Final
para enmarcar, para no olvidar, España pasó por encima de Italia goleándola por
4-0 para hacerse eterna
Antonio Blanca
Con
la perspectiva que el tiempo siempre nos ofrece, con el paso de los años,
dentro de pocos o muchos, cuando tengamos hijos o nietos, o simplemente cuando
nuestra melena vista blanca, diremos que hubo un tiempo, cuatro años, ¿quién
sabe si más?, a principios del S. XXI, en que un equipo reinó el fútbol
mundial, de Austria a Ucrania, pasando por Sudáfrica, con Viena, Johannesburgo
y Kiev como “ciudades españolas”. Esa selección se hizo leyenda, inmortal,
inscribió a fuego en la historia su nombre, porque lo ganó todo, concatenó
exhibiciones portentosas con triunfos épicos. España, la selección de fútbol,
el mejor equipo de todos los tiempos en el deporte.
Quien
escribe este artículo ahora lo hace inmerso en un sueño, en una burbuja tan
grande que no es consciente realmente de la magnitud de lo logrado por la
selección española de fútbol. Disfrutemos de esta triple corona, no en puridad,
puesto que han sido dos torneos distintos, Eurocopa, vencidas dos de manera
consecutiva y el Mundial de 2010.
La
final fue la soñada. El primer tiempo un cántico al buen gusto, al fútbol al
primer toque, a la cobertura, a dame el balón que te doblo, toco, toco, coso el
hilvano, rompo por dentro, abro hacia fuera. Centro, tiro, marco, presiono,
robo… Una oda al fútbol exceso. Preguntó Bécquer en una de sus rimas, ¿qué es
poesía? Pues bien, poesía es España, en estado puro. 2-0 e Italia, ni más ni
menos que los tetracampeones del mundo noqueados, sin verlas venir, simplemente
embaucados por ese fútbol-toque de la Roja.
La
segunda mitad de los mejores noventa minutos fueron un paseo militar. Que autoridad,
que manera de tocar, de llevar la pelota, de romper por todos los flancos a la
zaga azzurra. Qué pena la lesión de
Motta que los dejó con diez, porque igualmente con once jugadores también les
hubieran caído cuatro, Silva, Alba, Torres y Mata. ¡Esos locos bajitos! Xavi e
Iniesta, vaya dos, ahora me explico a las claras como un argentino llamado
Messi luce tanto. Son dos diamantes los que el Barça tiene. La mejor versión de
España coincidió con el mejor partido de Xavi. Sin olvidar al mejor capitán que
ha tenido España, Iker Casillas, a los dos guardaespaldas, Sergio y Alonso, y
como no, a un central que escribirá la historia de España y del Real Madrid,
Sergio Ramos, el tipo con más testosterona de la Península Ibérica.
Algún
día nos tocará perder, más valor si cabe para la escuadra nacional comandada
por un hombre paciente y calmado, un cerebro en la sombra que ha demostrado
saber más de fútbol que todos los que presumimos de ello. Con su idea inicial
es con la que nos ha tributado un ciclo histórico, un triunfo de leyenda, como
esta generación única e irrepetible de futbolistas, ¡hasta Torres ha sido Bota
de Oro del Europeo!
La
Historia siempre ha tenido a dominadores durante sus distintas etapas. Ahora el
Imperio es de la Roja. Vivamos y saboreemos estos momentos, porque un día hubo
sequía y jamás pensábamos que viviríamos estos días de vino y rosas, estos
veranos a los que tan mal nos están acostumbrando estos chicos, estos triunfos
que jamás nadie logró, concatenar Eurocopa-Mundial-Eurocopa, y se puede seguir
ganando. Solo una palabra para un equipo que se ha hecho eterno, gracias por
hacernos sentir orgullosos de ser españoles, gracias por todo campeones.