Ganó el Barcelona la final de la Copa del Rey, la número 25 ante el Athletic de Bilbao y sin despeinarse
Antonio Blanca
Lo habían anunciado. Proclamado a los cuatro vientos sin vergüenza alguna. Todo lo contrario. Sacando pecho henchidos de orgullo por tan “loable” hazaña. Plataformas catalanas y vascas pidieron días antes a la noche de ayer, boicotear el himno de España, de su propio país (por eso de las autonomías y sentirse una nación distinta), dando la espalda y bufando como animales cuando sonaran los acordes. Y lo que todos temíamos, ocurrió. Villar, ese presidente “barriguita” del fútbol español, dijo que no pasaba nada, que tan sólo eran unos pocos. Falacia y de las gordas. Pitó más de la mitad del estadio. Si estaban unas 60.000 personas, pues hagan cálculos. Para más INRI apareció el “iluminado” Laporta, el presi culé, el que ostenta un cargo por Esquerra Republicana en la “Generalitat” de Cataluña (se piensa el buen hombre que todo catalán es nacionalista y aficionado al Barça), ese hombre que discrimina a los aficionados culés de fuera de Cataluña, los seguidores del Barça en Andalucía, Valencia, Galicia… que haberlos, los hay, aunque con comportamientos tan sumamente deleznables, cada vez sean menos. A lo que iba, que demasiadas churras con merinas se han mezclado, Joan dijo que era la final entre dos países. Bueno, enhorabuena campeones del mundo Vasco-Catalán. ¿Para qué jugaron ayer la final de la Copa de su Majestad el Rey de España? No lo entiendo. Propongo desde aquí que se cree cada 13 de mayo, el mundial Cataluña-País Vasco, y claro está para darle internacionalidad, que se juegue en España, Valencia, Madrid, Zaragoza, Baleares, etc. Aunque en Baleares mejor que no, que tal vez y un día de estos se quieran sumar a tan grandioso mundial, y no pueda.
Dejando aparte la política, lo vergonzoso que fue el comportamiento durante el himno, la patética manipulación de TVE (que se olvidó que el encuentro lo retransmitía para toda España y no única y exclusivamente en el País Vasco y Cataluña), que en directo no ofreció el himno español, y en el descanso, tras una limpia de silbidos, ya lo puso para que todos los españoles lo viéramos, diré que el Barcelona ganó justamente al Athletic, tras darle un repaso, 4-1 que pudieran haber sido más. Se adelantaron los rojiblancos, tanto de cabeza de Toquero, pero la presión culé, los nervios y la abismal diferencia de fútbol entre un equipo y otro hicieron el resto. Touré, Messi, Bojan y Xavi certificaron la remontada, en un choque donde los pupilos de Guardiola salieron algo atenazados, entumecidos (sobre todo Messi), pero que poquito a poco fueron haciéndose con el control de la pelota y jugando fútbol-arte a las mil maravillas.
Rey de Copas el equipo de Guardiola, que empieza a ajustar partidos, a saldar cuentas, y a ver que el triplete está tocándose con la punta de los dedos. La Copa del Rey ya en el bolsillo, la liga tres cuartos de lo mismo, y con la mirada situada en un punto fijo, un día clave en el calendario, el 27 de mayo, final de la Champions League.
Dejando aparte la política, lo vergonzoso que fue el comportamiento durante el himno, la patética manipulación de TVE (que se olvidó que el encuentro lo retransmitía para toda España y no única y exclusivamente en el País Vasco y Cataluña), que en directo no ofreció el himno español, y en el descanso, tras una limpia de silbidos, ya lo puso para que todos los españoles lo viéramos, diré que el Barcelona ganó justamente al Athletic, tras darle un repaso, 4-1 que pudieran haber sido más. Se adelantaron los rojiblancos, tanto de cabeza de Toquero, pero la presión culé, los nervios y la abismal diferencia de fútbol entre un equipo y otro hicieron el resto. Touré, Messi, Bojan y Xavi certificaron la remontada, en un choque donde los pupilos de Guardiola salieron algo atenazados, entumecidos (sobre todo Messi), pero que poquito a poco fueron haciéndose con el control de la pelota y jugando fútbol-arte a las mil maravillas.
Rey de Copas el equipo de Guardiola, que empieza a ajustar partidos, a saldar cuentas, y a ver que el triplete está tocándose con la punta de los dedos. La Copa del Rey ya en el bolsillo, la liga tres cuartos de lo mismo, y con la mirada situada en un punto fijo, un día clave en el calendario, el 27 de mayo, final de la Champions League.