El actual presidente de la Real Federación Española de Fútbol está urdiendo un avieso entramado para alcanzar la presidencia de la FIFA
Antonio Blanca
El presidente de la RFEF ha trazado un plan para convertirse en el máximo dirigente del fútbol mundial dentro de unos años. Es su mayor anhelo y para ello ha tragado y traga lo incontable. Hace de correveidile de Blatter, le toca las palmas a la mayoría de los presidentes de las federaciones de otros países, y tiene a la selección española como propiedad suya, contratando amistosos absurdos y fuera de lugar como por ejemplo el de mañana martes contra Costa Rica en tierras americanas.
El máximo dirigente del fútbol español preparó hace unos años un plan, que tiene como objetivo indiscutible ser la persona más influyente del deporte más mediático del planeta.
Según informó el periódico AS, Ángel María Villar tiene muy en cuenta que el suizo Joseph Blatter cumple mandato con la FIFA en 2015. Sabe que organizando partidos como el del próximo martes en Costa Rica, o anteriormente en Venezuela o Argentina, conseguirá ganar puntos entre los miembros que tiene la FIFA en suelo sudamericano, amigos que serán votos.
En su defecto, Villar tampoco descarta ser el relevo de Platini en la UEFA. No en vano, es actualmente vicepresidente de las dos federaciones más importantes del mundo a nivel futbolístico (FIFA y UEFA). Cualquier cosa le vale al presidente de la Federación española para situarse en una esfera de poder. Ya no le basta con mangonear en España, quiere meter bocado a Europa y si es al Mundo entero mejor.
Aunque mucha gente pide un relevo en la RFEF, Villar es consciente de que para aspirar a cotas internacionales más altas, deberá estar al frente del organismo español, en el que buscará la reelección el próximo año, en lo que sería su séptimo mandato. Que nadie dude que lo obtendrá.