El
Madrid se llevó el derbi el año que el Atlético llegaba al Bernabéu como claro
favorito y la liga queda en bandeja de plata para el Barça que endosó una
manita al Bilbao
Antonio Blanca
Es
un círculo vicioso, un efecto mariposa que contando la noche del sábado, primer
día de diciembre se viene repitiendo durante catorce años. Ya demasiados. Algún
día el Atleti logrará vencer al Real Madrid en el derbi de la capital de
España, no se sabe cuándo, pero tal día llegará, y los aficionados colchoneros
tocarán el paraíso con la palma de la mano. Ya sea por nervios, presión, por
diferencia de calidad entre plantillas, por cuestión astral o por lo que quiera
que sea cada vez que se tienen en frente Madrid y Atlético la historia se
repite. Esta temporada parecía que podía cambiar, hacían muchos años que el
Atlético no llegaba en la clasificación por encima del Real y para colmo con la
mayor ventaja de puntos en toda su historia, ocho ni más ni menos, en posición
privilegiada, segundo y discutiendo de tú a tú con el Barcelona (el más
beneficiado del partido a la postre). El partido pintaba en la teoría bien para
el equipo de Simeone. Este año sí era la consigna. Los del Manzanares iban con
un plus, mucha ilusión por asaltar el campo del eterno rival. Era la ocasión
propicia, con un adversario con muchas dudas, salpicado por guerras internas,
cuasi desahuciado en la BBVA, con Ronaldo sin ver puerta en tres partidos. Todo
pintaba demasiado bien, muchísimo para tratarse del Atlético contra el Madrid
(era el rival que necesitaba para tomar oxígeno). Era utópico, y claro el
Atleti se vistió el sábado con su uniforme de “pupas” y se creyó víctima de su
leyenda negra ante el Real, que se paseó literalmente en su casa, sin pasar
problema alguno frente a los colchoneros, que jugaron el peor partido de lo que
va de temporada, hasta Falcao interpretó su peor solo, la noche más mala con la
camiseta del equipo rojiblanco, gafado, nulo, como sus compañeros. Tan bonito era
todo al principio que al final, el cuento terminó como siempre, victoria del
Real Madrid, caras largas en el Atlético y su afición. El cuento de nunca
acabar.
El
viernes la jornada 14 se inició en Pamplona. Fría noche otoñal en el Reyno de
Navarra. Osasuna contra Rayo Vallecano. Los de Jémez como viene siendo la
tónica habitual esta temporada sin temor al contrario, con descaro, salieron a
por el partido. Osasuna aprovechó por medio de Kike Sola casi la única ocasión
clara que tuvo. Gol, 1-0 y los tres puntos se quedaban en casa. Una victoria
para abandonar los puestos de descenso.
Ya
el sábado la jornada daba pistoletazo de salida en el Coliseum Alfonso Pérez de
Getafe. Los de Luis García Plaza se impusieron 1-0 al Málaga que sigue estando
incómodo. Tras la exhibición ante el Valencia los pupilos de Pellegrini se
quedaron congelados en Getafe. El equipo madrileño fue bastante mejor que los
malagueños y sacó su partido y sus tres puntos pertinentes para coger el tren
de Europa y al menos intentar no apearse del mismo.
Tras
Pochettino el otro técnico que seguro no se comerá el turrón en su casa es
Mauro Pellegrino. De nombre como el primero curiosamente. Manuel Llorente
presidente del Valencia decidió destituir la tarde noche del sábado al
entrenador del equipo. No está siendo un año brillante para los valencianos. Me
da que esta canción suena repetitiva cada cierto tiempo en la tierra del Turia.
El Valencia cayó en su casa 2-5 ante una buena Real Sociedad. El equipo de
Montanier se repuso del tempranero gol de Soldado y acabó pintándole la cara a
los de Pellegrino. Goleada en toda regla. Escándalo y pañolada en Mestalla. La
falla preparada para el técnico argentino que acabó quemándose en el banquillo
más complicado del fútbol español.
