El Barcelona se llevó el clásico de la BBVA que más expectación había levantado en el último lustro por un fácil 0-2
Antonio Blanca
Es fenomenal la maquinaria propagandística del Real Madrid. Los gabinetes de comunicación y prensa realizan sus labores con una precisión y una displicencia digna de la entidad para la que trabajan. No así ocurre con los jugadores blancos que están realizando una temporada llena de altibajos, con más sombras que luces, con poco fútbol y resignando a su afición a pasar un bache difícil y lo peor, a reconocer porque es palpablemente manifiesto que su eterno rival, a día de hoy está dos peldaños, incluso tres si apuramos por encima. El Barcelona, un equipo de cantera y no de cartera, cuyo filosofía está clara, y que sabe lo que hacer en cada momento. El Real Madrid lleva 6 años de manera consecutiva cayendo en los octavos de final de la Copa de Europa, los equipos de clase media del viejo continente le han perdido el miedo, ya no atemoriza ir al Bernabéu a jugarse la vida en una eliminatoria. Sin embargo, el Barcelona parece un monstruo inalcanzable para los demás equipos, sean de clase baja, media o plagados de estrellas, sus números en Champions vuelven a evidenciar la diferencia entre uno y otro, cuatro semifinales en seis años, dos Copas de Europa y este 2010 pinta tres. Sería ya el batacazo final, el hundimiento moral del madridismo militante, que no podría soportar ver al Barça bailando y festejando la Champions (la niña bonita del Madrid) en su propio campo, y para colmo de males, saliendo de celebración por Cibeles. ¿Cornudos y apaleados? Con perdón de la expresión, sería el acabose de un lustro negro en la historia del Madrid.
En el clásico se impuso la lógica. Casillas empató con Valdés a paradas, en los demás puestos, los blaugranas estuvieron sobrados ante los merengues. Les quitaron la pelota, y desde Piqué a Pedro fueron solventes y mejores, dando la impresión de jugar a un 70% ante un rival deslavazado, ahíto de fútbol, con ansiedad en ocasiones, depresiones en otras, como su entrenador, un espantapájaros de acento chileno y mirada autista. Guardiola barrió a Pellegrini, como en las citas esperadas por el Real Madrid ha pasado esta temporada, el entrenador rival, ya sea del Alcorcón, Milan, Lyon, le ha sabido ganar la obra de ingeniería futbolística al “ingeniero”. El culmen al despropósito que es Pellegrini como entrenador se gestó en el cambio final, quitando al máximo goleador del equipo, Higuaín para dar entrada a un “zoquete” con botas, Benzema, una promesa en Francia, un “aborto” futbolístico en Madrid. Messi ganó a Cristiano el duelo particular. El portugués se empeñó en hacer la guerra por su cuenta, escribiendo otro capítulo más de su “Yo (Ronaldo) contra el mundo”. Messi está tocado por la varita mágica de los dioses, y se encuentra en permanente estado de gracia. Si encima de tener la lámpara mágica con el genio de Aladín concediéndole deseos, tiene un aliado de la calidad de Xavi, el resultado es temible para el rival.
Un equipo tocado moralmente, con la difícil tarea de una remontada que ya no depende de ellos, el Madrid tiene que esperar dos fallos (empates o derrotas) del Barcelona, y hoy por hoy, parece un sueño de verano “shakesperiano” que ocurra.
La jornada 31 marcada por el Madrid-Barcelona, dio inicio en Málaga, ganando el Sevilla de la cantera por 1-2 al equipo de López Muñiz. El partido fue disputado, y cayó del lado sevillista gracias a la colaboración involuntaria de Munúa que facilitó a “Lolo” el tanto de la remontada para seguir en puesto Champions una semana más, bueno unos días que entre semana tenemos liga.
En Xerez hubo polémica y bronca. Venció 0-1 el Getafe al conjunto de Gorosito en un partido de guerrillas y entradas duras, piques y discusiones donde lo menos importante era jugar al balón. Victoria que permite a los madrileños seguir con la ventana del sueño europeo abierto.
Por la mínima se impuso el Villarreal con un gol de Godín, 1-0 al Sporting de Gijón. Tres puntos para el “submarino” que no cesa en su empeño de volver a bucear por aguas europeas en la 2010/2011. El equipo de Preciado aún con la derrota sigue viviendo tranquilamente en la zona media de la clasificación sin sobresaltos.
