Carlos de Blas
El Real Madrid llega lanzado a la final del Mundial de clubes.
Está a un partido de conseguir su cuarto título este año. Lo hace
después de golear al Cruz Azul, en la que es su victoria vigésimo
primera, y con la sensación de que es un equipo imparable. Los de atrás
metieron al equipo en el partido y encarrilaron un partido que acabó resultando muy cómodo. Carvajal con sus subidas por la banda derecha, Sergio Ramos con el primer gol de cabeza y Casillas parando un penalti. Fueron los tres hombres claves en la victoria contra el Cruz Azul.
Es un Real Madrid demoledor. Tiene tantos recursos y buenos jugadores
en todas las líneas que le llega para ganar partidos cuando no entran
bien en el inicio Cristiano Ronaldo y Bale.
Así fue en la primera parte. El portugués tuvo, en el minuto tres, una
ocasión clarísima para marcar en una pelota que golpeó en el área
pequeña. El portero Corona se estiró para atajarla. Un
paradón o un fallo impropio del luso. En el inicio de la segunda, con el
Cruz Azul, más abierto se fue arriba y Cristiano mejoró. Puso un centro
para que Bale marcara a placer el tercer gol. Benzema sí tuvo más peligro en la primera parte con un disparo que rozó el poste e hizo el segundo gol tras un pase de Carvajal.
El Real Madrid se enfrentó a un equipo que llevaba una publicidad en su camiseta que le delataba: ‘Cementos Cruz Azul’.
El planteamiento del conjunto mexicano fue darle la pelota al Real
Madrid, echarse atrás, juntar líneas y trabar el partido. Quiso ser
sólido y acabó fundido. Estuvieron demasiado obsesionados con que Cristiano Ronaldo y Bale
no les hicieran daño. No dieron opciones al contragolpe y los pararon
con faltas tácticas. El Real Madrid cambió el guión. Volcó sus acciones
por el costado derecho, por donde apareció Carvajal con velocidad y profundidad. Tiene tanta calidad para conducir el balón, cambiar el ritmo y poner centros que va sobrado. Fue un dolor para los mexicanos. El primero gol llegó tras una falta a Carvajal en el 15’. Kroos, el encargado de meter los balones con precisión al área, conectó con Sergio Ramos. El central, como en Lisboa,
se elevó y atacó la pelota con esa fiereza que le caracteriza. Abrió el
cerrojo. Unos minutos más tarde, el sevillano se tiró al suelo para
desviar un disparo peligroso de Rojas. Fue decisivo en las dos áreas. Ramos tiene la virtud de ser protagonista y aparecer en los últimos partidos más importantes (Múnich, Lisboa y ahora Marrakech).
El Cruz Azul buscó la banda de Marcelo, por donde entró con facilidad Rojas y encontró espacios Pavone.
Se estiró el equipo mexicano en una fase de partido en la que
inexplicablemente el Real Madrid se echó atrás. Le faltaba continuidad
en el juego al equipo de Ancelotti, que tenía en el campo a Isco, Kroos e Illarramendi. Hubo algún desequilibrio. Pero la calidad manda y Carvajal siguió con su recital
por la derecha. En otra de sus incursiones llegó el segundo tanto. Fue
en el 35’. Carvajal apuró su jugada hasta la línea de fondo, arrastró la
defensa y puso el centro que remató Benzema.
El partido parecía solucionado y el Real Madrid se relajó. El Cruz Azul siguió llegando en jugadas aisladas. En una de ellas tuvo la ocasión de reducir diferencias. A Pavone le llegó un balón al centro del área, le ganó la espalda a Ramos y éste le tocó con las manos. El delantero cayó y el árbitro no dudó en pitar el penalti. Era el minuto 38. El lanzamiento de Torrado lo desvío Iker Casillas en una estirada similar a la que tuvo hace cinco días en Almería cuando le detuvo el penalti a Verza. Casillas, 'San Iker', se quitó una espina. El fallo de Lisboa, en el gol de Godín, ya parece menor con este paradón en el penalti de una semifinal en el Mundial de clubes.
En la segunda parte el partido quedó resulto pronto con el gol de Bale
de cabeza y el Real Madrid no pisó a fondo el acelerador. Una de las
jugadas más plásticas fue un centro de Bale y un remate de 'rabona' de Cristiano Ronaldo, según le vino la pelota, que detuvo Corona. Pudo ser un golazo. La otra fue una jugada de salón de Isco, con regates dentro del área, que acabó en el cuato gol. Ancelotti pensó en la final del sábado y quitó a Sergio Ramos para meter a Varane. También Kroos para sacar a Khedira y pudo meter a Jesé por Isco. Khedira pudo
hacer el quinto en un remate de cabeza. La pelota pegó en el poste. El
campeón de Europa está a un encuentro de cerrar el año como campeón del
mundo.