domingo, 23 de noviembre de 2008

EL INTER MAS LIDER

Aránzazu Gálvez

Viendo el clásico disputado entre Inter y Juventus, hay que proponer un nuevo sinónimo al término “batalla”. Después de lo visto hoy en San Siro, ha quedado demostrado que tanto “batalla” como “partido de fútbol” pueden significar la misma cosa. El partido ha sido tremendo. Con dos equipos que arriesgaban, incluso el visitante juventino aún más que los locales, que luchaban cualquier balón, se entregaban al esférico, hacían lo que fuera por tocarlo: mordían, pegaban, agarraban. Incluso el espectador que lo haya visto desde casa ha terminado con las piernas destrozadas de tanta tensión.

Entre tanta pelea, codazos asesinos y choques desmesurados, Muntari ha conseguido el único gol del partido. Un tanto que al final parecía merecido, justo, y sobre todo muy agradecido. Tanto esfuerzo no podía quedar en vano para los dos conjuntos. Alguien tenía que sentirse totalmente satisfecho. Y le ha tocado a los nerazurri, que afianzan aún más el liderato de la clasificación, algo que va a costar mucho quitarles.

El partido ha sido tan intenso, que incluso los que no tenían invitación han participado. Con el encuentro perfecto para Sissoko, Stankovic o Muntari, soldados fieles a la lucha y dependientes de una fuente de sentido común, los únicos que no se divertían eran los coroneles: Del Piero e Ibrahimovic. Pero en la segunda mitad, el italiano ha enseñado cómo se entrega el balón al compañero, en qué momento y con qué estilo. Por su parte, el sueco ha tenido ocasiones muy claras, aportando un trabajo defensivo raramente visto en él otras ocasiones.

Así da gusto ver partidos de Italia. No hacen falta goles. Sólo demostraciones de orgullo, matrimonio inmortal con la camiseta y exaltación máxima de valores como la entrega y la esperanza. Además, ha quedado demostrado que ambos conjuntos tienen verdaderos entrenadores de fútbol comandando en el banquillo.

Mourinho ha sabido gestionar el enésimo problema que tiene Adriano con el club, pero además le ha añadido al brasileño sentido del trabajo, inyectándole un plus de competitividad, de desgaste físico y de predisposición a la unión con sus compañeros que aumenta su nivel como jugador de fútbol. Por su parte, Ranieri ha obrado un auténtico milagro con la Juventus. Ha fusionado al equipo de tal forma que hasta jugadores discretos, incluso vulgares, aportan más de sus posibilidades reales. Hombres como Legrottaglie, Molinaro o Grygera están dando una seguridad defensiva muy difícil de entender. Perfecto el trabajo de ambos técnicos hasta ahora.