Habrá semifinales de Copa de Europa entre Real Madrid y Barcelona nueve años después tras la eliminación del Tottenham y Shaktar respectivamente
Antonio Blanca
Será como un “playoff” de baloncesto, una final de la NBA, a cuatro partidos, aunque evidentemente no será determinante el obtener más victorias en la serie. El mundo se paralizará ante los acontecimientos que nos esperan entre Barcelona y Madrid con Valencia como gran invitada para albergar la final de la Copa del Rey. De aquí al 3 de mayo no se hablará de otra cosa, y según se produzcan las batallas así se irá narrando la historia y el futurible devenir de los acontecimientos.
El colofón lo pondrá la eliminatoria de la Champions League, que en esta edición de 2011 tendrá como finalista a un representante del fútbol español, o Barcelona o Real Madrid. Duelo entre los dos equipos grandes de nuestro fútbol, para dilucidar quién estará el 28 de mayo en Londres intentando llevarse la joya de la corona, la “Cuarta” o la “Décima”. Es la final anticipada, pero a doble partido, y tal y como se presenta el Barça parte con ventaja.
Messi llega en estado sublime, Ronaldo se está reencontrando con el gol. Casillas y Valdés andan muy parejos, siempre con el plus favorable al madridista al ser un para imposibles. El medio campo, superioridad culé, la defensa muy igualada, la delantera otra parcela en la que las fuerzas se reparte de modo equitativo. Y como olvidar el aliciente José Mourinho. En la ciudad condal no han olvidado que el portugués les birló el sueño de optar a ganar la Copa de Europa en territorio enemigo, el Santiago Bernabéu.
Quien primero venza tendrá gran parte del camino psicológico realizado. Se llevará un impulso moral importantísimo para encarar los demás partidos. El preludio el sábado en liga, para darle algo de aliento al Madrid en su pugna por el campeonato, o para elevar a los altares al imparable Barça de Guardiola.
Luego llegará al Copa del Rey y la final 21 años después entre culés y merengues. El último choque se lo llevaron los catalanes. Que encarrilan cinco victorias consecutivas contra el Real Madrid, que tiene complejo de inferioridad ante el Barça, en los últimos días demasiado crecido, que si “manitas”, victorias por 5-0, títulos del Madrid en blanco y negro… las provocaciones al rival se terminan pagando, Guardiola lo sabe, y por eso no le ha gustado ni gusta ni un pelo el ambiente eufórico que se vive en Barcelona de cara al maratón de “clásicos”.
El espectáculo va a comenzar, el fútbol español y continental en liza. Tomen asiento, preparen emociones y corazones, que los Madrid-Barça más continuos de la historia aquí llegan. Se busca coronar al equipo rey, con permiso de Manchester y Schalke 04.