miércoles, 4 de mayo de 2011

'ARBITRAZO'

Daniel Iglesias

Real Madrid y Barcelona afrontaron el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League desde diferentes perspectivas. Los madrileños evitaron todo comentario sobre cómo iba a jugar su equipo en el Camp Nou en las jornadas previas al “clásico” de ayer martes. Guardiola, por su parte, apostó por la posesión de balón y aseguró que la eliminatoria no estaba cerrada todavía, tesis contraria a lo defendido por Mourinho y Karanka.

Pero el partido arrancó con un guión novedoso ya que el entrenador portugués dispuso en el once inicial a Kaka y Higuaín y tan sólo un mediocentro defensivo, por lo que trató de imponer el control de balón y el ataque para remontar la eliminatoria. El Barça colocó a Puyol en el lateral izquierdo y a Pedro en la delantera, desechando el control táctico que aporta Keita.

Los primeros minutos estuvieron protagonizados por el Real Madrid que ejercía una presión asfixiante sobre la salida de balón blaugrana y hacía circular la pelota con precisión y eficacia. Con los papeles cambiados, el Madrid jugaba al fútbol y el Barça contraatacaba con veloces ataques. Los primeros intentos del encuentro corrieron a cargo de Iniesta (con un disparo en el minuto 6) y Busquets (minuto 11).

El combinado madrileño aplicó velocidad e intensidad y consiguió ahogar el juego local. Ronaldo y Di María protagonizaron los intentos madridistas con balones a la espalda de la zaga catalana. Víctor Valdés se mantuvo muy atento para salir de su área y cortar los pases profundos, descartando el atisbo de gol tempranero del Madrid.

La lucha por la posesión del balón se convirtió en el argumento de la primera mitad y los equipos se olvidaron de las porterías. La batalla se libraba por recuperar y dominar la posesión para dejar pasar el tiempo (Barcelona) o combinar con velocidad para llegar a la portería rival (Real Madrid).

Sin embargo, a partir del minuto 30, el Barça consiguió desestabilizar el orden aprovechando un bajón físico de los merengues, y comenzó una tormenta de ocasiones que situaron a Casillas como el mejor de su equipo. Messi lo intentó con disparo desde la frontal, desde el área grande o asistiendo a Villa y Pedro, que enviaron sus intentos fuera. Los pupilos de Mourinho trataban de aguantar con el marcador a cero hasta el descanso y los blaugranas buscaron el gol de la tranquilidad en los últimos instantes del primer tiempo.

La segunda mitad arrancó con una jugada que pudo cambiar el partido y la eliminatoria. Ronaldo aprovechó un robo de balón en campo blaugrana para arrancar en solitario y ceder a Higuaín en el último instante. El argentino remató desde dentro del área y batió a Valdés. Pero De Bleeckere anuló el gol por una más que dudosa falta de Ronaldo a Mascherano, que se dejó caer al notar un contacto del portugués, si es que lo hubo (que venía trastabillado por una falta de Piqué). Era el minuto 47 de partido. El Madrid noqueado por el arbitraje y la sombra de la UEFA sobre los blancos y “Mou”.

Con los jugadores del Madrid en plena protesta ante la decisión arbitral Iniesta recibió el balón en el medio campo, recortó, y envió un pase a Pedro que le dejaba solo ante el marco madrileño. El canario culminó la gran contra del Barça y batió a Casillas con una brillante eficacia en el minuto 54.

Tras el gol y la polémica decisión del colegiado, los madridistas no dudaron en seguir peleando y fruto de esa brega llegó el tanto del empate. Xabi Alonso robó en campo blaugrana, Ronaldo cedió a Di María y el argentino envió su chut al poste, tras un gran regate sobre Alves. El extremo madridista recogió el rechace y cedió para que Marcelo hiciera el 1-1. El encuentro volvía a estar empatado diez minutos después. Sin embargo, el Madrid debía anotar dos goles más.

Karanka decidió dar entrada a Adebayor por Higuaín y a Özil por Kaka para tratar de acercar la remontada. Guardiola dio entrada a Keita por Villa para asegurar la pelea por el medio campo y volver a equilibrara a su equipo, que había cedido el balón al Madrid.

El último tramo del partido se desarrolló con el Barça tratando de asegurarse el control del balón para que el tiempo se consumiera y con el Madrid volcado en la presión, atacando con más corazón que claridad. Ronaldo lo intentó sin fortuna y los cambios no funcionaron.

El encuentro terminó con empate en el marcador y con la gran noticia de la vuelta a los terrenos de juego de Eric Abidal, que entró en sustitución de Puyol. El Barça vuelve a jugar la final de la Champions League dos años después con el árbitro belga ejerciendo de jugador número 12 y el Madrid de Mourinho dio la cara. El luso tendrá argumentos para avivar la polémica arbitral pero ya no tiene la oportunidad de conquistar ningún trofeo más. Buen partido de fútbol, sin apenas juego violento y un equipo español tendrá la posibilidad de dar otra Copa de Europa al palmarés de nuestro balompié.