporta al Luz de Gas?), sus principios de nacional-catalán están bien claros, eso sí, ocupa cargo en la RFEF y ni se le pasa por la imaginación retirar al Barcelona de la Liga española; queriendo erigirse él en protagonista mayor (prepotencia en estado puro) que los jugadores y el equipo que ha logrado un hito jamás conseguido en la historia del fútbol, 6 títulos de 6, un récord que será igualable pero hasta el momento nadie lo podrá batir, denota que a Laporta sólo le importa Juan o Joan Laporta, y que el Barcelona se la trae bien al fresco. Defensor del club pobre, crítico con los millonarios gastos del Madrid, su fichaje de Ibrahimovic es bien distinto, claro, 40 millones de euros más Eto’o al Inter es una obra piadosa para con Moratti, al dueño del Inter le falta dinero, pobre...
Así que Del Nido lleva razón, ha hablado a las claras, con su legítimo uso de la palabra, mi pregunta es, ¿era necesario calentar más el ambiente y darle de nuevo armas a Laporta para que se sienta atacado por todos los frentes?