lunes, 10 de septiembre de 2007

UNA SELECCION DE PENA

Empate a uno frente a una floja Islandia que puso a España contra las cuerdas gran parte del partido

Antonio Blanca

Se puede calificar con el adjetivo que uno desee. Penoso, paupérrimo, lamentable, denigrante, humillante, así como ustedes deseen enunciar el partido realizado por la desmembrada selección de Luis Aragonés.

1-1 ante Islandia, un país de trescientos mil habitantes donde el deporte más seguido es el balonmano, y el fútbol ocupa el tercer o cuarto lugar en la escala de predilección de deportes (no en vano ocupa el puesto 117 en el ranking FIFA), nos puso contra las cuerdas, nos bajó los pantalones y nos dejó con todas las vergüenzas al aire; y aún así hay que dar las gracias a ese tanto “in extremis” del barcelonista Iniesta que hace bueno el empate entre Dinamarca y Suecia y la derrota de Irlanda del Norte. Resulta irrisoria que una presumible potencia del fútbol mundial como España se juegue su pase a la fase final de la Eurocopa con un país del tamaño de Irlanda del Norte, sencillamente ridículo, como nuestro combinado nacional.

Aragonés ha demostrado que ya no sabe a lo que juega, no sabe lo que convoca, no sabe lo que hacer, los cambios, ni siquiera sus escabrosas broncas surten si a caso algún efecto en nuestros jugadores. El míster madrileño no tenía que estar ya en el banquillo de la “roja”, pero gracias a una falta ética laboral, y al apoyo del necio presidente de la federación Ángel Villar, sigue calentando el banco del que a priori debiera ser el entrenador con más prestigio de España. Pero como no ha sabido, no ha querido irse (tampoco le dejaron), debemos morir con él, sufrir y aburrirnos con este fútbol de patata y lenteja (con todos los respetos), y de poco caviar y champagne.

Pero ya no sólo Luis es el culpable de dicha situación. De los jugadores que componen sobran la mitad, y de los que sí que deben estar, no dan la talla, y los que quizás debieran estar para sumar más a este equipo vagabundo, pues como el refrán clama, “ni están, ni se les esperan”. Es poco comprensible como Alexis, Guti, Morientes, Raúl o Tamudo no entran en las convocatorias del cada vez menos “sabio”. Villa no es ni un ápice de ese delantero que asombró a media Europa, la defensa a excepción de Ramos y con la baja de Puyol, más de lo mismo, todos serían suplentes en las grandes selecciones, eso en un buen caso, pues con suma normalidad ni entrarían en las convocatorias. Xabi Alonso, con lo buen futbolista que es, no da una patada a un bote con España, Xavi tampoco termina de soltarse, Joaquín batalla solo y no combina con nadie, Silva se diluye como un azucarillo, ¿alguien me explica que pinta este futbolista en la selección?, y Torres, la eterna promesa que lleva, ¡un año sin marcar un tanto con España! Curiosamente el mismo tiempo que Raúl ha dejado de entrar en las listas de Aragonés. Tan sólo Iker Casillas es el jugador que de verdad da la talla, junto con el salvador Iniesta. Éstos si que jugarían de titulares en Holanda, Brasil, Inglaterra, etc.

Tal vez, e insisto, tendríamos que dejar de creernos el ombligo del mundo, los más guapos y más listos, porque luego llega cualquier selección humilde, y nos da un repaso en toda regla, nos pone en nuestro sitio. La mediocridad histórica, esa que dice que España es una potencia mundial a nivel futbolístico, pero ojo, en clubes, porque en selecciones sólo tenemos la Eurocopa de hace cuarenta y tres años, y así seguirá pasando el tiempo, hasta que se nos quite la caraja de encima, el miedo a ser algo , a saber a qué jugamos, a ser competitivos, a querer hacer disfrutar a cuarenta millones de personas, en fin a ser de verdad una selección, no una banda de pueblo, que suena mal, con la trompeta tocando “Paquito el Chocolatero”, el trombón sonando con acordes de “La cucaracha” y el bombo, lo toca nuestro Manolo, nada más.

Menos mal que nos queda España, los chicos de oro, los campeones del mundo, los mejores de verdad, la selección de cómo “Pepu” dijo, BA-LON-CES-TO. Eso sí es dar alegrías.

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