Antonio Blanca
En efecto, había malos augurios. No en forma de pájaros hambrientos (cuervos si se diera el caso), ni eclipses de sol, ni lúgubres profecías escondidas en órganos animales. Simplemente se sabía que se tienen que alinear muchos astros para que el Betis gane en casa, y que el resto de equipos que hacían caravana hacia el infierno se enfrentaban a rivales que no se jugaban nada, y que como poco estaban desmotivados. ¡Qué suerte tuvo Osasuna de tener en su última jornada partido contra el Real Madrid!
Se cumplió la profecía y el Betis desciende a segunda división por un solo gol, que bien podría ser el que Kanouté le endosó en el último derbi en el Sánchez Pizjuán y que entonces parecía no servir para nada ante el resultado final de 2 a 1 para el cuadro verdiblanco. Paradojas de una rivalidad sempiterna y ahora más desigual que nunca. Estaremos ayunos de derbi sevillano el año próximo seguro y quién sabe si algún otro más.
A la hora de escribir, hay pocas reacciones por parte de la directiva bética, amén de la rotura de alma sufrida por don "Manué", unánimemente señalada como causante de la debacle, que de siquiera algún mensaje de optimismo (se sabe que Nogués no seguirá en el banquillo bético y que se ha contactado con el ex del Málaga, Antonio Tapia), de líneas de futuro, de vías para una buena planificación. Tras los primeros minutos de desconsuelo bético, con imágenes despiadadamente largas de ríos de lágrimas, llega la hora de la reflexión, y un pensamiento generalizado entre la resignación, la racionalidad y el habitual optimismo bético de que el descenso incluso puede servir para una limpieza profunda en los estamentos del club y para una honda reflexión.
No es Lopera el único culpable del descenso, evidentemente. Al Betis sólo le bastaba ganar el último partido, materializar sus ocasiones, o aprender que deben replegarse rápido para evitar contragolpes del rival, y ahí Lopera pinta poco o nada. Que yo sepa, son los jugadores los que saltan al verde y no don "Manué". Que sí es el principal culpable de una mala gestión que ha llevado al equipo a coquetear con el descenso durante las últimas temporadas, pese al fichaje de jugadores contrastados, técnicos de diferente calibre y una aceptable economía junto con una masa social como pocas, con un equipo que venía de completar una de las mejores temporadas para el club con la consecución de la Copa del Rey y el acceso a la Champions. Eso sí, que a nadie se le olvide que el Betis es de un señor, llamado don Manuel Ruiz de Lopera, que es el que se juega su propio dinero.
Este viaje, espero que temporal, por la segunda división en plena época de rescisión económica general y con la crisis crediticia global amenazando las arcas de muchos clubes españoles, debe servir para una optimización de los recursos (las pérdidas y beneficios las acomete Lopera, nadie más). Procurar que los jugadores que se queden lo hagan con ilusión por el equipo y a sabiendas de que va a ser un periplo duro. Hacer todo lo posible por mejorar la cantera bética, poco fértil es los últimos años y que antaño nutrió un conjunto compacto de jugadores.
Pero la mayor reforma pasa por los representantes institucionales. Lopera es el máximo responsable de un tipo de personaje y una manera de gestionar ya algo caduca y no sólo en el mundo del fútbol. A los jugadores ya no sólo se les motiva con primas y con cheques en blanco, deben creer en un proyecto deportivo dirigido por personas en las que confíen.
Y mientras las reformas en este sentido puedan tardar mucho en llegar debido a la reticencia de Lopera por vender las acciones por debajo del precio que él considera apropiado, es la afición bética la que tiene la llave de la recuperación. Una afición acostumbrada a que las idas y vueltas entre el "Musho Beti" y "viva er Beti manque pierda" sean ya topos de la historia verdiblanca.
Con un lema se han de presentar la temporada que viene. Que al final de la Palmera se encuentre el ascensor que devuelva a los verdiblancos a la primera.
6 comentarios:
Lo del Betis se veía venir aunque es algo muy curioso lo que le ha pasado este año ya que, ni en la primera vuelta ni en la segunda vuelta, ha terminado entre los tres peores de la Liga... Sin embargo, en el compendio de los dos, ha terminado antepenúltimo.
Mala gestión, mala suerte, bajón físico-mental de jugadores claves, no ganar partidos que parecían claramente ganables (el partido de San Mamés lo perdió ante un Athletic Club con bastantes suplentes)... El Betis se ha ido a Segunda con una extraña sensación de no haber sido uno de los tres peores equipos pero, sin embargo, de no haber destacado absolutamente en ningún momento de la Liga. Y lo peor es que han descendido en un año que el Sevilla, pese al divorcio existente entre Jiménez y sus espectadores, ha terminado tercero y como única alternativa a los dos grandes de la próxima temporada.
Patética tu defensa a Lopera. nada más que añadir.
De acuerdo con Mucho Beti. Lopera dimisión. Vergonzoso lo q le ha hecho al Betis
Los andaluces van a tener una segunda magnifica
Adios a primera adioooos.
Me da 1 pena terrible q el Betis no vaya a estar la próxima temporada en la Primera. Pero volverá. Ánimo desde Valencia
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