jueves, 27 de septiembre de 2012

PORQUE TÚ LO DIGAS


El presidente del Barcelona ha abierto el debate y la polémica al afirmar que si Cataluña se independizara de España el Barça jugaría la liga española

Antonio Blanca


La polémica está servida y ya no solo a nivel de tertulia de bar entre un grupo de amigos. Va más allá. Mucho más. Primero porque se politiza el deporte. El seguidor blaugrana de fuera de Cataluña, el cordobés, pacense, maño… no se ve reconocido en las palabras del presidente del equipo de sus amores. Ha sido la propia institución la que ha decidido meterse en camisa de once varas. Mas convoca elecciones para el 25 de noviembre, a partir de ahí habrá que ver como se obra.

Pero la independencia en el panorama actual y con la legislación vigente es muy difícil de encajar y lograr, no solo ya en España, merced a nuestra Constitución, sino también la Unión Europea. Rosell no ha pensado las consecuencias de sus palabras. Equivocadas del principio al final. Jugará la liga de otro país caso lograr la secesión porque él lo diga, sin preguntarle a los demás, sin tener en cuenta demás opiniones y normas deportivas, porque según estatutos FIFA y UEFA, y los de la RFEF y LFP, no podría entrar en la liga española, ya que la comparación que él hace del Mónaco en la liga francesa, está viciada por completo. Mónaco no tiene más equipos, Cataluña sí, igual que pasa en Escocia, que no juega la Premier, sino que tiene su propio campeonato. Además, si tanto orgullo produce el sentimiento de catalán, muy respetable, que mejor que ser un conjunto integrante de su liga, y batirse el cobre con equipos de su “país”.

Por tanto no tiene sentido lo que propone Rosell. Me salgo, no participo en los deberes pero como soy el Barça sigo gozando de privilegios y juego con vosotros porque yo quiero, aunque los demás, el resto, la mayoría no quiera. Vamos una independencia a la carta que absolutamente nadie va a aceptar. Es más con estas actuaciones, lo que están consiguiendo es que haya más independentistas fuera que dentro de Cataluña, sin contar el enorme feo, el desdén con el que se está tratando al aficionado culé que no catalán, como si no fuera importante.

Fútbol es fútbol, pero ya no es igual para todos.