viernes, 30 de noviembre de 2012

EL ATLÉTICO ES FAVORITO DE UN DERBI ATÍPICO

Julio Candela


El enfrentamiento madrileño por excelencia regresa este sábado envuelto en un paisaje de inercias contrapuestas. Es por ello, que la tradicional rivalidad que conlleva este partido goza, en esta ocasión, de algunos ingredientes adicionales que añaden trascendencia al mero valor de tres puntos.

El Real Madrid, que ejerce de local y cuenta con una racha inmejorable en los últimos derbis capitalinos, llega a este encuentro tras caer en el Benito Villamarín y quedar a once puntos del Barcelona. Una nueva derrota, amén de desatar la crisis en el seno madridista de forma definitiva, complicaría la pugna por la Liga BBVA antes de llegar a diciembre. No en vano, el bloque merengue ha cedido a estas alturas de la temporada 13 puntos, tan solo uno menos que la pérdida total en el ejercicio 2011-2012. Esta urgencia adquirida marca el derbi como la oportunidad idónea para levantar el vuelo, unir al vestuario y relanzar el ánimo de plantilla, directivos y aficionados.

Sin embargo, el Atlético de Madrid que jugará el sábado en el Santiago Bernabéu no es el mismo de las ediciones pasadas. Tras un arranque de temporada fulgurante, la seriedad del bloque de Simeone se ha confirmado con el paso de las jornadas. Tan solo una derrota en Valencia ha frenado a los colchoneros en la carrera por el liderato de la Liga BBVA. El trabajo colectivo y la puntería de Falcao convierten al Atlético en uno de los rivales más duros del panorama nacional. Los rojiblancos llegan al Bernabéu con el hambre de victorias, con una trayectoria impecable en Liga y Europa y con la obsesión de romper la mala racha de los últimos derbis.

El clásico madrileño de este sábado se presenta como uno de los más igualados. Con el Atlético en la segunda plaza de la tabla y el Madrid en la tercera, la distancia entre ambos llega a los 8 puntos. 

El derbi de este sábado enfrenta a dos equipos que exhiben sus virtudes cuando elevan la intensidad defensiva y la presión a la salida de juego del rival. Sus planteamientos se construyen desde el trabajo colectivo por robar la pelota y salir a la contra con la velocidad que le permiten sus centrocampistas y laterales. En este escenario, jugadores como Xabi Alonso y Gabi se convierten en el enemigo número uno. El jugador al que hay que tapar si se quiere ganar el partido. El equipo que consiga ahogar a los creadores de juego del rival, a los futbolistas que dan salida al vuelo de transición, ganará mucho terreno.

El dominio de la posesión del balón es un elemento que se asocia más al conjunto madridista. Con posesiones largas, los pupilos de Mourinho pueden erosionar el orden colchonero. Sin embargo, la falta de fluidez y velocidad en las combinaciones —mal del que adolecen los merengues en la presente temporada- puede alimentar el vertiginoso dispositivo de contraataque del “Cholo”. Su equipo se maneja con comodidad esperando en su campo, agazapado. Un desarrollo natural del juego entregará la posesión del balón al Real Madrid. Los errores en la circulación de la pelota serán penalizados casi con total seguridad en un duelo tan táctico.


Ambos equipos construyen su rendimiento desde la zaga. El orden táctico y el sistema de ayudas colectivas en defensa es la herramienta común a los sistemas diseñados por Mourinho y Simeone. Pero esta apuesta no es cerrada, sino que da paso a la construcción de ataques fulgurantes. Las transiciones constituyen el arma principal de ambos equipos y puede significar el terreno resbaladizo para el que no consiga atar de cerca al rival.