Tarde
agradabilísima de fútbol que no de temperatura en el Camp Nou. El Barcelona
barrió de un soplido, cinco goles al Athletic de Bielsa que este año es una
mala caricatura y que suele encajar goleadas siempre que visita el campo del
Barça. Un líder destacado de la liga, ya saca seis puntos al Atlético y
mantiene los once con el Real Madrid. Un líder que tiene en Messi a su baluarte
e insignia principal, el argentino no falla y está viviendo su mejor año, que
ya es decir. Como Iniesta, qué lástima que el manchego no se vaya a llevar el
Balón de Oro. Cinco, una manita más para firmar el mejor arranque de la liga en
toda su historia, trece victorias, un empate y cero derrotas. Ahí es nada.
Poniendo el listón muy alto, el equipo de Vilanova parece dispuesto a
pulverizar todos los récords habidos y por haber en el fútbol español. Con
estos jugadores se puede pensar que todo es posible, es un equipo sin techo.
Derbi
en el Bernabéu. El Atlético hacía trece años que no llegaba a un partido contra
el Madrid por encima de la clasificación. Todo hacía presagiar que este año sí,
los tres puntos tomarían rumbo sur hacia la ribera del Manzanares. Simeone
había mostrado la senda, los jugadores le seguían. El equipo está triunfando.
Todo, repito todo, auguraba la victoria colchonera. Pero Ronaldo pinchó el
sueño. El día que Mourinho recibió el cariño de su público. La noche que el
Madrid jugó en equipo, todos a buen nivel, sobresalientes Ronaldo y Ramos. El
portugués volvió a marcar de falta más de doscientos días después. Precisamente
al Atleti, su última víctima. Pudo anotar dos más, un travesaño también de
golpe de falta y un palo tras una maravillosa contra. Cristiano asistió a Ozil
para que marcara el 2-0 definitivo. Mourinho le ganó en la pizarra al “Cholo”.
Fue un partido intenso, jugado al límite pero dentro de los cauces deportivos. Los
rojiblancos apenas si inquietaron a Iker Casillas, en la noche más aciaga del
“Tigre”. El Madrid necesitaba un partido así, de buen nivel ante un gran rival
y qué mejor, y ahí está la historia que el Atlético de Madrid para coger vuelo.
El consuelo colchonero es que el año del doblete el Atleti no venció ningún
partido al Real. Porque ya serán catorce años sin ganar al eterno rival.
Tras
el sábado, llegó el domingo. Matinal de fútbol en Granada. Anquela en la cuerda
floja. El mexicano Aguirre debutando en el banquillo del Espanyol. Empate a
cero que no contenta a nadie. A los andaluces los sigue dejando abajo y los pericos siguen siendo el farolillo rojo
de esta liga BBVA. Está visto que ambos equipos van a sufrir y a base de bien
en el venidero 2013 para permanecer en primera.
Partidazo
del Betis en Riazor. Magnífica primera vuelta la que está firmando el equipo de
Pepe Mel. 2-3 ante el Deportivo que supo reponerse del 0-2 inicial anotado por
Rubén Castro y llegar a empatar el choque gracias a los dos goles de Riki. Pero
este año el Depor no tiene a las meigas de su lado, y es de los equipos llamados a un
posible descenso. Los sevillanos supieron reponerse del empate y con mucho
coraje buscar enconadamente la victoria que les vino por un golazo de Campbell.
En
Balaídos se veían las caras el Celta de Vigo y el Levante. Empate a uno que
vale al Levante para mantenerse con las miras europeas muy de cerca con el gol
en el minuto 89 de Roger, y que los gallegos no les sienta del todo mal para
seguir en la zona media baja de la tabla clasificatoria.
Final
del helado domingo de fútbol en Mallorca. Los de Caparrós recibían al Zaragoza
de Manolo Jiménez. Esta noche Sevilla-Valladolid cierra la jornada. Con uno
menos aguantó lo que pudo el equipo maño que se adelantó gracias a un gol de
Postiga. El Mallorca pudo vencer si Víctor autor del empate hubiera marcado
antes un penalti del que los baleares dispusieron. Finalmente los puntos a
repartir, uno y uno, con mejor sabor para el Mallorca y sobre todo para su
entrenador Joaquín Caparrós, pero la realidad le deja en la picota, once
partidos consecutivos sin vencer son generan incertidumbre.