Julio Candela
El Real Madrid no se cansa de ganar títulos. Después de los
malos resultados cosechados en pretemporada, el conjunto blanco venció en su
primer partido oficial al Manchester United de Mourinho para proclamarse
supercampeón de Europa por segundo año consecutivo. Casemiro adelantó a los
suyos en la primera parte e Isco amplió la ventaja nada más comenzar la
segunda, trasformando en goles el dominio sobre su rival. Lukaku recortó
distancias aunque no se vio a un United capaz de arrebatarle una Supercopa más
al Madrid de Zidane.
El United sorprendió de inicio al Madrid con su disposición
táctica pero con el paso de la primera parte el conjunto de Zidane se hizo
dueño y señor del choque hasta tal punto de monopolizar la posesión y encerrar
al rival en su campo. La defensa con tres centrales y dos carrileros diseñada
por Mourinho hizo dudar al principio a los jugadores blancos que sufrieron en
defensa con balones largos dirigidos hacia Lukaku. En uno de ellos Mkhitaryan
aprovechó para internarse hacia el área pero se dejó caer tras echarse el balón
largo y árbitro no picó el anzuelo del armenio.
Más asentado en el campo, el conjunto blanco empezó a
dominar sin complejos, elaborando largas jugadas y dejando al Manchester sin
argumentos, encerrado en su campo y sin capacidad de dar tres pases seguidos.
En la fiesta madridista apareció un invitado inesperado. Casemiro protagonizó
las dos ocasiones más claras para los suyos en la primera mitad. En una
estrelló un cabezazo al larguero y en la segunda remató al fondo de las mallas
un preciso centro colgado por Carvajal. El centrocampista brasileño hacía justicia
al gran primer tiempo del equipo de Zidane.
El Madrid amplió la ventaja nada más comenzar la segunda
mitad gracias al gol de Isco, que definió con tranquilidad en el mano a mano
con De Gea después de combinar una magnífica pared con Bale. El campeón de la
Liga de Campeones estaba mostrando su superioridad y Mourinho debía cambiar
algo si quería tener con opciones de disputar la Supercopa. El técnico
portugués dio entrada a Rashford y Fellaini, los dos atacantes fueron un soplo
de aire fresco para los ingleses porque con ellos el equipo subió la línea de
presión y empujó en ataque con balones directos. Fue Lukaku quien materializó
ese cambio en el guión del partido. El delantero belga sólo tuvo que empujar el
balón para recortar la distancia tras un rechace concedido por Keylor Navas al
tiro de Matic.
Con el nuevo marcador y la necesidad del United de ir al
ataque, el partido se abrió y se vieron más jugadas de peligro. Fue el momento
de los porteros, tanto De Gea como Keylor se lucieron para medir su respectivo
nivel, muy alto en ambos casos. El costarricense repelió con reflejos un
disparo de Rashford que podía haber supuesto el empate y la complicación del
primer título de la temporada.
El Madrid también dispuso de varias ocasiones hasta el final
del encuentro, una de las más claras la tuvo el recién entrado Asesnsio pero De
Gea se estiró para desbaratar el que podía haber sido el gol de la sentencia.
Cristiano Ronaldo jugó unos pocos minutos para dejar claro que está de vuelta y
que sigue siendo el referente en ataque de su equipo aunque en tan poco tiempo
no puedo llevarse su gol. Al final, el Madrid volvió a cosechar un título más
para las vitrinas del museo del Bernabéu, un título de prestigio ante un
prestigioso rival que sirve para dejar atrás las dudas de pretemporada y
encarar con confianza la nueva temporada que comienza.