jueves, 20 de septiembre de 2007

CON VESTIDO DE ESTRENO

De los cuatro representantes españoles en la Champions sólo el Sevilla cosechó una derrota, contándose por victorias los demás partidos

Antonio Blanca

Otro año más, otro curso futbolístico más que echó a andar y de nuevo aparece en el panorama continental el balón que lleva cosido las estrellas de la Copa de Europa, la competición de competiciones, el trofeo que todos ansían y al que sólo uno de los treinta y dos participantes podrá ponerle el lazo a mediados de mayo, el 21, y en Moscú.

De nuevo se puso el vestido de largo la Champions, el vestido de noche como si de una chica guapa se tratara a la que todos piropean, a la que todos miran, a la que todos le tiran los tejos, la que todos quieren conquistar, la reina de la fiesta, y ella lo sabe, se gusta, remolonea, incluso a veces da oportunidades a quienes menos se lo esperan, y en el último baile se elige al pretendiente definitivo, al mejor de todos, al rey de Europa. Gozo y felicidad que la “orejuda” ha vuelto y no se va de nuevo hasta mayo, ¡que nueve meses tan maravillosos!

La liga española presenta en esta edición un póquer de cuatro equipos, Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla, y todos con diferentes cometidos, si bien al final todos esperan alcanzar el sueño de ser campeón.

Los blancos quieres traspasar la barrera de los octavos de final, llevan tres años seguidos quedándose estancados en dicha frontera sin poder meterse en cuartos, un lujo que el gigante europeo, el club más laureado de todos los tiempos no puede volver a permitirse, puede y debe recuperar el crédito perdido.

El equipo de Frank Rijkaard tiene que demostrar que la eliminación en octavos de final ante el Liverpool la pasada temporada fue fruto de un traspié, la tercera Copa de Europa no está tan lejos si las estrellas blaugranas se conjuntan y reman todas para el mismo lado.

El Valencia a pesar de moverse siempre en interiores ríos revueltos suele realizar dignos papeles y llegar a cuartos (el año pasado fue el único equipo español que se metió). Pulula sobre la capital del Turia el rumor que Quique Sánchez tiene sus días contados como entrenador, y es la misma historia manida de siempre, la que pasó con Cúper, con el “gran” Benítez (el mejor entrenador que el Valencia ha tenido en su historia), Mestalla pide más cera de la que tiene, muchas veces con infundadas críticas a buenos entrenadores. Cada uno tiene lo que se merece al final.

Y el debutante, el Sevilla que tras cincuenta años fuera de la Liga de Campeones, vuelve a reencontrarse con la máxima competición. Su meta será pasar a octavos de final, y ¡ojo! que no se confíe, porque evidentemente la Champions no es la UEFA y puede pagar la novatada y quizás para cuando se de cuenta de ello sea demasiado tarde.

De la primera jornada, Real Madrid, Valencia y Barcelona contaron sus partidos con victorias, sumando los tres primeros puntos y poniéndose líderes de sus respectivos grupos, mientras el Sevilla de Juande Ramos salió con un severo correctivo del Fly Emirates, 3-0 para el Arsenal que se paseó ante un descabezado y muy nervioso club hispalense.

El Madrid ya suma cuatro victorias consecutivas (3 en liga y ésta de la Copa de Europa). Venció con más problemas de los esperados al Werder Bremen, 2-1. Los alemanes salieron sin ningún tipo de complejos al Bernabéu y dirigidos magistralmente por la “perla” Diego (Schuster lo desea para el año próximo) apunto estuvieron de cosechar su primer punto. Pero el Madrid tuvo fases de buen juego, de entradas incisivas por las bandas (Ramos cada vez es más lateral que central), y a Raúl, el gran capitán cerrando un partido diez, con gol incluido, y ganándose de nuevo a su afición por enésima vez, y reclamando puesto en la selección de Aragonés. La “laureada” blanca parece más que merecida, es indecible cuantificar lo que Raúl le ha dado al Madrid y al fútbol. Un jugador de raza única que sigue con hambre de triunfos pese a haberlo conquistado todo y callando bocas a los necios que siguen ninguneándole, y es que no hay más ciego que el que no quiere ver.

El Valencia sufrió en Alemania pero pudo vencer al final merced a un tanto de pillo de Villa. El Schalke 04 mereció más pero tuvo la pólvora mojada y eso no se lo puede permitir un equipo en la Champions, se paga muy caro. Esta victoria debiera ser una balsa de aceite para que los chés vivieran una semana tranquila, pero conociendo al Valencia quién sabe, la suerte para Quique es que el próximo partido es lejos de casa.

Derrota dura y fuerte la que se llevó el Sevilla en su flamante vuelta a la Copa de Europa. Tal vez el rival fuese demasiado grande para el regreso, el Arsenal (líder de la “Premier”) y en su estadio, y para más “INRI” dirigidos por un excepcional Cesc Fábregas, “monsieur qualité”. Goleada y toca despertar. El Ramón Sánchez Pizjuán tendrá que ser un valuarte importante si los andaluces no quieren naufragar en su andadura europea. Si había que fallar, este era el encuentro permisible para ello.

Por último el Barcelona se reencontró con fases de buen juego gracias a Messi, ¡que bueno eres Leo! El Camp Nou pasó una buena noche de Copa de Europa en la goleada por 3-0 de sus jugadores a un desdibujado Olympique de Lyon que nada tiene que ver con ese conjunto fuerte de pasadas temporadas. Ahora los blaugranas deberá confirmar en liga dicha recuperación, y que mejor rival que un Sevilla herido en su orgullo.

Dentro de dos semanas otra jornada más, que ganas, que ilusión, solo mirar el calendario para ver como pasan los días, ya queda menos para que se vuelva a oír el himno de Hendel.

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