Julio Candela
Ser del Atlético de Madrid implica estar preparado para
sufrir, y el partido de octavos de final de la Champions League fue otra
muestra de ello. Hace justo un año, los rojiblancos vencían en la tanda de
penaltis al Bayer Leverskusen y pasaban a cuartos de final, este martes la
hazaña ha sido pareja, pero todavía más agónica.
Tras un duelo sin goles, el partido se fue directo al punto
fatídico. Empezó el PSV lanzando, y con él Van Ginkel. Gol, y respuesta de
Griezmann que envió el balón al fondo de la red.
Guardado puso el 2-1 engañando a Oblak, mientras que Gabi
llevó el agobio a los corazones atléticos al marcar, pero viendo como el guardameta
rival rozaba la pelota.
En el 3-3, Pröpper fue el que a punto estuvo errar la pena
máxima y Koke el encargado de anotar sin problemas.
Parecía que los porteros no serían capaces de detener un
disparo, y así fue durante toda la tanda. Tras el 5-5, con Torres anotando el
último disparo del Atlético, llegó la muerte súbita.
Lestienne y Giménez engañaron a los cancerberos por la
derecha. Oblak se quedó en el medio de la portería buscando parar el séptimo,
pero Arias no cayó en la trampa y consiguió el gol. Filipe marcó con más suspense,
y ahí aparecieron el Cholo Simeone y el Vicente Calderón.
El técnico argentino espoleó al estadio con sus gestos para
animar a su equipo en el octavo penalti, y la magia de un enfervorizado
Calderón frustró la pena máxima de Narsing.
Juanfran era el encargado de entrar en la historia
rojiblanca, para bien o para mal. Su disparo al lado diestro le hizo ser el
'niño' del Calderón por un día. El lateral derecho, de penalti, metió al
Atlético en los cuartos de final por tercera temporada consecutiva, y el sueño,
el sueño sigue en pie.
Hace justo un año, el Atlético tenía que remontar un 1-0
ante el Bayer Leverkusen en los octavos de final de la Champions. Mario Suárez
anotó el tanto de la igualada en el Calderón, pero el partido fue fluyendo
hasta una inevitable prórroga, y unos penaltis para la historia.
En el partido en el que Moyá se lesionó, Oblak se hizo
grande y paró el primero de Hakan Calhanoglu. Raúl García también erró, pero
Torres marcó el quinto y la pelota estaba en el tejado alemán.
Kiessling, otro delantero como Narsing, lanzó la pelota a
las nubes y el Atlético se metió en cuartos.