Sensacional
partido del Real Madrid que dejó la eliminatoria de octavos vista para
sentencia en el feudo “maldito” alemán
Antonio Blanca
El
Real Madrid enterró con mano de hierro el trauma alemán que le ha perseguido a
lo largo de su historia, a la vigésimo sexta fue la segunda vencida (la primera
ante el Leverkusen) y goleó al Schalke 04 endosándole un set, 1-6, en el
partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, celebrado en el
Veltins Arena, gracias a los dobletes de Karim Benzema, el más destacado,
Gareth Bale y Cristiano Ronaldo.
El
conjunto de Carlo Ancelotti fue una pesadilla para los 'mineros', un auténtico
rodillo que ofreció sus mejores prestaciones en el primer duelo a 'cara o cruz
de la temporada en la máxima competición continental. Casillas, con una parada
milagrosa, que recordó por su excesiva similitud a la de Diego López la
temporada pasada en la vuelta de las semifinales ante el Borussia, evitó el
empate germano, luego el Madrid se puso a bordar el fútbol.
El
Schalke apenas ofreció resistencia, pero sí desprendió un buen aroma al
comienzo. Los de Jens Keller, obsesionados con ganar la espalda a Marcelo,
focalizaron aunque sin éxito todo su fútbol en el costado izquierdo. De hecho,
en la mejor ocasión de todo el partido, los alemanes se toparon con una
actuación prodigiosa de Casillas.
El
capitán blanco, en una estirada de ciencia ficción, detuvo el lanzamiento de
Draxler que ya celebraba la afición de Gelsenkirchen. El posible gol del
Schalke hubiese sido el empate porque, dos minutos antes, Benzema ya había
conseguido el primero de la noche tras una bonita triangulación al borde del
área.
El
francés jugó uno de sus mejores partidos con la camiseta del Real Madrid; no
sólo por sus dos goles, también por sus desmarques que tanto aprovechó
Cristiano, hambriento tras tres partidos de sanción en Liga. Cinco minutos
después, una acción personal de Bale, con regates y caracoleos propios de
'canchero', colocaba el 0-2 que convertía en 'pan comido' el billete para
cuartos.
Así
se llegó al descanso, momento en que Ancelotti arengó a sus pupilos para
finiquitar el encuentro y la eliminatoria. El derbi del próximo sábado y el
'clásico' ante el Barça (cuatro días después de la vuelta en el Bernabéu)
siempre estuvieron en mente del italiano, consciente de que todo el trabajo
quedó hecho en Alemania, tierra maldita hasta la fecha.
El
único triunfo en Leverkusen, hace más de 13 años, ya tiene relevo tras la
paliza en casa del Schalke, el que fuese primer refugio de Raúl González
después de abandonar Concha Espina. Otro '7', en esta ocasión su heredero,
completó la fiesta del tridente atacante con un gol de categoría, muy similar
al que consiguió en Turquía esta temporada.
El
de Madeira, que ya se había estrellado dos veces con las manos de Faehrmann
(correcto pese al marcador) cambió el serio gesto de su cara por una sonrisa y
terminó por hundir al equipo del Norte de Westfalia, que minimizó sus opciones
a medida que se acercaba el minuto 90. La BBC (Bale, Benzema y Cristiano)
volvieron a marcar para completar la media docena.
El
0-6, generado tras una sensacional presión de Isco, aniquiló por completo a un
Schalke que encontró en Huntelaar el único consuelo. El ex madridista agarró
una volea desde la medialuna del área y rompió el récord de Casillas, que se
quedó a dos minutos de completar diez encuentros imbatido. De una manera u
otra, la tortura en Alemania ya es historia para este 'Súper Real Madrid'.