domingo, 25 de enero de 2015

PARA LO BUENO Y PARA LO MALO: CRISTIANO RONALDO

Antonio Blanca

Arrogante, chulo, mal perdedor, llorón, egocéntrico y muchos más adjetivos peyorativos para definir a Cristiano Ronaldo. Tal vez su ambición desmedida, ser uno de los mejores jugadores del mundo y no avergonzarse de ello, sino estar orgulloso 100% de sus logros obtenidos a base de esfuerzo y tesón sin que nadie se los regale, no esté bien visto en la sociedad políticamente correcta que nos rodea, en la que se prefiere la mediocridad colectiva basada en una igualdad anulativa de los valores individuales de cada uno (trabajo, sacrificio, lucha, querer ser el mejor…). Lo dijo ya Sloterdijk, el orgullo no es un mal valor, no se tiene que tener vergüenza de hacer gala de él, es el alrededor el que no lo desvirtúa.
Ronaldo tiene salidas de pata de banco. Comete errores como todo el mundo. Estar en el foco permanente, ser el centro del ojo del huracán, en ocasiones te glorifica y en otras te martiriza. En Córdoba se vio la imagen B de Ronaldo. Se equivocó con la patada al contrario que merecidamente le costó la expulsión. Hecho grave, explosión por su mal partido y por la impotencia del equipo (todos estuvieron mal). Lo pagó con un rival, muy mal. Ahora sanción, reflexión y a volver mejor.
Pero el hecho que más controversia genera es que se retire del campo tocándose el escudo de mejor equipo del mundo. ¿Gesto desafiante, humillante, de poca clase a la afición rival? Con las pulsaciones a mil, tras una acción muy desagradable con un rival, Ronaldo reaccionó así. Pudo equivocarse, sí (mejor hubiera sido hacerlo ante otro rival, no un modesto que les dio un baño de fútbol), pero tampoco merece ese martilleo y lapidación social a la que ahora se le quiere someter. Es lo que tiene estar entre los más grandes, los envidiosos están ahítos de una metedura pata para vociferarla a los cuatro vientos.
Un jugador al que insultaban constantemente en todos los campos llamándole “ese portugués, que hijo puta es” (ayer no recibió ni un solo insulto), al que dan patadas sin ton ni son (no en este partido), al que le pueden abrir el pómulo y no pitar ni falta. Cuándo pega se ve. Debe controlarse aún más, aunque es muy humano estallar de vez en cuando, incluso tras un desamor, ¡que ojo!, no es excusa.
El portugués se equivocó. Lo sabe. Pidió perdón a los minutos siguientes. El jugador (Edimar) con el que tuvo el lance le perdonó. Otro rival (Bebé) habló de su grandeza humana. Les honra también a ellos.
Vivimos en una sociedad en la que gestos así son considerados una blasfemia casi mortífera, aunque el autor pida perdón momentos después, y luego se alaba sin ton ni son a quiénes nos roban defraudando a hacienda (¿ha pedido perdón alguno por ello?), o malversando fondos públicos o se ve con total normalidad que asesinos campen a sus anchas por las calles, y casi nadie arrastra bilis y pide crucifixión en plaza pública.
Ronaldo se equivocó en la agresión, pagará por ello (Competición entrará de oficio casi seguro al ser el portugués, aunque el colegiado en el acta no reflejara agresión. Ya lo hizo cuando lo expulsaron en Bilbao interpretando el acta arbitral). El gesto del escudo, arma arrojadiza. Porque, nadie ve provocación cuándo algún futbolista se lo besa al marcar un gol, o se quita el brazalete de capitán con la Senyera en el estadio del máximo rival y lo besa mirando a la grada tras correr hacia ella. Eso no es provocación, en absoluto, es desahogo, salvo que lo haga Cristiano.
Un hombre cuyas acciones y ayudas a favor de la sociedad no tienen el eco merecido, la repercusión que se le da a sus errores, todos en el césped, ninguno fuera de él. Ronaldo no está imputado judicialmente, Ronaldo no ha sido multado por la policía, Ronaldo no ha estado relacionado con asuntos de prostitución, Ronaldo no se ha visto involucrado en peleas en discotecas, Ronaldo no está relacionado en asuntos de estafa, Ronaldo está limpio socialmente, guste o no.
Ronaldo, un hombre que ayudó a Erik, un niño con displasia cortical (sufría 30 ataques de epilepsia al día), donando sus botas y camiseta primero y luego pagándole el tratamiento completo.

También ayudó a un niño canario, Nuhazet hasta que la vida le acompañó. Un niño que tenía metástasis en la columna vertebral desde los dos años. Corrió con todos los gastos de su tratamiento en Estados Unidos, y lo llevó a su palco del Santiago Bernabéu en varias ocasiones.

Ronaldo que tiene por costumbre visitar de vez en cuando algunos hospitales de la ciudad de Madrid sin llamar a los medios de comunicación, anónimamente. Pasa por la planta infantil y departe con los más pequeños, contando sus aventuras futbolísticas. El objetivo, conseguir que los niños olviden su estancia en el hospital durante unos instantes. Incluso, en alguna ocasión que ha acudido a pasar pruebas médicas por culpa de lesiones propias del fútbol, el portugués ha tenido gestos con pacientes ingresados, especialmente en la clínica La Moraleja de Sanitas.

A todos los niños de la planta de oncología de Montepríncipe se los llevó a la final de Lisboa, corriendo él con todos los gastos. Estas cosas no se publican, primero porque él no quiere, segundo porque gusta más decir que el portugués ha dilapidado un pastizal regalándole a sus compañeros relojes valorados en más de 6000 euros. Me pregunto, ¿no puede hacer cada uno lo que quiera con su dinero?

Otro gesto más. En 2010, la isla de Madeira sufrió un temporal que le generó importantísimos daños. Ronaldo no dio la espalda a los suyos, aportó dinero y jugó un partido benéfico con los dos equipos de la Primera portuguesa de la región. Ronaldo también ha donado dinero al terremoto de Lorca, Bali e Indonesia.

Un gesto que cautivó a muchos y que sorprendió a otros fue cuando en plena batalla de Iberia con sus empleados y en los momentos en los que el futuro de la compañía corría peligro, el portugués no dudó en apoyar a los trabajadores defendiendo el futuro de la compañía aérea española.

Tal vez muchos se queden con otros gestos o simples frases del jugador portugués (está triste, es guapo, es rico, le tienen envidia…)


Cristiano Ronaldo es donante activo de sangre, plasma y médula ósea. No lleva tatuajes en su piel porque eso le impediría serlo.
Ya por no comentar su ejemplo de profesionalidad. Dedicación extra en el gimnasio, puntualidad, sacrificio, compromiso. Dieta máximamente cuidada, sin probar el alcohol…
Ronaldo subastó su bota de Oro de 2011 y donó el dinero a los afectados de Gaza, del mismo modo que participa en las campañas organizadas por Save the children, y cada año dona 100.000 € a la Cruz Roja.
Este es Cristiano Ronaldo, para lo bueno y para lo malo. Sinceramente, desde mi óptica personal, desde mis valores y principios, prefiero gente así, que siempre vaya de frente, que pueda cometer errores (los admita y se disculpe), pero que sean un ejemplo con mayúsculas para la sociedad.