jueves, 4 de octubre de 2007

NAVEGANDO A LA DERIVA

Sólo el Barcelona de los cuatro equipos españoles en Champions, suma dos victorias, los demás, Madrid, Sevilla y Valencia han cosechado un tropiezo

Antonio Blanca

Tuvo por fin el Sánchez Pizjuán una noche mágica europea, de esas que sólo es capaz de tributar la Copa de Europa, cuando suena el himno de la Champions, esa música celestial, el “Zadok the Priest” obra del maestro clásico Andel, y que recuerda a todos los presentes en el campo que se disputa uno de los encuentros selectos, de la alta escuela futbolística. Vencieron los de Juande Ramos que tuvieron en su doble “k”, Kanouté y Koné (jugador a seguir), a los mejores exponentes de los que debe ser el Sevilla continental. El resultado final muestra que fue un buen partido, 4-2, si bien es cierto que el rival no era de mucha enjundia, el Slavia de Praga (se coló en la Copa de Europa sorprendentemente eliminando en la fase previa al Ajax de Ámsterdam). Como siempre digo, ni los sevillistas eran excepcionalmente buenos, un prodigio de equipo irrepetible, ni con las cuatro derrotas consecutivas era un equipo que iba a descender, simplemente son un gran equipo, muy sólido atrás, con mucha mordiente arriba, con velocidad en las bandas, y con un gran delantero centro, que ha pasado una mala racha y que evidentemente a final de temporada se situará entre los mejores. Con la buena victoria cosechada ante los checos, el conjunto de Ramos se quita la presión de encima de tener que ganar sí o sí, y ahora puede que los resultados mejoren para los de Nervión. Como el técnico manchego refirió con más razón que un santo, los partidos se ganan en el terreno de juego y no por decreto, cosa que pareció olvidar en el último mes el club de Del Nido. Presidente no abra la boca, manténgase tapado, que en las victorias se presume y en las derrotas se esconde.

Messi, Messi, Messi y por siempre Messi. Lo reconozco, me estoy enamorando, la barriga se me llena de mariposas cuando veo a ese argentinito tocar la bola, con esos movimientos “gambeteros”, macanudos (como se dice por su tierra), con ese chut, esa visión, de aquí a tres años será un gigante del balompié. Y como no, el argentino fue el mejor del Barcelona en el encuentro en Alemania ante el Stuttgart, marcó un gol, y estuvo muy activo en todo el encuentro. 0-2 para los de Rijkaard que parecen haber metido el turbo y quieren dejar sellado el pase cuanto antes a los octavos de final. Seis puntos, cinco goles a favor y ninguno en contra así lo acreditan. Jugó de nuevo Ronaldinho y sigue sin ponerse a tono, está fuera, ensimismado en su mundo, sin regate, sin velocidad, sin su eléctrico “punch” que no ha mucho lo convirtió en el mejor jugador del mundo, tiempos que ya parecen olvidados en “Camp Barça”. Me resisto a creer que el brasileño no da más, no sé que le pasa, si es hastío del Barcelona, si necesita mimos, si no quiere cargar con responsabilidades, si no está comprometido con el proyecto de Rijkaard (están muy distanciados el holandés y el carioca), o si tiene un ataque de celos para con Henry y Messi. Pero lo que a ciencia cierta sé, es que “Ronnie” debe volver, va a volver, a un jugador de tal talla no se le olvida jugar a fútbol, eso seguro, el problema para el club culé es que tal vez quiera volver a ser el que fue fuera del Barcelona, con el paso de los partidos lo veremos.

Perdió el Valencia el partido y el liderato de grupo. Cayó ante su “bestia negra”, el Chelsea, por 1-2, no pudiendo consumarse la ansiada venganza que buscaba Mestalla desde que el pasado abril, los “blues”, con el gran Mourinho en el banco (lástima que el portugués ya no esté) apearon a los de Quique en los cuartos de final de la Copa de Europa. Jugó esta vez mejor el equipo español, se adelantó merced a un buen gol de Villa, pero el Chelsea con o sin “Mou”, sigue siendo el Chelsea, teniendo entre sus huestes mucha calidad que le valió para sin mucho esfuerzo darle la vuelta al partido, y llevarse los tres puntos a Londres. Pinchazo de los valencianistas en Mestalla, que siguen sin arrancar, ganando partidos como el Madrid, al mínimo esfuerzo y con suerte, y que deberán puntuar en sus doble enfrentamiento ante el Rosenborg si no quieren que la clasificación para la siguiente fase se convierta en cuestión de estado, Quique ya sabe como se las gasta Mestalla…

El Madrid no pierde en Roma. Nunca lo ha hecho y anoche con el empate final a dos ante el Lazio tampoco. Sacó petróleo el equipo de Schuster de sus escasas llegadas, con Nistelrooy como bandera amenazante para un portero que tiene ¡26 años de carrera! Dos tantos del holandés que no sirvieron mas que para obtener un punto en el feudo romano, el Madrid no supo matar el partido, se acomodó, especuló con el resultado y lo terminó pagando, fue la noche de Pandev, bigoleador. Intentando sacar conclusiones positivas, un punto fuera de casa, no está mal. Pero si el Real Madrid adquiere esa mentalidad de segundón, apaga y vámonos. El rey de Europa no puede contentarse con un empate ante un Lazio venido a menos que anoche tuvo su noche grande, solo había que ver como celebraban los jugadores y la afición los goles romanos, debe arrasar, ejercer de tirano, de Atila y vencer a sus rivales de forma vistosa y contundente. Cosa que salvo en los dos primeros partidos de liga, Atlético y Villarreal no ha logrado. La racha de resultados en inmejorable desde luego, de ocho partidos, seis victorias y dos empates, ninguna derrota, pero no sólo de resultados debe vivir el Real. La época Capello ya pasó, el Madrid tiene plantilla para dar espectáculo, y así debe de ser. Con Guti y Sneijder creando fútbol, aunque el holandés lleva cuatro partidos desaparecido en combate, ¿para empezar a preocuparse? Los de Schuster están algo perdidos, navegan a la deriva, el faro del puerto debe encender la luz, porque un día de estos la pólvora puede verse mojada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

eres tu gambetero??.
che! viste! El tranvía me está mordiendo la pierna.