jueves, 30 de septiembre de 2010

SOLO SUMA EL RESULTADISMO

De los tres equipos españoles solo obtuvo la victoria el Real Madrid que realizó un choque soporífero el martes en Auxerre

Antonio Blanca

De vuelta a los viejos vicios del Real Madrid. Anclado en ser un equipo anárquico, sin jerarquía, donde prima el individualismo sobre el colectivo. Mucha defensa, ataque por el medio, aturullado, ansioso incluso si es Ronaldo el que lleva la pelota, toque y más toque en zonas de nada ni nadie. Resumiendo, aburrimiento total. Un fútbol más que previsible. Mourinho quiere afianzar al equipo desde atrás, y lo está consiguiendo, al Madrid le crean pocas jugadas, pero todavía tiene lapsus, momentos de despiste que un día le terminarán dando un disgusto. En Auxerre fue Pepe al palo y Casillas que cometió una “jaimitada” mal aprovechada por el delantero del equipo galo. Y menos mal que eran flojos. Porque de haber tenido algo de calidad el Madrid posiblemente ni si quiera hubiera podido racanear el 0-1.

Hablaba de vuelta al pasado. No al de Pellegrini, el equipo iba a otra cosa, la guerra por su cuenta, pero goleaba, Cristiano Ronaldo estaba más cómodo, no como ahora, que parece andar agitado siempre, molesto con sus compañeros, enfadado con el mundo. los restantes miembros del equipo, tristes, cabizbajos, Ramos y Alonso (uno de los mejores) apenas si tienen que ver con los dos jugadores como la copa de un pino que realizaron un majestuoso Mundial. ¿A quién recuerda este Madrid? Lamentablemente al de Capello. Poner un trivote con Lass y Khedira de compañía de Xabi Alonso frente al Auxerre es toda una declaración de intenciones. Luego el técnico portugués comprendió su fallo y dio entrada a Ozil y Di María, los únicos que mueven algo a este Real Madrid, que sigue abnegado cara a portería, con Higuaín presa de la soledad, y con Benzema al que se le lleva esperando ya más de un año, y no aparece. De vez en cuando envía un mensaje al móvil para decir que está bien, alguna vez tiene gracia y llama, pero la mayor es que no sabe a lo que juega.

Con todo el Madrid ganó, dos victorias, seis puntos, líder en solitario del grupo. El resultado sobre el juego, al fin y al cabo lo que vale es ganar. Por muy bien que juegues si palmas, ¿de qué vale? No sé la cara que se les habrá quedado a los aficionados ches en Mestalla. Anoche el Valencia fue mejor que el United del señor bebedor de vino Ferguson. Pero no ganó. No materializó sus ocasiones y lo pagó caro. Gol al final del partido del “Chicharito”. Primera derrota de la temporada. A la pregunta que antes realizaba de jugar bien y perder, la respuesta es básica. No importa si se pierde, porque si se sigue en la misma línea, el buen juego lleva a la victoria, al entretenimiento a una comunión equipo-afición de la que Valencia está necesitada. Emery sigue trabajando así.

Ejemplo de jugar bien y ganar es el Barça y España. Pero hay un equipo que se está ganando el sobrenombre de “bestia negra” de Pep Guardiola. Tres enfrentamientos y míster culé no ha sido capaz de meterle mano. Es el Rubin Kazan ruso, que ayer logró empatar a 1 con el Barcelona. 1-1, los dos tantos de penalti. Partido irregular de los blaugranas que este curso lo han iniciado con momentos muy brillantes, partidos de absoluta superioridad como el jugado ante el Bilbao, con otros que dejan dudas, poco juego, flancos débiles atrás. Ni siquiera que Messi saltara al césped devolvió al Barcelona a la senda de la victoria. Anoche los astros no se alinearon.

En definitiva, tres equipos españoles y el mundo al revés. El que juega bien, Valencia, pierde. El que aburre, hastía y cansa por su juego denso y poco fluido gana y lidera su grupo, el Madrid. El que tiene fases lúcidas y brillantes mezcladas con momentos de imprecisión y flojera, el Barcelona, empata. Al final Mourinho seguirá tapando bocas.