miércoles, 24 de agosto de 2011

ESPECIALMENTE ESPECIAL

A casi la velocidad de la luz transcurrió durante la pasada mediodía del martes la noticia filtrada presuntamente por el representante de Mourinho, el míster portugués meditaba no comenzar la temporada en el banquillo blanco

Antonio Blanca

Rumore, rumore, rumore… Cuando a una redacción de noticias llega una “bomba” informativa, la premura por publicarla es notoria, pero hay que contrastar la fuente, porque sino esa redacción, al tirarse a la piscina, puede encontrarse con que a esta le falte el agua, y fue lo que le ocurrió a los compañeros del Plus.

Eladio Paramés no dijo en ningún momento que Mourinho se quisiera ir del Real Madrid. Al parecer su antiguo móvil está en manos de un falso Paramés que es por lo que se ve, muy travieso. El programa de Intereconomía, Punto Pelota en la noche de ayer puso en contacto a los dos Paramés, el verdadero y el usurpador, y todo quedó en una anécdota, que a más de uno le indigestó el almuerzo.

Ha pasado ya una temporada y la pretemporada de la segunda que parecen una década. La etapa recorrida por The Special One al frente del Real Madrid no podía imaginarse con tantos sobresaltos en tan poco tiempo. Críticas a rivales, árbitros, a jugadores, directiva, prensa y a las instituciones futbolísticas internacionales, han sido el día a día del técnico portugués al frente del club blanco. Algunas basadas en pruebas y razonamientos congruentes, otras en estrategias de dudosa validez.

Lo que nadie podrá negarle a Mourinho, es como ha hecho gala de su madridismo desde que estampó su firma como técnico. El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, ha depositado en él todo el poder de una institución centenaria. José Mourinho es actualmente dueño y señor del vestuario, de Valdebebas e incluso de los mensajes que el club de Concha Espina lanza a los medios de comunicación. Un poder absoluto cedido por el presidente Pérez que ha decidido adoptar para el club merengue el modelo del futbol británico, con un “manager general” que hace y deshace. “Mou” tiene ante sí la posibilidad de hacer más grande su currículo y al Madrid, pero no por ello debe perder el norte, tanto poder, puede hasta marear.

El portugués no quiere ser el único soldado que plante batalla antes, durante y después de cada encuentro. Mourinho ha solicitado por activa y por pasiva que desde los altos estamentos del club le echen una mano en esta tarea. Precisamente esa falta de ayuda fue lo que terminó de dinamitar la relación del portugués con Jorge Valdano, hoy fuera del Real Madrid lanzando dardos desde los micrófonos de la cadena SER.

La jornada de ayer puede tacharse de rocambolesca para el Real Madrid. El teléfono de Paramés como ya he explicado y su mal uso. Posterior desmentido a lo largo y ancho de los medios de comunicación. Carta de Mourinho hacia los aficionados, y sólo los aficionados, del Real Madrid pidiendo perdón por su actuación durante la Supercopa de España que enfrentó al conjunto blanco con el Barcelona y asegurando que no se marcharía. Comunicado del club presidido por Florentino Pérez denunciando “provocaciones, vejaciones, insultos y agresiones”.

Toda esta situación es nueva en el Real Madrid. Nunca antes un entrenador tuvo tanto poder y una junta directiva menos. El futuro de unos y otros está unido. En el caso de que Mourinho decida marcharse será delante, o detrás, de Florentino Pérez. El técnico portugués ha conseguido unir al madridismo a costa de dividirlo. Mourinho vive sus horas más bajas al frente de conjunto blanco. Otro rumor corre por ciertas zonas del Santiago Bernabéu es, que pase lo que pase, esta será la última temporada del luso al frente del banquillo. ¿Será también la última de Florentino Pérez?

Sí, puede que lo sea. Pero no me imagino al portugués marchándose del Madrid por la puerta de atrás, sin al menos ganar una Liga o la Décima, el anhelo del madridismo y el hecho que lo catapultaría a entrar en la historia del Real y ser uno de los seres más queridos por la afición blanca. De hecho ya lo es, y esta noche en el trofeo Bernabéu, el estadio de Chamartín se le rendirá a sus pies, porque Mourinho siempre ha estado defendiendo al Madrid (bien o mal), a su afición, a sus jugadores, y sabe que el enemigo intenta dividir al madridismo, el propio dicho romano lo decía, “divide y vencerás”, pero “Mou” no cae en la trampa y quiere evitar a toda costa, que los seguidores caigan. Todo lo que hace el portugués se magnifica para bien o para mal, y esa presión él sabe llevarla, pero algunos sectores que rodean al Real Madrid parece que no. Malo para el Real. Muy, pero que muy malo.