En
horario atípico, para un clásico atípico, con un once atípico venció el Real
Madrid a un Barça desconocido e iracundo
Antonio Blanca
Dos
partidos consecutivos son los que el Mou’s
eleven lleva venciendo al Barcelona. A la exhibición en las semifinales de
Copa del Rey en el Camp Nou se suma la victoria del pasado fin de semana,
previa a la cita más importante de lo que va de temporada para el Real Madrid. Un
Madrid plagado de suplentes, hasta siete hombres reservó el míster portugués
con la mente en mañana martes frente al Manchester United. No fue el mejor de
los Madrid-Barça que uno recuerde, pero sí un partido para analizar por lo que
dejó. El Madrid va a más, tanto en el plano táctico como en el apartado físico.
Por el contrario el Barcelona va a menos. Irresoluto en ataque, feble en
defensa, un equipo en el que si Messi e Iniesta no están inspirados poco
peligro generan. Mourinho ha aprendido a jugarle al mejor Barcelona de la
historia hasta el punto de desquiciarlo, como se vio con Piqué y Valdés al
final del choque. Es muy fácil dar lecciones de deportividad y humildad, de
comportarse ejemplarmente cuando las cosas ruedan a la perfección y los
partidos se suman por victorias, pero cuando hay que realmente saber estar y
dar la talla es cuando tocan malas situaciones. Hecho que no está ocurriendo
con el Barcelona, muy pero que muy alejado de esa vitola caballerosa de la que
tanto alarde han hecho miembros de la plantilla. De no hablar de árbitros a no
parar de hacerlo. El equipo culé llega al tramo importante de la campaña con la
Liga en el bolsillo pero con dudas tras la eliminación de Copa del Rey frente
al Madrid, siendo precisamente éste último el que ahondó más en la herida de su
eterno rival. Hacía mucho tiempo que al Barcelona no se le veía con temor
frente al Real Madrid. Eso ha cambiado esta temporada. Ronaldo lo dijo, le
gusta jugar contra el Barcelona y en el Camp “Mou”, perdón Camp Nou, y el
cambio de papeles parece ser un hecho. El Barça no está cómodo ante este
Madrid, un equipo que sabe esperarle, sabe defenderse y que cuando le ataca le
deja en evidencia una y otra vez. Los blaugranas tienen tiempo para subsanar el
mal, diez días hasta la llegada del Milán. Si a la eliminación copera se suma
la de Champions League, el daño puede
llegar hasta la liga. A mediados de marzo y sin más competición que la
doméstica podría ser un factor psicológico peligroso. El Madrid por su parte
tiene más de media temporada en juego en
un terreno de los grandes, Old Trafford,
uno de esos campos donde al Madrid le gusta agigantar su leyenda europea y esta
vez llega Ronaldo en uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. La “Décima”
pasa por las Islas Británicas, si se cae ahora, la temporada será rara y
complicada para el madridismo, y otra vez las plumas ávidas de sangre se
frotaran las manos.
Después
del clásico que venció el Madrid 2-1, con goles de Benzema, Messi (ya dieciséis
jornadas consecutivas anotando) y Ramos, en un horario atípico en España, la
sobremesa, a las cuatro de la tarde. El partido invitó a sestear en gran parte
y solo con la entrada de Ronaldo el cuadro merengue se fue sí o sí a por el
choque. Morata que jugó los noventa minutos pudo marcar si no falla un mano a
mano con Víctor Valdés, al igual que Ronaldo que tuvo en dos lanzamientos
directos la posibilidad de hacer diana, pero Valdés y la madera lo evitaron. En
los compases finales del choque jugada para la polémica y la locura
barcelonista. Posible penalti a Adriano de Ramos por contacto de la rodilla
izquierda del sevillano con la del lateral brasileño. Existió tal contacto pero
no es menos cierto que Adriano exageró la caída con afán de engañar a Pérez
Lasa y no lo consiguió. A partir de ahí se acabó el partido y asistimos al
lamentable show del ayer capitán del Barcelona, Valdés, que llamó de todo al
colegiado, siendo manifiesto su “no tienes vergüenza, y sin vergüenza”. El Comité
actuará y si nos atenemos a los precedentes mínimo cuatro encuentros le caerán.
