jueves, 4 de noviembre de 2010

TUVO QUE GOLEAR Y ACABÓ SUSPIRANDO

El Madrid dio anoche un baño de juego que no en el marcador al Milan en su estadio de San Siro, el martes el Barça empató en Dinamarca y el Valencia goleó al Rangers

Antonio Blanca

Objetivo cumplido. Eso puede decir Mourinho y su escuadrón. Un punto en Milan, a priori buen resultado para una plaza en la que el Madrid en 13 visitas anteriores jamás logró ganar y donde la temporada pasada obtuvo un empate pero de distinto sabor al de anoche. Digo que misión lograda. Falta asegurar por parte de los merengues la primera plaza del grupo H, para entrar en el bombo de cabezas de serie de los octavos, clasificación ya resuelta.

2-2, partidazo con todas las letras capitales del equipo español. Un repaso físico y futbolístico dirigido por un gran Alonso y Di María. 0-1 al descanso. Resultado muy corto para lo visto sobre el césped. El Madrid dominó con una aplastante autoridad a su eterno rival europeo, otro coloso, el Milan que en la segunda parte ni olió la bola, pero merced a las alas de un colegiado torpe, zafio, ufano y de condición abyecta. Tras una bonita sarta de descalificaciones de diccionario, en resumidas cuentas un auténtico mendrugo, un árbitro pésimo. Pero que vamos a contar del señor Webb, el árbitro de la final del Mundial que España ganó. Bueno, pues el juez inglés validó el gol 70 de Inzaghi (supera a Raúl y Muller) en claro fuera de juego que valía para culminar la remontada. También perdonó dos expulsiones, para ser fiel a sí mismo, la de Abate y el propio Inzaghi. Increíble, injusto pero cierto. El gran partido del Real se esfumaba. Iba a ser la primera derrota del Real de “Mou” y la primera caída del portugués en su campo talismán, San Siro. Pero la potra italiana no podía ser eterna. Entró Benzema por Pepe (¿castiga Mourinho los fallos del central portugués?) y cerró el Madrid con tres atrás. A morir para intentar lograr un punto. Decía Mourinho que es un tipo con suerte. Más bien un tipo que busca la suerte, que apuesta por encontrarla, que la persigue y la haya. A un minuto del final, Pedro León tras una buena jugada de Ramos y Benzema (este chico empieza a cambiar) marcaba el empate, primer gol de un español en la era Mourinho. El tanto 701, el 700 en Champions lo marcó Higuaín. Salva el Real un punto inmerecido, debió llevarse la victoria, pero la complacencia propia, el error de dar alas al rival, y más siendo italiano hizo que el castigo, estuviera muy cerca. Quedó en un susto menor.

El martes empató el Barcelona en Copenhague. Ya van 10 partidos en Copa de Europa en los que los culés como visitantes no logran sacar tres puntos. Partido feo, al que al Barcelona de Guardiola le costó tomar el pulso y eso que se adelantó con gol de Messi. Partido bronco, y sorpresa, por parte del Barcelona. Para muestra un botón. Aunque al brutal entrada de Valdés, roja clarísima, el árbitro no sacó nada ni señaló falta, no tenga nada de botón, sí de entradón. Guardiola por primera vez perdió los papeles. Un arrebato de ira embriagó al técnico siempre tan flemático y moderado blaugrana y apunto estuvo de enzarzarse con Solbakken (entrenador del equipo danés) en un bochornoso espectáculo. Los jugadores tuvieron más cabeza y lo evitaron. Cuando en agosto se llevó a cabo el sorteo de la fase de grupos, todos los analistas coincidían en los pronósticos que daban al Barça como primero de grupo y de paseo. No está siendo así, al equipo de la ciudad condal le está costando una barbaridad sacar adelante sus partidos europeos. Mi teoría se confirma, Messi, Villa, Pedro… todos son muy buenos, pero sin un grandísimo director de orquesta como Xavi, que sabe interpretar cualquier tipo de partitura, los de Guardiola pierden el norte.

Por 3-0 reencontrándose con el gol Soldado y el Valencia con Mestalla. Emery algo más tranquilo, por ende los jugadores también. Un repaso el que el Valencia le dio al Glasgow Rangers en noche europea. Le hacía falta al cuadro che un partido así en un escenario tan importante como la Copa de Europa. Un golpe de efecto, para subir la moral y adquirir confianza. Tópicos pero no por ellos menos importantes. Tres puntos que sirven a los valencianos a falta de dos partidos depender de ellos mismos para meter la cabeza en octavos de final.