Julio Candela
El Corinthians brasileño se ha proclamado
campeón del Mundial de Clubes de la FIFA este domingo, en la final de la
máxima competición intercontinental que se ha disputado en Yokohama
(Japón), tras tumbar al Chelsea inglés del español Rafa Benítez (1-0), gracias al solitario gol del peruano Paolo Guerrero.
De esta forma, el campeón de la Copa Libertadores sudamericana se
alza con su segunda corona tras su título logrado en 2000 ante el Vasco
da Gama, primera edición de este Mundial de Clubes, en la que también
participó el Real Madrid. Además, el Corinthians relega al Barcelona
como campeón del mundo.
En la final disputada en Yokohama, comenzó el partido con
novedades en ambos equipos. Benítez apostaba por Frank Lampard en la
medular, retrasando a David Luiz de nuevo a la defensa, y
prescindiendo de Oscar para dar entrada a Victor Moses en la banda. Por
su parte, el entrenador brasileño elegía a Jose Henrique por encima de
Douglas, una decisión que reflejaba, ya desde el inicio, las intenciones
del Corinthians.
Así, entraron mejor en el partido los de Sao Paolo, tomando la
iniciativa desde el inicio, y ejerciendo una buena presión sobre el
medio 'blue' que los de Londres no supieron contrarrestar. Superados por
la gran presión de su rival, el Chelsea creaba peligro en
jugadas a balón parado y a punto estuvo el central Gary Cahill de
adelantar a su equipo en un cabezazo a bocajarro que se fue fuera por
poco.
Con un Juan Mata menos protagonista que de costumbre, era Torres
quien buscaba los espacios arriba, creando peligro y probando al meta
Cassio, gran salvador del Corinthians en esta primera mitad con un
paradón sobre Moses al filo del descanso. Antes, era Paolo Guerrero, autor del tanto de la victoria en la semifinal, quien rozaba el gol con un disparo al palo.
Ya en la segunda mitad, los brasileños continuaron con su gran
intensidad y el delantero peruano comenzaba a ser una auténtica
pesadilla para la zaga 'blue'. Con el Chelsea entre las cuerdas,
el Corinthians encontraba su premio en una rápida jugada que comenzó
Danilo con un disparo que Cech logró repeler, pero cuyo rechazo le cayó a
Guerrero, quien mandó el balón al fondo de la red.
Por detrás en el marcador, Benítez movió el banquillo apostando
por un once puramente ofensivo que encerró a los brasileños en su área
en los minutos finales. Sin nada que perder, incluso Gary Cahill fue
expulsado tras una entrada a destiempo rozando el 90 y, ya en el
descuento, Torres perforaba la meta de Cassio, pero su gol era anulado
por un justo fuera de juego.
Con el Corinthians pidiendo la hora, la final del Mundial de
Clubes llegó a su fin y devolvía así la corona a Sudamérica, tras el
último título conseguido por el Internacional de Porto Alegre en 2006,
gracias a la brillante actuación del portero Cassio, balón de oro de la
competición, y de su goleador guerrero.