jueves, 11 de octubre de 2007

LAS SANDECES DE LAPORTA

Otra salida de tono del máximo mandatario culé, esta vez en la feria del libro de Frankfurt

Antonio Blanca

La “República catalana del Barcelona”, magnífico y brillante pensamiento de Joan Laporta, Juan para los amigos, que sufre de avatares divinos de ideas, de unos conceptos que le hacen ser todo un gurú espiritual del catalanismo, que no del barcelonismo. La “República catalana del Barcelona”, ¡vaya idea! Cuanto más la pienso, más me gusta, y también más me percato de la ineptitud del presidente del Barcelona y de lo peligroso que es que la bombilla que ilumina su vacío cerebro se encienda, porque cada vez que abre la boca, sube el pan. Me temo que es por la pertenencia al “trío calavera”.

Yo me uno a crear “repúblicas”, y quiero crear la “República independiente de las sandeces”, y ya tengo varios candidatos a su jefatura, Laporta es uno de ellos, aunque debo confirmar si puede ejercer la compatibilidad de cargos.

Es de risa, de cachondeo puro y duro, como si el directivo catalán y por cierto si no me equivoco español también, por más que le pese, tomase al resto de personas por tontas, y evidentemente realizando una discriminación xenófoba hacia aquellos aficionados a uno de los grandes clubes del mundo, que residan en Jaén, Pontevedra, Nueva York o Tokio. ¿Porqué se empeña Laporta en identificar al Barcelona con Cataluña? Por supuesto que para Cataluña el Barça deba ser un símbolo, pero no algo excluyente. Porque estas cosas en vez de engrandecer a una institución la empequeñecen, diciendo muy poco de ella, y de sus dirigentes. Pero bueno, no vamos a descubrir a Laporta a estas alturas, un tipo que se queda en calzoncillos en un aeropuerto con actitud chulesca y desafiante.

Si por Juan fuese, el Barcelona pertenecería a la nación catalana, esa con la que sueña, y debería abandonar la liga española y disputar la de Cataluña, jugando interesantísimos partidos contra el Figueres, Nástic, Gerona, etc. Dudo que la constelación de estrellas que integran el cosmos blaugrana continuaran en el Barça montados en el carro del equívoco proyecto Laporta. O tal vez tuviese tanta cara dura que pidiera seguir en la liga española, de este presidente se puede esperar todo.

Y la penúltima de Juan fue pedir la dosificación de los jugadores internacionales. No merece comentario alguna esta bobada, espero que no pensada de antemano porque si así fuera me daría lástima de Juan, las estupideces se suelen decir en caliente y no se llevan preparadas.

Por suerte, los internacionales del Barcelona son grandes profesionales, y la institución como tal está a años luz de quien ahora rige sus vestigios. Laporta, larga vida al presidente, pero de la “República independiente de las sandeces”.

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