Madrid y Atlético son dos de los equipos menos goleados, pero los tantos encajados han penalizado más a los madridistas. Las lesiones en los laterales y la ausencia de Marcelo ha condicionado de forma determinante el estilo de juego, ya que la amplitud del lateral brasileño no se ha cubierto con la participación de Essien, primero, y Coentrao, después. Este apartado en el lateral izquierdo y la capacidad física de los mediocampistas defensivos para cubrir los espacios entre líneas y equilibrar el equipo resultará clave. La situación de fractura y distancia entre el frente ofensivo y el defensivo creará espacios inconcebibles para los entrenadores y muy peligroso para el desarrollo del partido. 

Radamel Falcao, Cristiano Ronaldo, Arda Turan, Pepe, Di María, Özil, Sergio Ramos, Godín, Gabi, Raúl García y Emre. Un listado tan amplio de especialistas en el balón parado otorga una gran relevancia a este tipo de estrategia. Lanzadores de faltas frontales, laterales y saques de esquina tan dotados como los mencionados convierten cada acción en una prueba de fuego para las defensas y el portero.

En este apartado, los madridistas han encajado un número considerable de tantos en lo que va de temporada, pero también han anotado goles bajo similar escenario. Los colchoneros comparten balance, aunque el número de goles encajados y anotados es inferior. Esto significa que ambos sistemas defensivos sufren lagunas de concentración y marcaje cuando una jugada a pelota parada sobrevuela el área propia. La implicación en estas acciones de los futbolistas en liza desde el rol defensivo se antoja una variable a tener en cuenta ante un partido tan igualado.



Iker Casillas y Thibaut Courtois conciben con claridad cuál es el principal peligro para su portería: Radamel Falcao y Cristiano Ronaldo. Sin embargo, y considerando a ambos futbolistas como los líderes ofensivos de sus equipos, no sería desdeñable que Simeone establezca un dispositivo especial para frenar la movilidad del luso en su recorrido desde la izquierda hasta el centro del área, y que Mourinho ahogue las llegadas de los laterales para evitar que le lleguen balones a la exuberante capacidad rematadora de Falcao, tendiendo en cuenta que son los pichichis de la Liga junto a Leo Messi.

Es bajo este supuesto donde la lectura del partido admite otra interpretación. Real Madrid y Atlético de Madrid construyen su línea de trecuartistas -en términos italianos- sobre el concepto de llegador. Ambos técnicos conciben a sus mediapuntas como jugadores que, amén de moverse entre líneas para desestabilizar, regatear o dar asistencias a sus delanteros estrella, gozan de la capacidad de rematar a gol con garantías. Di María, Arda Turán, Özil y Raúl García representan a la perfección la figura del llegador deseado por sus entrenadores. La opción de tirar desde fuera del área, aproximarse a la frontal para recoger algún rechace de la defensa o aparecer en el segundo palo son acciones que pertenecen a jugadores de este perfil y que, ante la atención defensiva que acaparan Ronaldo y Falcao, pueden gozar de libertad para adquirir su protagonismo en el partido.


Real Madrid y Atlético se despliegan en el terreno de juego concibiendo las bandas como autopistas para que sus laterales lleguen a la línea de fondo para centrar, doblen a los centro campistas para crear caos en la zaga rival o sumen efectivos al centro del campo para dominar la posesión del balón. La elección de jugadores como Juanfran, Filipe Luis, Coentrao o Marcelo no es casual. La importancia de contar con carrileros largos y con capacidad ofensiva es uno de los núcleos del fútbol moderno, que concibe la posesión del balón como un ejercicio que involucra a todos los futbolistas que participan del partido, jueguen en la delantera o en la zaga.

Una de las claves para entender la apuesta de ambos entrenadores en el derbi consiste en observar dónde colocan el límite a los laterales ambos preparadores. Un partido en el que los carrileros gozan de libertad para apurar sus subidas hasta dónde gusten asegura espectáculo, ya que aportan más efectivos al ataque y generan espacios a su espalda que puede aprovechar el equipo rival. Sin embargo, dada la importancia que este partido conlleva contemplando la clasificación, se presume un encuentro con subidas selectivas de los laterales. Este podría ser uno de los elementos que desequilibren el enfrentamiento.