Carlos de Blas
El partido comenzó con un Sporting que salió con una energía inusitada, dando dolores de cabeza a un Marcelo que no sabía por dónde le venían en su banda. Por el lado opuesto, el Madrid tenía en Bale su principal referencia en ataque. El galés aprovechó la nueva posición en la que le encuadra Benítez –de mediapunta tras Jesé, que ocupó el puesto del lesionado Benzema- para tomar el protagonismo aprovechándose de los espacios dejados en el ida y vuelta constante en el que se transformaron los primeros veinte minutos de partido.
Ya con Modric y Kroos tomando el control tras su función de meros intermediarios del principio, el Madrid jugó con el balón alrededor del área de Cuéllar, pero sin encontrar aún el resquicio que le permitiera desenmarañar el entramado sportinguista, más allá de tiros lejanos y centros de Danilo y Marcelo a ninguna parte.
Los locales, por su parte, trataban de aprovechar la mínima oportunidad de la que disponían, como lo demostraron con un contrataque en el minuto 35 que acabó con un remate de cabeza de Sanabria dando en el larguero y botando sobre la misma línea de cal. Aún con el susto en el cuerpo el Madrid le devolvió la contra en la misma jugada acabando con un penalti no pitado sobre Cristiano Ronaldo, derribado con un agarrón de Sergio Álvarez.
Los jugadores se marchaban a vestuarios para descansar de una frenética primera parte en la que unos se lamentaron de su falta de acierto y otros tomado aire para seguir con el gran esfuerzo defensivo.
La segunda mitad empezó con otra dosis de adrenalina para los jugadores rojiblancos y el incansable público de El Molinón. A los dos minutos, un desvío de Varane a un centro acabó con otra ocasión para Carmona de cabeza, mandando el balón fuera.
A los diez minutos, Benítez movió el banquillo y sacó a James por Jesé, mandando a Cristiano a la punta de ataque- sobre el papel , ya que contó con total libertad de movimientos-. La entrada del colombiano trataba de dar claridad al ataque blanco, que seguía incapaz de superar la muralla asturiana. El tiro lejano y los centros seguían siendo el único recurso y el destino de todos ellos, el mismo: las manos de Cuéllar.
El guión seguía igual y Benítez volvió a tratar de refrescar ideas haciendo debutar a Kovacic en lugar de Isco. Pero el resultado seguía siendo el mismo. Abelardo, por su parte, fue dando entrada a Menéndez, Muñiz y Rachid para meter pulmones frescos ante las acometidas blancas.
Los minutos seguían pasando y la losa de la realidad acabó cayendo a los noventa y cuatro minutos para el Real Madrid. El Sporting cumplió su misión de mantener su puerta a cero. El proyecto Benítez comenzó en la Liga con un empate en un partido que tuvo de todo salvo al invitado más esperado de esta primera jornada y que también decidió ausentarse de El Molinón: el gol.