jueves, 17 de abril de 2008

VALENCIA Y GETAFE DOS CARAS DE DISTINTA MONEDA

Carlos de Blas

Una victoria y una derrota. Así acaban las finales, afortunadamente. Con un equipo vencedor, que lo celebra, disfruta y se enorgullece de la hazaña, y otro equipo perdedor, al que aplastan la ilusión y se inunda de tristeza y resignación. Los valencianos, después de una temporada convulsa, polémica, crispada y con poco futuro, al final conocen (o recuerdan) la otra cara, la de ganar, levantar un trofeo, sentirse campeón.

Por su parte, el Getafe, después de una grandísima temporada, ilusionante, ejemplar, de la que deben estar orgullosos, conoce la parte malvada del fútbol: la derrota. Hace seis días eran unos malignos alemanes los que les quitaban el sueño en Europa, ahora se lo han vuelto a arrebatar, esta vez en España. Ambos han recibido hoy la cara contraria a lo conseguido en lo que llevamos de temporada. Unos un premio inesperado, balsámico, tranquilizador, y otros un nuevo golpe, frustrante, repetitivo, malvado.

El encuentro se ha roto desde el principio. En diez minutos, dos goles del Valencia dejaban grogui a su rival e inyectaban una dosis extra de fuerza, ánimos y fe en los de Koeman. El entrenador holandés es de ideas fijas, defensivas, que se han visto reforzadas y representadas al máximo nivel durante el resto de la primera mitad. El Getafe ha quedado muy tocado por esos dos goles, que no son fruto de su especulación sino de su consternación por el primer tanto.

Poco a poco, los azulones se han vuelto a concentrar, pero sin llegar a jugar su fútbol. Gran mérito lo tiene el Valencia, al que se le puede calificar de defensivo, pero no de hacerlo mal. Marchena, Baraja, Mata y Arizmendi (partidazo de este último) han trabajado a la perfección, tapando cualquier intento de sus rivales. Experiencia, oficio, consistencia, son virtudes que los de Koeman tienen y hoy han explotado a la perfección.

La mala actuación de Casquero y De la Red, desorientados y sin orden táctico, ha provocado que ni Manu ni Albín entrasen en juego. Sin fabricar un solo tiro a puerta en la primera mitad, justo cuando ésta terminaba, llegó la jugada de la esperanza. Una entrada brutal de Moretti dio vida al partido y al Getafe.

La segunda parte ha sido un intercambio de golpes, manteniendo siempre la igualdad.

Un par de ocasiones de Villa al principio, alguna de Granero y De la Red después. Ni los cambios han conseguido abrir el sistema valencianista: Pablo Hernández ha tocado un par de veces la pelota, Braulio sólo pudo rematar una vez y Celestini no acabó el partido. En el ocaso del encuentro, Morientes, la entrada de éste sí ha sido importante, hacía el tercero y llevaba la tranquilidad a la mitad del Calderón, mientras la otra se ahogaba en su tristeza.

Mención aparte merece la actuación de Ustari y de la defensa getafense. Por un lado, el joven argentino no ha tenido su noche y ha podido hacer algo más en los tres goles encajados. Y por otro, la defensa del Getafe muestra importantes debilidades en el juego aéreo. Dos goles hoy han sido por arriba, y contra el Bayern otros dos también fueron por no tener contundencia en los valores altos. Debe ser un asunto pendiente para los de Laudrup.

La Copa del Rey 2008 se la lleva el Valencia. Un equipo que tiene un entrenador y un presidente indignos del puesto, que ha sufrido una crisis importante de vestuario, que ha tenido a su afición en contra durante gran parte de la temporada, pero que sigue siendo muy grande. Y después de todo lo acontecido este año, ha vuelto a la cara dulce del fútbol. A su rival, el Getafe, le toca hoy la cara amarga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los cambios no mejoraron en nada lo que tenía el Getafe sobre el campo y se quedaron sin revulsivos. La desesperación se apoderó de Celestini y fue expulsado y Braulio, excepto un remate fantástico de cabeza, no hizo nada. Granero el mejor del Getafe, sin duda. Faltó la pegada de Casquero y la calidad de De la Red. Una lástima para el Getafe pero los dos goles del Valencia en los primeros 10 minutos decantaron la balanza y supieron matar cuando peor lo pasaban. PEdazo de Morientes, vaya pedazo de jugadorazo.

Enhorabuena a los valencianistas

Anónimo dijo...

Lejos de mi intención está el defender a Koeman, pero aunque sea de ideas fijas, defensivas no creo que lo sean, cuando llegó el Valencia pasó a tener unos porcentajes de posesión elevádisimos, pero los jugadores no llegaron a acostumbrarse a eso y encima los resultados cada vez eran peores, con lo que poco a poco y unido a la progresiva incapacidad de los jugadores se ha tenido que volver a planteamientos más defensivos y en este partido en concreto era casi natural al ir con 2-0.