0-0, mal resultado que no satisface ni a Tenerife ni al Valladolid. Debutaba Clemente en el banquillo de Pucela y no hizo bueno el dicho de “a entrenador nuevo, victoria segura”. Claro, que también es difícil que con los planteamientos de Javier Clemente, “amarrategui” máximo se produzcan victorias como rosquillas con sus equipos. A falta de 21 puntos por disputar, los rezos y las matemáticas empiezan a funcionar en ambas ciudades. El futuro se antoja negro de ahora en Adelante.
Explicado quedó. Superioridad clara como el agua de un manantial la del Barcelona de estos últimos tiempos sobre el Real Madrid de los 250 millones de euros arrojados a la basura. Cuarto clásico consecutivo (nunca en la historia había pasado, como que el Barcelona se llevara del Bernabéu por dos temporadas seguidas la victoria) para el Barça y para Guardiola, que hace casi todo bien (¿meará colonia?). El Real Madrid salió enchufado intentando amedrentar a su rival durante quince minutos, los que tardó Xavi en coger la pelota, ordenar a los suyos y repartir juego a la perfección. El físico del Madrid todavía aguantaba, en la segunda mitad del partido los jugadores blancos se desinflaron y fue un monólogo de toque del Barça. Sólo alguna contra y jugada a balón parado para inquietar a Valdés. Salió “Guti”, posiblemente para jugar su último clásico, y cambio levemente la fisonomía de su equipo. Regaló un gol a Van der Vaart, oxigenó el medio campo, incluso el Madrid trenzó varias jugadas olvidándose del balonazo. Pero ni Higuaín, ni Ronaldo (jugó unos de sus peores choques con el Madrid) tenían buena puntería, solo apuntaban al muñeco. Así que Pedro en una contra, marcó el 0-2 final, cruzando el balón a Iker Casillas que nada pudo hacer. En la primera parte, Messi había adelantado al Barcelona con un gol de listo, aprovechando una buena pared con Xavi y que la defensa blanca estaba más pendiente de protestar a Mejuto que de defender. Con este panorama, y a falta de siete partidos, todo hace indicar por el desarrollo de la liga que el conjunto de la ciudad condal tendrá jornadas de fiesta allá por mayo. En el Madrid tan sólo esperar un “milagro” y a gastar más dinero el próximo verano. Hay es líder indiscutible.
Llegaba el domingo con la resaca del Madrid-Barcelona de la noche anterior.
En Pamplona ganó el Osasuna de Camacho 2-0 al Zaragoza que gracias a que sus perseguidores fallaron en esta jornada no ve peligrar de momento su salvación. Fue un triunfo trabajado, y que les asegura no de manera matemática aún, seguir en los pastos dulces de la primera el año que viene.
El Deportivo empató en casa, 1-1 ante el Racing de Santander con lo que pierde fuelle en su lucha por meterse en Europa. Riki adelantó a los gallegos con el tanto más rápido de la temporada, mientras que Toni Moral puso las tablas en la recta final del choque para rescatar un importante punto para la salvación de los pupilos de Portugal.
Bravísimo a Caparrós y a sus “leones”. Vaya temporada para enmarcar la del Athletic de Bilbao, que pasó por encima en San Mamés, 4-1 al Almería. Sin prisa pero sin pausa, sin alzar la voz, sin hacer excesivo ruido, el conjunto vasco ocupa puestos de Liga Europa y tiene la Champions a sólo un partido. Un ejemplo de trabajo y de saber hacer el del entrenador sevillano y por ende, sus alumnos.
Era liga, y tras varios partidos de cal, tocaba la de arena esta vez en los de Quique Sánchez Flores. 3-0 perdió en casa del Espanyol el Atlético de Madrid que volvió el domingo a las andadas y mostrar su peor cara. No fue rival para un gran Espanyol que hizo, tal vez, el mejor partido en todo lo que va de temporada. Tres puntos vitales para los “pericos” que han dejado casi sin opciones europeas a los rojiblancos vía liga.
Terminaba en el Ono Stadi la jornada. Duelo de dos equipos de la parte noble de la BBVA. Mallorca en casa frente al Valencia. Ganaron 3-2 los del profe Manzano que tuvieron gran acierto de cara a la puerta de César y que supieron templar nervios en los instantes finales del partido cuando más arreaba el equipo de Emery buscando el empate que no llegó y que permite al conjunto balear igualar a puntos al Sevilla y pelear por un puesto Champions.