La
final de Copa del Rey cuya sede y fecha conoceremos la semana que viene será el
derbi madrileño entre Real Madrid y Atlético de Madrid
Antonio Blanca
Como
siempre ocurre con este torneo, el mal trato al que se ve sometido por parte de
la Real Federación Española de Fútbol y los clubes es de órdago. Si a
principios de temporada, allá por julio de 2012 justo cuando se aprobó el
calendario, se fijó para el sábado 18 de mayo, no entiendo ahora porque este
devenir, sin tener clara su fecha. Que si viernes, sábado o domingo. Una falta
de rigor que vuelve a oscurecer la Copa. Que a TVE le coincide con Eurovisión,
pues que decida, y si no que ceda a cambio de remuneración económica los
derechos de la retransmisión a otro canal y listo el problema.
En
la final no estará el vigente campeón, que fue eliminado por el Real Madrid el
pasado martes y casi que contra pronóstico, porque cayó en el Camp Nou. Por el
otro lado del cuadro llegó el favorito del mismo, el Atlético de Madrid, que
podrá con el “Cholo” y para no perder el hábito, volver a disputar un título. De
hecho, los seguidores rojiblancos pueden tener bastantes dosis de optimismo,
cuatro finales como precedente y tres de ellas y para más INRI en el Santiago
Bernabéu cayeron del lado de los del Manzanares. Cierto es que cada partido hay
que jugarlo, como que también Simeone y “Mou” son expertos en preparar finales,
como que puede ser que tantos años del Atleti sin vencer al Madrid sean porque
han esperado justo a este partido, 21 años después un nuevo derbi en la final.
Partido
perfecto. Una ciclo génesis explosiva merengue visitó el Camp Nou, dicen ahora
que Camp Mou, la pasada noche en la
vuelta de Copa. Que el Barça y su estrella no están pasando un buen mes de
febrero es palpable. Messi no apareció en el partido, secado a la perfección
por la trama defensiva diseñada por el técnico portugués y materializada por
sus hombres. Con el empate a uno de la ida, el Barcelona era favorito, el
partido en su casa y la presión, sin hablar de árbitros porque el Barcelona no
lo hace, de Roura días antes sobre Undiano Mallenco se las hacían pasar felices
a los culés. Todo lejos de la realidad. Al colegiado navarro no le tembló el pulso
para señalar un claro penalti de Piqué sobre Ronaldo, que Cristiano marcó y que
puso al Madrid por delante. A partir de ese momento, partido ‘10’ del Mou’s eleven. Soberbio tanto en defensa
con Varane como principal referente y autor de un golazo de cabeza, y en
ataque, con Ronaldo como estrella, cómodo ante la adversidad y la ofensa y Di
María y Ozil pareciéndose cada vez más a los grandísimo jugadores del año
pasado. Alonso se sumó al buen hacer del equipo y el solo se ventiló al medio
campo blaugrana. Khedira fue una pesadilla para Messi e Higuaín se vació en
presionar arriba a una meliflua defensa, en la que Puyol ya no es el que era y
Piqué no se encuentra cómodo. Xavi estuvo desaparecido, supongo que porque
domina mejor los tiempos del baloncesto que los del fútbol desde que dijo esa
lapidaria frase. 1-3, con solo dos tiros entre los tres palos del Barcelona. El
Real Madrid pasó por encima al Barcelona, venciéndole con solvencia, un KO que
le puede pasar al conjunto de la ciudad condal y del que le costará reponerse,
cual boxeador que pierde el título de los pesos pesados y necesita mínimo dos
meses para que la inflamación de la cara se le rebaje. La Liga está en el
bolsillo, salvo hecatombe con la que nadie cuenta, y sí, es un título más
importante que la Copa del Rey, por supuesto, lo que no entiendo es porque se
dice cuando uno cae eliminado y no cuando uno la gana, ¿verdad Xavi? La gran
victoria del Madrid aparte de poder disputar un título es vencer al llamado
mejor equipo del mundo en su campo, dándole una lección táctica y un baile como
hacía mucho tiempo que no se veía.
Por
su parte el Atlético de Madrid hizo bueno el marcador favorable del Calderón
(2-1) y aunque desaprovechó su ventaja, pues al descanso se puso 0-2 y el
partido terminó empate a dos con gol de Rakitic en el último minuto, los
rojiblancos han obtenido boleto para la final de Copa. Diego Costa y Falcao
marcaron para el Atlético, que planteó un partido sólido atrás para jugarle a
un necesitado Sevilla a la contra. El planteamiento le salió notable a Simeone,
y a los pupilos de Emery solo les quedó la garra y el espoleo de su grada, una
afición que con el paso de los minutos fue decreciendo en sus cánticos y su fe
de lograr la machada.
Será
una gran final. Un partido lo puede ganar cualquiera así que aunque el Real
Madrid acuda con la vitola de “favorito”, todo dependerá de cómo estén ambos
equipos de aquí a dos meses vista. Por ahora el Atlético va cuatro puntos por
delante en el campeonato doméstico y un factor muy importante para la final
será saber si el Madrid sigue vivo o no en la Copa de Europa. Tiempo al tiempo.