martes, 7 de diciembre de 2010

RUSIA Y QATAR DOS RETOS

José Antonio Montoya

Rusia y Qatar son los países elegidos por la FIFA este jueves como sedes de los Mundiales que seguirán a Brasil 2014. En una reunión marcada por las acusaciones de corrupción de varios miembros del Comité Ejecutivo, la candidatura Ibérica se quedó a las puertas de albergar el mayor acontecimiento deportivo del mundo.

Siendo dos de las mayores potencias económicas del planeta, que aún tengan menos del diez por ciento de las instalaciones construidas no ha sido un problema a considerar. A partir de ahora, disponen de 8 y 12 años respectivamente para convertir en realidad lo mostrado en sus proyectos.

La candidatura rusa propone albergar los partidos de fútbol en trece ciudades repartidas por su parte europea. Desde Kaliningrado, en el enclave ruso entre Polonia y Lituania, hasta Ekaterimburgo, capital de la región de los Urales. Más de 2.500 kilómetros entre ambas ciudades y distintos husos horarios que aún no tienen conexión de alta velocidad ni aeropuertos del gusto de la FIFA, cuyo informe destacó de manera negativa este apunte.

El plan del Primer Ministro ruso, Vladimir Putin, es enlazar Moscú con algunas de las sedes mediante alta velocidad antes de 2018 y construir nuevos aeropuertos. El propio Putin aseguró en Zúrich que el estado invertirá más de 10.000 millones de euros en mejorar las infraestructuras y construir 13 estadios nuevos, ya que en la actualidad sólo dispone de uno con las especificaciones que determina el máximo organismo futbolístico.

Al contrario que Qatar, el clima no será un problema en la cita de 2018. La totalidad de las sedes se encuentran en la zona europea de Rusia y ninguna de ellas, por decisión del comité, está cerca de la conflictiva región del Cáucaso, a pesar de la tradición futbolística de su población.

Durante la duración del campeonato del mundo de fútbol de 2022, Qatar será literalmente invadido por los turistas que se desplazarán a apoyar a sus selecciones. La población, que en la actualidad ronda las novecientas mil personas, podrá ver como 450.000 extranjeros (es un dato orientativo que se corresponde con el número de turistas que visitaron Sudáfrica en la última edición) llegan a un país con un tamaño cincuenta veces más pequeño que España.

El director de la candidatura, el jeque Mohammed bin Hamad Al-Thani se apresuró a desmentir varios estereotipos de los que habían sido acusados nada más conocer que se convertirían en el país organizador. "Uno de esos estereotipos era que en Qatar hace mucho calor, ha habido campeonatos en otros lugares con las mimas temperaturas que hace en Qatar y nadie se ha quejado", afirmó. "Otro de los temas recurrentes es que las mujeres en Oriente Medio están discriminadas. Quiero anunciarles que próximamente se establecerá la liga de fútbol femenino qatarí", agregó Al-Thani.

El cuanto al problema de calor, los 12 estadios de la candidatura contarán con un innovador sistema de refrigeración que les permitirá rebajar 20 grados la temperatura exterior. Además, debido a que una vez concluya el torneo no hay necesidad de tener tanta capacidad, cada uno de los coliseos se desprenderá de la mayor parte de las gradas, que irán destinadas a crear nuevas instalaciones deportivas en países en vías de desarrollo.