Empate del Barcelona en Valencia que ve como el Madrid le recorta dos puntos tras su victoria a domicilio en Sevilla
Antonio Blanca
Incansable. Insaciable. Profesional ejemplar para todas las generaciones de futbolistas venideras. Capitán entre los capitanes. Currículo que aún no tiene techo pese a que lleva entre los más grandes algo así como quince años. Números que dejan a muchos boquiabiertos. Portador inmerecido de numerosas envidias, sin nunca crear polémica, nunca alzar el tono de voz, ni protestar por nada. Raúl. Ayer se echó a un desdibujado Real Madrid a sus espaldas. Tiró del carro como diría Camacho, y con una casta, una lucha modélica, sin tirar jamás la toalla, con acervo de calidad y de estar en el sitio justo en el momento oportuno, el ‘7’ del Real Madrid, dio vida a los suyos, cuando todo parecía que se acababa, que el Madrid no aprovecharía el pinchazo del Barça en Mestalla, emergió él, sempiterno, para anotar tres goles, para que la llama de la esperanza de la remontada no se apagara. Fue en Sevilla. En el Pizjuán, un campo cuasi maldito para los merengues, que en los últimos siete años lo más que sacaron fue un punto. Se sitúa el Real Madrid con quince puntos a disputar a cuatro del Barcelona de Guardiola. Son dos partidos aún, pero increíblemente, un Madrid de fútbol mediocre, le va a disputar a un equipo que lo está bordando en el juego el título, y quién sabe si al final, ellos, los únicos que han creído en sus posibilidades lograrán llevarse el gato al agua. El próximo sábado hay un duelo directo en la cumbre, el Barcelona marcha al Bernabéu a jugarse la liga y lo hace en 2 de mayo, cosas del calendario, aunque he de aclarar que puede permitirse una derrota, y que permitiéndosela, todavía puede fallar una vez más. Entre medias de ese partido, los culés recibirán al Chelsea el martes, jugándose las “semis” de Champions. Tras el clásico marcharán a Londres, y deben aún culminar el “Everest” de la liga jugando ante el Villarreal más la final de Copa (muchos partidos que pueden pasarle factura). El Madrid por su parte no tiene envites europeos (no duden que le encantaría tenerlos) ni finales que disputar. Sólo un objetivo, el partido de liga siguiente. Números de récord, como los de su principal oponente. Los blancos lo tienen muy difícil pese a recortar dos puntos, pero creen, y en esa virtud, pueden obtener su tabla de salvación a la que asirse para conquistar la liga, en lo que sería un remontada de tintes históricos, culminando todo un hito en el fútbol.
Tres partidos de la trigésimo tercera jornada se disputaban el sábado. En Málaga dos de los equipos revelación de la BBVA ponían sobre la mesa sus opciones de ir a Europa el año próximo. 1-1 entre Málaga y Deportivo de la Coruña. Resultado que no reflejó lo desplegado sobre el campo, pues los de Lotina merecieron más, pero entre el infortunio y un mal arbitraje, vieron como no podían retornar a Galicia con dos puntos más. Al final ni para el uno ni para el otro, ambos con la miel en los labios y por el momento fuera de premio.
Almería ante Numancia. El drama en estado puro para los sorianos. Quedando tan pocas jornadas para poner el punto y final a esta temporada, cualquier choque ahora adquiere vital importancia, siendo un resultado positivo más que una bocanada de oxígeno y por el contrario, uno adverso, una daga afilada que desgaja la ilusión. 2-1 vencieron los de Hugo Sánchez, con Negredo estelar. Los de Soria se quedan a seis puntos de la salvación, lo que parece ser la condena anticipada para el fracaso más temido.
Gran partido en Mestalla. El Valencia de Emery enrachado, con cinco victorias en sus últimos cinco partidos. Pleno al quince. Llegaba el líder, a certificar su superioridad liguera y cerrar de una vez por todas la posible remontada madridista. Y así parecía que iba a ocurrir, cuando Messi adelantó al Barcelona en el marcador. Pero el Valencia está inspirado en esta última fase de la competición, y si ha logrado meter la cabeza dentro de los cuatro primeros es para quedarse. Remontaron el choque, 2-1 y aseguramiento del puesto, dando de paso una emoción a la liga que el Barcelona de Guardiola seguro no deseaba. En estas, que cuando los tres puntos parecían quedarse en Valencia (quedaban cinco minutos para terminar el partido), César cantó, y Henry dio un punto que puede valer una liga, pues pasara lo que pasara el domingo en Sevilla con el Madrid, la diferencia seguía siendo de dos partidos. Entra el equipo catalán en sus tres semanas decisivas, donde se va a jugar su futuro más inmediato, toda la temporada, la Champions ante el Chelsea, la Copa ante el Athletic, y la liga, la que tantas y tantas veces se le ha dado por ganada, y la que el Real se ha empeñado en que por lo menos y hasta mediados de mayo, no haya confirmación oficial. El Barça está en plena escalada al Tourmalet, una pájara a destiempo puede dejarle sin faldas y a lo loco.
Se despeña el Getafe. 1-2 ante el Villarreal. Muy buen resultado para los pupilos de Pellegrini que se llevaron excesivo premio del Coliseum. Un punto, en algo tan nimio se puede resumir la importancia del fútbol, la esencia del objetivo logrado, o caer en el estrépito. A un punto está el “Geta” del descenso, y a uno el Villarreal de meterse en Champions. De ir a la gloria o al fracaso hay muy poco, en las consecuencias que esa leve cantidad trae, sí que hay un mundo.
