El
clásico de ida de semis de la Copa del Rey finalizó en empate a uno pudiendo
haber caído la victoria para cualquier lado así que todo queda a expensas del
choque de vuelta
Antonio Blanca
Este
curso llevamos vistos dos partidos entre el Barcelona y el Madrid y ambos han
concluido en tablas. El de liga fue 2-2, el de anoche de Copa del Rey terminó
1-1. Los dos conjuntos se respetan y se conocen. Coincidencia o no, desde la
llegada de Mourinho al Real Madrid, es rara la temporada que los dos equipos no
se ven en más de una ocasión fuera del campeonato nacional de liga. Con el
portugués en el banquillo merengue los complejos del Madrid ante el Barça
superlativo de Guardiola se acabaron, tanto que los blancos les ganaron la
final de Copa el primer año de “Mou” y la igualdad y competitividad entre los
dos equipos a día de hoy son máximas.
Fue
trepidante, por momentos eléctrico el partido del Santiago Bernabéu. Tanta
igualdad hubo que el empate final puede considerarse como lo más justo, si
bien, tanto el seguidor culé como el madridista puede pensar que su equipo pudo
vencer. El Barça se dio de bruces en dos ocasiones contra la madera, Pedro y
Messi gozaron de dos claros mano a mano
ante Diego López y Alba hizo estirarse al canterano blanco para evitar un gol
cantado. Varane, la estrella doctorada en la noche de ayer evitó un gol a
puerta vacía de Xavi tras un clamoroso error de Carvalho que estuvo regular
tirando a mal.
Por cierto que el ‘6’ del Barça opinó sobre la actuación del mismo pidiendo tarjeta para Ronaldo y clamando contra el gol blanco por un córner para él inexistente, cumpliendo así la máxima de su club: “el Barça no habla de árbitros”.
Por cierto que el ‘6’ del Barça opinó sobre la actuación del mismo pidiendo tarjeta para Ronaldo y clamando contra el gol blanco por un córner para él inexistente, cumpliendo así la máxima de su club: “el Barça no habla de árbitros”.
Aquí
el ataque del equipo blaugrana, que en defensa y en medio campo sufrió de lo
lindo, porque en físico los de Mourinho cada vez van a más, y este equipo
cuando funciona en el apartado de fuerza, velocidad y potencia es difícil de
derrumbar, máxime si nos atenemos a la morfología de sus jugadores, todos
verdaderos atletas, solo hay que mirar a tres hombres Varane, Ronaldo y Arbeloa
por ejemplo.
El
Madrid también gozó de sus claras oportunidades. Las dos de Benzema que remató
fuera, la de Ronaldo en un pase medido de Essien, algunas contras no culminadas,
un esfuerzo que los merengues realizan siempre ante el Barcelona, sobre todo en
las primeras partes pero que casi nunca ve rédito en el marcador.
No
fue el partido de las estrellas, ni de Messi ni de Ronaldo. El portugués ayudó
en defensa, la “pulga” bajó al medio campo para sumar efectivos. Sí brillaron
Iniesta y Ozil, los dos finos estilistas de ambos cuadros. Deambularon como
quisieron por el césped y amargaron a sus marcadores, Busquets y Essien
respectivamente. Los goles llegaron en la segunda parte. Se adelantó el
Barcelona con tanto de Fábregas que aprovechó un rechace malo de Callejón, que
le dejó mano a mano con Diego López para tirar por tierra el esfuerzo blanco.
El
Bernabéu cayó en el desánimo. El Madrid estuvo noqueado algunos minutos, hasta
que Ozil sacó la varita y puso el gol en la cabeza de Varane, que remató a lo
Carlos Santillana y que espoleó al Madrid en busca de una remontada no
culminada. El francés ayer demostró velocidad y potencia y una intuición de
gran central para estar siempre en el momento adecuado. Con Varane el Real
tiene junto a Ramos a la pareja de centrales del futuro.
Ahora
solo queda esperar a la vuelta, dentro de menos de un mes, el 27 de febrero el
Camp Nou será escenario del choque que determinará al primer finalista de la
Copa del Rey. Por cierto que la Liga de Fútbol Profesional no ha atendido la
petición del Real Madrid de jugar el viernes 1 de marzo demostrando el mismo
rasero que tuvo cuando sí atendió la del Barça de jugar aquel famoso lunes 29
de noviembre. Como vemos igualdad de trato.