Antonio Blanca
Las paradas de Miguel Ángel Moyá y una genialidad de Varela y el "Caño" Ibagaza fulminaron a uno de los mejores Real Madrid de la temporada, que brilló en su juego pero echó de menos su pegada letal, esa pólvora que le distingue de los demás y que en la noche de ayer estuvo mojada, para aumentar a quince años su mal fario copero. El Madrid suspendió, otra temporada más, su asignatura pendiente,
El equipo de Bernd Schuster fue víctima de su propia medicina. Se topó con un portero que tuvo un imán en el cuerpo, todos los balones iban al muñeco, y perdonó un arsenal de ocasiones para dejar de soñar con el triplete a las primeras de cambio. Y eso que el conjunto madridista firmó uno de sus mejores partidos de la temporada, pero chocó con Gregorio Manzano, un técnico que tiene tomado el pulso a la competición del 'KO'. Soportó el vendaval de fútbol blanco de la primera mitad. No se descompuso pese a mostrar un Real Mallorca desconocido, miedoso, que apenas cruzó el medio campo. Y mató en el momento clave del duelo.
Presión, toque y esfuerzo máximo en cada balón hicieron al Real Madrid dominador total del tempo del partido. Schuster volvió al doble pivote, con Gago y "Guti", que generaron fútbol a raudales. Se acercan partidos ineludibles, como el del Calderón, y "Guti" quiere recuperar su rol. Desde el inicio estuvo en todo. En la creación y la destrucción. Sabía que con Gago de escudero y Baptista cerca, era su oportunidad para demostrar a Schuster que es el momento de su regreso a la titularidad. Con la velocidad que impuso "Guti", un Real Madrid con suplentes con hambre, devoró al Mallorca.
Acostumbrados en el Bernabéu a los milagros de Iker Casillas y la pegada letal de Raúl y Van Nistelrooy, los aficionados no creían lo que veían. Dudek era un espectador más y Moyá tuvo que salvar hasta seis claras ocasiones y cuatro disparos lejanos. Una primera mitad aplastante sin premio. Ver para creer que los merengues no se fueran al vestuario con un 2-0 ó 3-0.
Manzano reaccionó en el descanso. Dio entrada a Ibagaza y los baleares tuvieron más posesión del esférico. El silencio del Bernabéu y el primer tiro a puerta de Jonás, hacían recordar eliminaciones pasadas coperas. El Real Madrid se encomendó a Van Nistelrooy primero, que prolongó el carrusel de fallos con un remate plácido en el área chica a las manos de Moyá, y posteriormente a Robinho, que revolucionó el duelo por minutos pero acabó desesperado. Los nervios aumentaban con ocasiones como la marrada por Baptista. Dormido toda la noche, un rebote de un pase le dejó con la portería a placer y remató fuera.
Los minutos pasaban y la máxima del fútbol planeaba
Si los blancos quieren sacar algo positivo del partido es la recuperación del buen fútbol, hubo fases de toque brillante y rapidez, pero faltó el gol, la salsa de este deporte. El domingo toca derbi, veremos como ha encajado el Madrid este golpe.
2 comentarios:
Toma toma y tomaaaaaaaa. A cuartos, ahora el Getafe. Pero le hemos dao al Madrid en toa la boca y con robo arbitral incluido. Historico!!!!!!!!!!!!!!!!Amunt Mallorca
Senccillamente el Madrid tuvo q probar su propia medicina. Era cuestion de tiempo q la suerte le desapareciera a schuster q se piensa capello xo no lo es. M alegro xq un modesto le haya metio a un grande. es bueno xa el futbol.
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