También Piqué con gestos de atraco y posterior rueda de prensa hablando de
perjuicios arbitrales en el Bernabéu siempre que el Barcelona juega allí tiró
por tierra ese “seny, valors y humiltat”
de la que tanto se hace gala desde la ciudad condal. Los hechos han quedado
ahí, juzguen ustedes mismos.
Antes
del partido del sábado en la sobremesa el viernes la vigésimo sexta jornada de
la BBVA dio inicio en Getafe. Los de Luis García Plaza se impusieron 2-0 al
Zaragoza que ha perdido todo el fuelle en dos meses y anda ya rozando
posiciones de descenso. El cuadro azulón con los tres puntos vuelven a mirar a
Europa con todas las de la ley.
Tras
el clásico tomó el testigo Riazor. No ha ganado aún al frente del Deportivo,
Fernando Vázquez. 0-0 ante el Rayo Vallecano que sigue sin alejarse de los
puestos europeos en demasía. Al choque le faltó sal y pimienta, muy insulso. Los
coruñeses tienen tres meses por delante para intentar parar el desarrollo de la
gangrena, si bien la segunda división parece su destino.
El
único gol del choque lo anotó Susaeta. Por tanto el Athletic de Bielsa se
impuso a domicilio a Osasuna en un partido bronco y de poco juego. Victoria que
le vale al equipo bilbaíno para poner el descenso a seis puntos y tomar aire
muy necesario en una temporada muy convulsa. Los navarros se quedan donde
estaban y con la espada de Damocles aún pendiendo de su cabeza, menos pero ahí
sigue.
2-2
en Mestalla en el derbi de la ciudad del Turia. Fiesta en la grada, banda de
música en el césped y olor a pólvora. Este fin de semana arrancan las Fallas y
el campo che fue testigo el sábado de la
previa futbolera. Jonás y Soldado con uno de los goles de la temporada
marcaron para los de Valverde. Iborra y Barkero para el Levante, el último lo
hizo a un minuto del final del partido para helar Mestalla y cortar la fiesta. El
Valencia no sabe o no puede matar los partidos y lo acaba pagando. Es el único “pero”
que se le puede poner a Ernesto Valverde. Por lo demás le ha cambiado la imagen
y el espíritu a un equipo antes desahuciado, ahora a las puertas de Copa de
Europa. Influirá en el devenir de lo que resta de temporada su partido del
miércoles en París.
En
el minuto 94 con gol de Hemed venció en la matinal del domingo el Mallorca en
tierras granadinas. 1-2 para los de Manzano que retoman la ilusión por poder
salvarse. Demasiado premio para los baleares, no mereció tal castigo el
Granada, lo suyo hubiera sido el reparto de puntos, pero en el fútbol hasta el
rabo todo es toro, y con un gol de los llamado fantasma (la pelota entra), los
tres puntos volaron a la ínsula.
0-0
en el partido entre el Espanyol y el Valladolid. Partido pobre en ataque,
justito en defensa. Tanto los pupilos de Aguirre como los de Miroslav Djukic
dieron su visto bueno al reparto de puntos. A los dos les vale para alejar al
descenso bastante. El partido fue una especie de tratado de paz.
También
la Rosaleda vivió un empate sin goles entre el Málaga y el Atlético de Madrid. No
aprovecharon los de Simeone el batacazo culé en el Bernabéu para colocarse a
nueve puntos. Los rojiblancos merecieron más que el Málaga, pero unas veces por
la falta de puntería y otra por el acierto de Caballero bajo palos la victoria
se esfumó y quedó todo en tablas. El Málaga con este punto sigue en puestos de
pase a Copa de Europa como cuarto clasificado.
La
jornada cierra hoy con el Sevilla-Celta, ayer la Real Sociedad y el Betis
tributaron un homenaje al fútbol total con un soberbio partido en Anoeta. Debieron
ganar los de Montanier por un gol mal anulado a Griezzman, si bien el punto
para cada uno hizo justicia al enorme espectáculo visto en el que ninguno
merecía perder y sí ganar. 3-3 fue el resultado final. Ni un minuto para
parpadear, ni un instante para aburrirse. Gran fútbol durante noventa minutos,
una pena que se acabara. Tanto vascos como andaluces dejaron a las claras sus
conceptos y sus candidaturas para aspirar a Europa la campaña que viene.