jueves, 28 de abril de 2011

MESSI Y STARK PONEN RUMBO A LONDRES

Brillante actuación del crack argentino en la ida de las semifinales de la Copa de Europa junto con una actuación perjudicial del colegiado alemán que acercan al Barcelona a la final

Antonio Blanca

Lo mejor del partido afortunada o desgraciadamente fue la posterior rueda de prensa de Mourinho. Genial, en estado puto, soltando verdades como puños. Estoy de acuerdo en casi todo lo que dijo. Casualidades de la vida o no, al Barça los colegiados, esa grey que viste de funesto negro, presagio de sus actuaciones, tanto en Liga española como en Europa le benefician. No digo con ello que lo que han logrado sea por los árbitros, faltaría más, pero sí que cuando peor lo pasan (véase segundo tiempo mejores momentos del equipo blanco), aparecen para echar una mano clara, que no “manita”. No es lo mismo jugar contra once que contra diez. Y en eso el Barcelona frente al Madrid ya está tomando experiencia, puesto que incluso en la final de la Copa del Rey, los merengues han terminado todos sus partidos con un hombre menos.

Se quejaba Guardiola, antes de la designación oficial por parte de la UEFA del colegiado para ayer, Proença, portugués, que por declaraciones o no del míster culé no pitó. Sí lo hizo Wolfang Stark, alemán y declarado admirador de Leo Messi. ¿Quién no admira a este talento? Pero un juez ha de ser imparcial, y pedirle la camiseta a un jugador al que has arbitrado me resulta poco objetivo. A lo mejor tengo un rasero excesivo, como lo tuvo Stark con Pepe, al que mostró una roja rigurosísima que volteó la eliminatoria. Salvo milagro, que no se producirá en el Camp Nou, el Barça irá a Londres, 19 años después para casi al cien por cien erigirse en campeón de Europa.

Buen primer tiempo del Barcelona ayer en el Bernabéu. Segundo tiempo calmado a raíz de esa decisión favorable a sus intereses, la expulsión de Pepe, el castigador del ataque culé. El hombre que él solo desbarataba cualquier intento de ofensiva catalana. Stark lo echó, de paso adquirió aún más fama mandando a “Mou” a la grada. Con Pepe fuera de combate, el Madrid no tiró de arrebato, de noche europea de sabor loco, al contrario se desquició, como Ronaldo (jugó el peor partido de blanco). Aspavientos, desbarajustes, poca solidaridad, desorden… un guirigay que aprovechó Afellay para darle a Messi el primero. El segundo se lo fabricó el argentino solito aprovechando el pasillo de la defensa Real. El balón se lo quedó Puyol, la camiseta de Messi, tal vez Stark. Así la objetividad en el ejercicio de su profesión desde luego no puede ser tomada en consideración cuando se tiene tal grado de idolatría hacia una parte.

0-2 definitivo. Londres a noventa minutos. Un partido y una eliminatoria que como la de octavos de final de los años sesenta se recordará por el duro y mal arbitraje que sufrió el Madrid y que llevó al Barcelona a disputar la final de la Copa de Europa. Ahí queda eso.