miércoles, 16 de marzo de 2016

LA MARAVILLOSA AGONÍA DE LOS PENALTIES

Julio Candela

Ser del Atlético de Madrid implica estar preparado para sufrir, y el partido de octavos de final de la Champions League fue otra muestra de ello. Hace justo un año, los rojiblancos vencían en la tanda de penaltis al Bayer Leverskusen y pasaban a cuartos de final, este martes la hazaña ha sido pareja, pero todavía más agónica.

Tras un duelo sin goles, el partido se fue directo al punto fatídico. Empezó el PSV lanzando, y con él Van Ginkel. Gol, y respuesta de Griezmann que envió el balón al fondo de la red.

Guardado puso el 2-1 engañando a Oblak, mientras que Gabi llevó el agobio a los corazones atléticos al marcar, pero viendo como el guardameta rival rozaba la pelota.

En el 3-3, Pröpper fue el que a punto estuvo errar la pena máxima y Koke el encargado de anotar sin problemas.

Parecía que los porteros no serían capaces de detener un disparo, y así fue durante toda la tanda. Tras el 5-5, con Torres anotando el último disparo del Atlético, llegó la muerte súbita.
Lestienne y Giménez engañaron a los cancerberos por la derecha. Oblak se quedó en el medio de la portería buscando parar el séptimo, pero Arias no cayó en la trampa y consiguió el gol. Filipe marcó con más suspense, y ahí aparecieron el Cholo Simeone y el Vicente Calderón.

El técnico argentino espoleó al estadio con sus gestos para animar a su equipo en el octavo penalti, y la magia de un enfervorizado Calderón frustró la pena máxima de Narsing.
Juanfran era el encargado de entrar en la historia rojiblanca, para bien o para mal. Su disparo al lado diestro le hizo ser el 'niño' del Calderón por un día. El lateral derecho, de penalti, metió al Atlético en los cuartos de final por tercera temporada consecutiva, y el sueño, el sueño sigue en pie.

Hace justo un año, el Atlético tenía que remontar un 1-0 ante el Bayer Leverkusen en los octavos de final de la Champions. Mario Suárez anotó el tanto de la igualada en el Calderón, pero el partido fue fluyendo hasta una inevitable prórroga, y unos penaltis para la historia.

En el partido en el que Moyá se lesionó, Oblak se hizo grande y paró el primero de Hakan Calhanoglu. Raúl García también erró, pero Torres marcó el quinto y la pelota estaba en el tejado alemán.

Kiessling, otro delantero como Narsing, lanzó la pelota a las nubes y el Atlético se metió en cuartos.