Hoy
se completarán las semifinales de la Copa del Rey a las que accedieron anoche
el Sevilla y el Real Madrid
Antonio Blanca
Antes
del partido estrella del día, Valencia-Real Madrid, se disputó ante apenas diez
mil personas en el Ramón Sánchez Pizjuán el partido entre Sevilla y Zaragoza.
¿Por qué tan poca gente en el estadio? Es inconcebible el mal trato que la Real
Federación Española de Fútbol da a la Copa del Rey. Poner entre semana, un
miércoles y haciendo pasar al socio por caja un partido a las siete y media de
la tarde, supone invitar a vaciar el estadio y ofrecer una penosa imagen. Con estos
dirigentes en las altas instancias del fútbol español acabaremos por ver
partidos como en Italia con estadios a un tercio de su capacidad, una pena.
4-0
se impuso el Sevilla al Zaragoza de Jiménez que volvía al campo de toda su
vida. Acabó el equipo maño con nueve jugadores, Fernández dio una patada a lo
De Jong, como la que recibió Alonso en la final del Mundial de 2010, con la
salvedad que éste sí vio la tarjeta roja por ello. Luego el Sevilla se entonó y
dominó el partido con total autoridad para ir asentando los convulsos cimientos
que este año han ido haciendo de la entidad andaluza un equipo feble y
revuelto. Emery es sanador y meterá al equipo en vereda, por el momento ya
están en semis de Copa y con todas las opciones de poder disputar la final de
mayo.
Tras
el partido de la polémica en Copa del Rey en la ida en el Bernabéu, la
posterior manita merengue en Mestalla en liga, anoche se cerró la trilogía de
encuentros entre Valencia y Real Madrid. Los de “Mou” han sido claramente
superiores, no teniendo casi ninguna opción el conjunto de Valverde de poder
plantar cara. El global entre los tres partidos, 8-1 lo dice todo. El partido
de ayer fue como estaba previsto, con el Valencia sin querer otra pintada de
cara y el Madrid mostrándose seguro atrás con golpes demoledores arriba que encontraron
en Vicente Guaita un muro para evitar otra debacle. Lo peor para el Real que
está en semis y espera al Barça si no lo remedia el Málaga esta noche, fue la
lesión de Iker Casillas de la que aún no se conoce el alcance y tiene al
madridismo en vilo, sobre todo tras el desatino de Adán en una falta que
propició el empate che por medio de Tino Costa. Los otros dos puntos negativos,
la severidad con la que Pérez Lasa trató en el apartado disciplinario a los
madridistas. El Valencia que al final del choque se dedicó a dar de lo lindo
fue enervando los ánimos de los jugadores del Madrid que acabaron por caer en
la trampa, sobre todo Di María que por lanzar una coz al aire acabó en la
caseta antes de tiempo. Con nueve acabó el Real Madrid a mí parecer injusto,
mucho para un equipo que no fue violento y que tuvo que soportar una agresión
de Víctor Ruiz a Di María sin sanción alguna, y Ronaldo que vio una amarilla
exagerada y después aguantó que lo cosieran a patadas. Lo mejor para los de
Valverde la vuelta nueve meses después de Canales, esperemos que sea para
quedarse por mucho tiempo.