Inapelable
victoria del cuadro carioca en la final de la Copa Confederaciones por 3-0
sobre una desdibujada España
Antonio Blanca
Alguna
vez tenía que llegar y mejor que sea en un torneo menor que en un Mundial o Eurocopa,
que también llegarán, las derrotas. La selección española despertó de su sueño
dorado arrollada por 3-0 por Brasil en la final de la Copa Confederaciones disputada
este domingo en el mítico estadio de Maracaná, un desenlace que apartó a la
actual campeona del mundo y Europa de conquistar el título que falta en sus
vitrinas y que devuelve a la pentacampeona mundial a escena, a un año del
Mundial que organizarán.
Con
tres goles en momentos clave, Fred por partida doble al inicio de cada parte y
otro de Neymar al borde del descanso, los de Luis Felipe Scolari se llevaron su
cuarta Copa Confederaciones, la tercera de forma consecutiva. España no pudo
imponer su juego y se quedó lejos de alcanzar su primera Confederaciones y de
su mejor versión, la que le ha llevado a ganar el Mundial 2010 y las Eurocopa
de 2008 y 2012.
Un
penalti fallado de Ramos en el minuto 55, con el tres cero en contra, pudo
cambiar las cosas, pero el vendaval brasileño no tuvo freno. Con una gran
presión y liderados por Neymar en ataque, Brasil impidió a España entrar en
juego. Los de Del Bosque, con Brasil y Maracaná eufóricos, sufrieron incluso
con un jugador menos, por la expulsión por roja directa de Piqué en el 68', el
despliegue local.
Ese
ejercicio de los de Scolari se encontró con la final soñada desde bien pronto.
Un gol en contra en el segundo minuto de partido, ante Brasil, en Maracaná, era
una losa muy pesada para España. Pero más pesado se hizo aguantar la presión y
el empuje de los brasileños. Como en la primera parte ante Italia, la campeona
del mundo sufrió un cortocircuito en su juego. Xavi e Iniesta, desaparecidos en
combate. Falta de precisión, poca movilidad y ausencia de peligro provocados en
gran parte por el buen hacer táctico de los de Scolari.
El
tanto de Fred, tras una carambola en el área pequeña entre Arbeloa, Piqué y
Casillas, dio a Brasil la tranquilidad que necesitaba, cuestionada por su juego
y obligada a defender su honor en casa ante la mejor selección del momento. Sin
embargo, en cuanto a juego no cambió el planteamiento. Brasil se esmeró en
mantener a los creadores de la 'Roja' fuera de la zona de peligro.
La
presión de la anfitriona, con Paulinho y Luiz Gustavo dominando el centro del
campo, impedía a España jugar a su gusto y además, provocaba salidas en
superioridad como en el minuto 8, cuando Oscar rozó el poste derecho de
Casillas. Los de Del Bosque necesitaban su mejor versión, la que solo necesita
un toque por jugador para llegar a la portería rival, pero el guión era muy
diferente.
El
primer tiro de España llegó en el minuto 20, de Iniesta y muy lejano, aunque
más optimismo dio una parada providencial de Casillas a disparo de Fred en el
32'. De nuevo una pérdida provocaba la salida en tromba de los brasileños. La
aparición del 'santo' daba fe a la campeona de Europa, que sufría como nunca
(al menos en los últimos cinco años) en un partido de fútbol. Sin embargo, los
de amarillo también tuvieron a su 'ángel'.
En
el minuto 41, la primera salida en superioridad de España llevó a Mata y Pedro
ante Julio César, pero el disparo cruzado del tinerfeño lo sacó David Luiz bajo
los palos. Tras el aviso de los de rojo, Brasil se esmeró de nuevo en no dar
más opciones. Las faltas y la buena disposición táctica volvieron a trabar el
juego de España, que, de nuevo en un minuto clave, se llevó otro castigo en
forma de gol. Del posible 1-1 se pasó al 2-0 en una nueva contra que pillaba a
España partida.
Oscar
veía bien el desmarque de Neymar, a la espalda de Arbeloa, y el flamante
fichaje del Barcelona fusilaba a Casillas para poner el 2-0. España se iba al
vestuario tocada y sobrepasada por la intensidad, el juego y el físico
brasileño. La esperanza de los de Del Bosque pasaba por sacar su mejor versión
y esperar un bajón físico y de concentración en su rival. Esto segundo estuvo
lejos de pasar. Brasil quería más.
Es
que, sin tiempo para acomodarse, de nuevo Fred veía portería (3-0) tras una
buena jugada de Marcelo, muy activo como el resto de sus compañeros, y con la
complicidad de Neymar. El máximo goleador del torneo (con 5 tantos), junto a
Fernando Torres, ajustaba el balón al palo con un balón raso. La losa era ya
más que pesada para España, viendo además cómo los de Scolari, inyectados en
motivación, no bajaban el pistón.
Antes
del tercero, sin duda la idea española era llegar a la portería de Julio César,
adelantar líneas. Para eso entró Navas y con él, llegó la más clara. El de Los
Palacios provocó el penalti de Marcelo, pero Ramos la mandó fuera. Maracaná se
atragantaba a la campeona del mundo y de qué manera. El abultado marcador en
contra obligaba a España a tirar hacia arriba y los brasileños se frotaban las
manos con Neymar sin ninguna obligación defensiva.
En
una de esas, Piqué cazó a su nuevo compañero en el Barça y dejó a España con
10. La final estaba finiquitada, el sueño español se desvanecía. La generación
de oro se quedaba sin la guinda que faltaba. España quiso morir arriba, pero
las tentativas de Villa y Pedro las sacó el meta brasileño. Con el pitido final
se consumaba la derrota, se esfumaba de nuevo la Confederaciones como en las
semifinales de 2009, algo que no empaña la gloria alcanzada por la 'Roja',
impensable hace cinco años, y que tratará de retomar en este mismo escenario,
el próximo año, en el Mundial.