El
canterano repescado esta temporada por el Real Madrid, Lucas Vázquez, fue de
los mejores con Rafa Benítez y a base de trabajo está siendo una pieza clave
para Zinedine Zidane
Antonio Blanca
Lucas
Vázquez venía, con su juego, avisando de lo que era capaz. No ahora, en estas
semanas donde ante las bajas arriba del Real Madrid Zidane ha tirado del
canterano. No, Vázquez ya asomó maneras con el cuadro blanco en partidos como
el de París de la Fase de Grupos de la Champions
League. En ese duelo en Francia, el medio del cuadro blanco dejó claro que
el traje del Madrid, pero del Madrid de las grandes citas, le venía de perlas.
En
Levante, hace una semana, el gallego provocó el penalti del primer gol de
Cristiano Ronaldo y abrió la jugada que cerró el marcador. Pase, desborde y la
defensa rival de cabeza con el extremo. Ante la Roma, por las exigencias del
guion, volvía Bale y Zidane no quiso sacrificar a James, de modo que Vázquez se
sentó en el banquillo.
Cerca
de la mitad de la segunda parte, con un Bale pagando físicamente la inactividad
de los casi dos meses que ha estado fuera unida a los esfuerzos de un partido
donde se movió mucho, fue sustituido por Vázquez. En el 64, con poquísimos
minutos sobre el césped, Vázquez asistía a Ronaldo para abrir la lata,
sentenciar la eliminatoria y echar fuera del Bernabéu algún fantasma alemán que se había quedado
desde la temporada pasada.
En
el sesenta y ocho, Vázquez conducía la jugada para dejar la pelota a Cristiano,
que asistía a James: 2-0, eliminatoria resuelta y Vázquez, desde el silencio,
desde el trabajo diario, fundamental en unos octavos de final de la Champions
League algo más complicados para el Real Madrid de lo que refleja el resultado
global.