El
combinado nacional está a un semestre de buscar en la meca del fútbol la
reválida del Mundial de 2010 y con ello ser más legendaria aún
Antonio Blanca
Hacer hoy una convocatoria de España es una de las
tareas de más riesgo.
En el fútbol español abundan los buenos futbolistas que hacen más difícil
todavía la elección de un grupo que sea el idóneo para ganar un Mundial. El
grupo ya existe, pero Del Bosque lo quiere renovar para que no caiga en la
rutina y el conformismo. Hay jóvenes que vienen llamando a la puerta de la absoluta
con fuerza y que transmiten fiabilidad. No
van a poder ir todos a Brasil.
Este es el primer gran examen al que se va a
enfrentar Vicente Del Bosque. Escoger bien no es fácil porque algunos de los que
se queden fuera tendrán argumentos para decir que han rendido a un alto nivel
para estar en Brasil. Seguro que no habrá un billete para algún futbolista que
ha sido protagonista en los últimos éxitos de la selección.
Entonces
se hablará de injusticias y favoritismos. Este tipo de decisiones son las que pondrán al seleccionador en primera
línea de intensos y acalorados debates. Será el máximo culpable si no se
logra el objetivo de ganar, de nuevo, la Copa del Mundo. Se dirá que se ha
equivocado con sus decisiones.
En todos los puestos hay una enorme competencia. Decantarse por
unos jugadores u otros es la gran responsabilidad con la que vive Del Bosque. En la portería ha dejado claro que cuenta
con Iker Casillas, Víctor Valdés y Pepe Reina. El morbo estará en el momento en
el que tenga que decidir quién es el titular. De los tres, ahora mismo
es Reina el que más está jugando. Casillas no lo hace en la Liga y Valdés ha
estado lesionado. Quedan los meses decisivos por delante para saber quién llega
en mejor momento de forma y la regularidad con la que juega en su equipo. Esta
es la primera gran decisión que tiene tomar el seleccionador. Casillas sigue
partiendo con ventaja, pero si su equipo cae eliminado en la Champions y en la
Copa, se puede quedar sin jugar en el tramo decisivo de la temporada.
La defensa es la línea que más puede preocupar el
seleccionador y en la que podría hacer una pequeña revolución. La incógnita
del estado de salud de la rodilla derecha de Puyol y la irregularidad de Sergio
Ramos y Piqué abren las puertas a otros jugadores como Raúl Albiol, Iñigo Martínez, Javi Martínez o Javi García. Lo mismo
sucede en los laterales, donde Arbeloa
no es indiscutible en el Real Madrid y rota de una banda a otra.
Jordi Alba ha sufrido una lesión muscular que le
ha tenido sin jugar el prmer tramo de la temporada. Monreal, Azpilicueta, Nacho, Carvajal, Montoya, Alberto Moreno, Juanfran...
Son varios los futbolistas que maneja el seleccionador para dar refresco a la
zaga.
En el centro del campo hay una larga nómina de
futbolistas que tienen el puesto asegurado, aunque alguno como Xavi está teniendo problemas con las lesiones.
Que Xavi llegue en buenas condiciones a Brasil marcará las posibilidades que
tiene España para ser aspirante al título. Es el que marca el ritmo. Lo mismo
que Xabi Alonso, otro
mediocentro que ha sufrido las lesiones y del que se espera que pueda llegar
sano. Hay fijos como Busquets, Iniesta
y Cesc con los que Del Bosque va hasta el final y por los que también
reza para que no sufran ningún contratiempo. No hay que perder de vista al rojiblanco Koke, la gran revelación
de este curso futbolístico. Y luego están los 'satélites' como Cazorla, Navas, Silva, Mata e, incluso, Isco.
En la delantera estará el gran debate mediático. La confianza
que tiene el cuerpo técnico de la selección en Diego Costa provocará que alguno de los que se consideran intocables se
quede fuera. Del Bosque ha venido contando con David Villa, Fernando Torres, Negredo, Fernando Llorente, Soldado y Pedro.
Estamos asistiendo a una competencia feroz por demostrar quién tiene más gol y
merece estar en el Mundial. De momento gana Diego Costa con sus 19 tantos y ese
fútbol que apasiona al seleccionador lleno de casta, raza y carácter.
Acertar
en la selección de los futbolistas que tienen que representar a España y que
éstos respondan a las exigencias es el gran examen al que se somete Del
Bosque.