Carlos de Blas
El Real Madrid ha conseguido el pase a cuartos
de final de la Liga de Campeones, después de imponerse al Manchester
United por 1-2, en el partido de vuelta de octavos de final, gracias a un
gol de Cristiano Ronaldo, que se erigió en el 'diablo' que eliminó al
United después de que Old Trafford lo recibiera como un auténtico héroe.
Antes fue el turno de Luka Modric, que igualó la contienda con un
soberbio disparo desde fuera del área. El lanzamiento del croata apagó a
un United que había sido castiago (minutos antes) con la rigurosa
expulsión de Nani, que cambió el duelo por completo. Ahí murieron los
diablos, ahí nació el Real Madrid de la última semana.
Como ya ocurriera hace diez años con Beckham, Ferguson decidió
dejar en el banquillo una de sus mayores estrellas como Wayne Rooney,
para optar por un planteamiento con más posesión en el centro del campo.
De primeras no le salió, porque los blancos comenzaron dominando,
aunque sin crear excesivo peligro, pero, cuando las líneas se asentaron,
el control pasó a ser de los 'red devils'.
Xabi Alonso y Khedira se impusieron a los 'diablos rojos' pero el
control no se manifestaba en peligro. Una tímida falta de Cristiano, que
se estrellaba en la barrera, y un disparo de Higuaín que se perdía
lejos, a la izquierda de la portería, era el pobre bagaje de un equipo
que necesitaba ganar para pasar a cuartos de final.
Mourinho no lo veía nada claro y salía constantemente del 'foso'
para dar instrucciones a los suyos. El Manchester estaba pagando a los
blancos con su propia moneda y el contragolpe se hacía mortal. Una
carrera de Giggs, que a sus 39 años y con 1.000 partidos a sus espaldas
dejaba sentado a Coentrao, hacía que los aficionados se levantaran de
sus asientos, reconociendo el mérito del galés, que forzaba un córner.
El propio Giggs lo botaba y cerca estuvo el primero de los hombres
de Ferguson. Vidic, brutal en cada remate, cabeceaba al palo y Wellbeck
remataba casi sin querer para meter el balón en la portería de Diego
López, pero su posición de fuera de juego deshacía las ilusiones
locales.
Wellbeck y Van Persie estaban causando estragos en la defensa
blanca y Varane volvía, una vez más, a demostrar que es ya un jugador de
presente y no de futuro. El galo frenaba el acoso pero Van Persie
conseguía infiltrarse en el área para probar los nervios de Diego López.
Corría el tramo final de los primeros 45 minutos y el Manchester
controlaba, pero se asustaba al ver cómo Higuaín metía el balón en su
portería. No pasaría nada porque previamente Sergio Ramos había cometido
falta sobre Van Persie y la jugada había quedado anulada.
Di María se echaba la mano a la parte de atrás de su pierna
izquierda en los instantes finales de la primera parte y tenía que ser
sustituido por Kaká. El conjunto blanco perdía a uno de sus jugadores
más rápidos; un problema teniendo en cuenta que una de las mayores armas
es el contragolpe.
Pero los problemas blancos no se detenían porque el United se
adelantaba en el marcador en el único fallo de Varane en todo el
partido. El galo erraba en un despeje y Nani cogía el balón para meterlo
en el área pequeña. La mala suerte se cebaba con los de Mourinho, que
veían cómo el esférico tocaba en Wellbeck y después en Ramos para acabar
dentro de la portería.
La estrategia de Ferguson estaba saliendo a la perfección.
Quedaban 40 minutos y se estaban ganando por derecho propio el pase a
cuartos de final, pero se echaron atrás y las dudas empezaron a sembrar
Old Trafford. El Madrid se venía poco a poco arriba, sobre todo tras la
expulsión de Nani cuando restaban 35 minutos para el final.
Mourinho metía en el campo a Modric en detrimento de Arbeloa. El
técnico portugués se la jugaba con sólo tres defensas y dejando que
Khedira ocupara la banda derecha, pero el tiempo corría en su contra. El
Real Madrid estaba siendo mucho más ofensivo y el fútbol le dio la
mano.
Modric, primero, y Cristiano, después, daban la vuelta a la
eliminatoria en sólo tres minutos. El croata se zafaba de Ferdinard y,
delante de Vidic, lanzaba un disparo desde la media luna del área que
tocaba en el poste y acababa dentro de la portería de De Gea.
Benzema, que estaba listo para salir al terreno de juego, se sentó
sin casi darse cuenta de que Cristiano hacía el 1-2 y sentenciaba el
pase a cuartos. Özil ponía un balón en la parte derecha del área para
que Higuaín cambiase el juego al segundo palo, donde esperaba Cristiano
para destrozar al United. El portugués pidió perdón al que fue su
público, pero el destino había decidido que fuera él el que decidiera la
eliminatoria.
Tres minutos condenaron al United, que había visto cómo la suerte
se había puesto de su lado hasta ese momento. Ferguson le metía prisa a
Rooney para que se preparara y entrase a solucionar el partido, pero ya
era tarde. Mourinho también cambiaba de táctica y volvía a jugar con
cuatro defensas, dando entrada a Pepe para dar solvencia en la parte de
atrás.
Ahora sí, el tiempo jugaba a su favor y la cuenta atrás del
cronómetro de Old Trafford pesaba en exceso en el United. Sin embargo,
tuvieron sus oportunidades para igualar el marcador, pero un gran Diego
López y el desacierto de Rooney no permitieron que el electrónico se
volviera a mover.
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