0-0 entre Valladolid y Osasuna. Los de Pucela siguen caminando con sus deberes cumplidos y sin mayor complicación. El equipo de Camacho aún no se ha asegurado la permanencia, y se empeña en darle emoción a lo que le resta de discurrir por la BBVA. A bien que a sus aficionados no les hace gracia alguna. Sólo tres puntos los salvan de caer a segunda.
Tres puntos de oro sacó el Espanyol que aprovechó la visita a Montjüich de un Betis venido a menos. 2-0 que pudieron ser más si los atacantes españolistas hubieran tenido más acierto cara a puerta aprovechando el partidazo realizado por De la Peña. A otro que parece gustarle jugar a la ruleta rusa es al Betis, que parecía haber cambiado el rumbo con la llegada de Nogués, pero que tras dos semanas de éxitos, ha vuelto a las andadas.
El Athletic de Bilbao venció por 2-1 al Racing de Santander en un partido en el que los de Caparrós mostraron una gran superioridad en la primera parte. Llorente, de cabeza, y David López, de penalti, adelantaron a los vizcaínos, pero la expulsión de Yeste (cuántas absurdeces comete este jugador) por doble amarilla, puso emoción al encuentro y Pinillos recortó distancias de penalti. Con esta victoria, los bilbaínos empiezan a respirar tranquilos después de sumar su segunda victoria consecutiva mientras que los de Muñiz, que acabaron con ocho, después de las expulsiones de Marcano, Pinillos y Pereira, y venían de golear al Atlético de Madrid, no se pueden relajar de cara a los últimos partidos.
Por su parte, el Mallorca venció 2-4 al Recreativo de Huelva que sigue hundido en los puestos de abajo mientras que los de Gregorio Manzano suman los 42 puntos que desean todos los equipos para lograr la permanencia.
Tras el mini pinchazo del Barcelona en Valencia, se esperaba con suma ansiedad el choque entre Sevilla y Real Madrid. En él se dirimiría si el Madrid optaría a seguir peleando por el título, o si el ex equipo de Juande (fue recibido a gritos de pesetero de manera injusta, pues el entrenador manchego ha escrito la página más brillante en la historia del equipo andaluz) dejaría la persecución del Barça. Un partido para el que a priori, el Sevilla tenía las de ganar. Se jugaba en su casa, feudo poco proclive históricamente para sacar algo positivo por parte del Real Madrid, su rival con dos bajas sensibles, la de Robben y Pepe, y sobre todo, con la imperiosa necesidad de ganar o ganar para mantener esa llama de la remontada liguera. El inicio, con los de Juande a verlas venir, con la defensa blanca muy titubeante, Sergio Ramos estuvo desconocido, con un Sevilla que aunque fuese a arreones, llevaba mucho peligro sobre el área de Casillas, hacía presagiar que los merengues podían estar escribiendo su triste adiós, sobre todo con el gol de Renato, fallo defensivo garrafal incluido. Pero, el Sevilla se fue dejando ir poco a poco del encuentro, y “Guti” empezó a tocar bola, Metzelder se entonó (el mejor partido que ha firmado el alemán como central desde que llegó a la capital de España) y con él la zaga entera, Lass empezó a ganarle la partida a Duscher y Palop supo que tenía que defender su portería. Higuaín anduvo anoche peleado cara a puerta, dos mano a mano desaprovechados. La diosa fortuna parecía que en esta ocasión le era esquiva a los blancos. La llamada “flor” les había dejado a su suerte. Pero, tocando descanso, apareció Metzelder de interior derecho, pase de la muerte medido, para que Raúl, una vez más Raúl, marcara el empate. Se podía creer en la remontada. La liga estaba viva. Tras el descanso, el Sevilla se borró, bajón físico impresionante de los de Jiménez, y “Guti” se hizo dueño y señor de la pelota. Dos goles más del de siempre, del eterno capitán Raúl González Blanco, que sigue escribiendo números que marcarán la historia de este deporte. 1-3, todo parecía hecho, pero quedaban emociones por vivir. El Madrid no puede vivir un choque tranquilo. Juande sustituyó a Raúl y “Guti”. Se equivocó. El Sevilla encontró así un resquicio, tomó aire, y Capel aprovechó un infantil fallo de Ramos para poner 2-3. El Madrid pasó minutos de asfixia, de verse llegar el agua al cuello. Parecía estar más cerca el empate del equipo de Nervión que un gol merengue, pero con los andaluces volcados arriba, Marcelo en un mano a mano, marcó el 2-4, y puso fin a este partido. El dos de mayo, día grande de la Comunidad de Madrid, el Real recibirá al Barça en Chamartín. La liga se jugará a corazón abierto. Raúl hoy le ha dado permiso a la parroquia blanca para poder soñar, al menos, una semana más.
Fin de fiesta en el Calderón. 3-1 para el Atlético de Madrid ante el Sporting que se ha desinflado y vive ahora con el fantasma del descenso. Puestos UEFA para los rojiblancos, que con esta victoria todavía pueden insistir en meterse en Copa de Europa, si bien, la tabla clasificatoria parece indicar que en 2010, el Calderón no podrá despedirse de la máxima competición continental.