lunes, 27 de julio de 2009

EL DE SIEMPRE COMO LA MAYORIA DE LAS VECES

Triste empate del Real Madrid en su debut en la Peace Cup ante un rival infinitamente inferior que despierta interrogantes en la plantilla blanca

Antonio Blanca

Mucho glamur, estreno y fichaje nuevo, y tuvo que ser como siempre el hombre de siempre, Raúl marcó el único gol madridista en el estreno del conjunto blanco en la Copa de la Paz ante el Al Ittihad, que finalizó con empate a uno. Ronaldo, Benzema y Granero debutaron en el Bernabéu en un partido gris que dejó en evidencia la forma física del equipo de Pellegrini. Queda todavía un mundo, es más la temporada aún no ha arrancado, pero es sintomático que en dos partidos, el de Irlanda y el anoche, el Madrid con más de 200 millones de euros gastados para reforzar el ataque no haya sido capaz, de ante dos rivales de nivel mucho menor, marcar tan solo dos goles.
El Al Ittihad, un equipo sin repercusión internacional, sonrojado días atrás por el ecuatoriano Liga de Quito, dejó en evidencia la puesta en marcha de la nueva maquinaria blanca, incapaz de sacar adelante el duelo ante el entusiasta conjunto saudí en el Santiago Bernabeu, en el compromiso del torneo de la Peace Cup.
El reencuentro con la afición vino alentado por el entusiasta proyecto generado por la nueva cúpula blanca. Estrellas de relumbrón para generar aires nuevos en un equipo que languideció hace pocos meses. El desarrollo aplacó el brío. Y las carencias de antaño asomaron durante el partido. Arduo trabajo en defensa, pues a balón parado el equipo merengue debe generar pánico a sus aficionados.

El chileno Manuel Pellegrini tiró de argumentos. De caras nuevas de un proyecto liderado en el campo por el portugués Cristiano Ronaldo, que empezó pegado a la banda izquierda mientras el holandés Wesley Sneijder lo hizo por la derecha. Mucho toque y poca profundidad en los metros finales. Más entusiasmo ofensivo puso el cuadro árabe.

Cada acción local estuvo acompañada de una floritura, especialmente de Cristiano Ronaldo, demasiado pendiente de la expectación que ha generado su llegada al Real Madrid y su puesta en escena en el Bernabéu que de jugar con los demás compañeros.

El Al Ittihad no le volvió la cara al duelo. De hecho, la primera ocasión clara fue suya. A los cuatro minutos. Hicham Aboucherouane obligó al polaco Jerzy Dudek a intervenir. El mal rechace del meta no fue rentabilizado por ningún rival.

Con exceso de toque y escasez de profundidad aceleró el paso el Real Madrid en el ecuador del primer tiempo. Dos avisos, con disparos lejanos. Uno de Wesley Sneijder y otro, a continuación, de Cristiano Ronaldo. Ambos se fueron alto.

La más clara fue de Raúl. Cerca de la media hora, con un disparo según le llegó la pelota, que invitó al meta Mabrouk Zaid a realizar una gran parada.

Las grandes carencias blancas siguen en la zaga. Formada por Miguel Torres, Christoph Metzelder, Ezequiel Garay y Royston Drenthe. Sus dudas alimentaron las expectativas visitantes. Con ocasiones impensables, como la de un disparo de Hicham y sobre todo un cabezazo que se marchó fuera de Naif Hazazi tras una mala salida de Dudek.

Ronaldo pudo marcar al borde del descanso. Tras una serie de paredes con Karim Benzema su tiro fue desviado por Zaid.

El cuadro de Manuel Pellegrini acentuó la presión tras el descanso. El juego se aglutinó en el campo del cuadro árabe. Y llegó el gol de Raúl. De media vuelta, tras ser divisado por Benzema, que le proporcionó el pase.

En nueve minutos, sin embargo, el Al Ittihad neutralizó la energía blanca. Obtuvo el empate el cuadro saudí, que rentabilizó una falta lateral lanzada por Ahmed Almukhaini rematada de cabeza, a la perfección, por Aboucherouane. Fue el preámbulo del descanso para Ronaldo y Benzema, que dejaron el césped junto a Fernando Gago en lugar de Gonzalo Higuaín, Arjene Robben y Guti. De una tacada.

Después, Esteban Granero debutó en su nueva etapa madridista. Con un cuarto de hora por delante para desatascar la espesura blanca. El madrileño, adoptado con entusiasmo por la afición, pudo marcar en su primera presencia con un gran tiro que repelió el larguero.

También pudo marcar el Al Ittihad. Pero echó a perder un mano a mano de Almashol con Dudek y otro posterior de Abushgair, más claro.