jueves, 21 de febrero de 2013

IDA INESPERADA



Infaustos partidos de ida para los dos representantes de la liga española en la Champions League, Málaga y Barcelona cayeron derrotados a domicilio y tendrán que encomendarse a una remontada en sus campos

Antonio Blanca

Lo único positivo y esperanzador para los cuatro equipos españoles que juegan la Copa de Europa es que falta por disputarse el partido de vuelta de los octavos de final. Entre regular y mala ha sido la ida. Resulta que finalmente el Madrid (que a priori tenía un mal resultado) es quién mejor resultado ha obtenido y el que siempre hablando en hipótesis más factible tendría su clasificación, caso hipotético claro, porque jugarse la temporada en Old Trafford no es plato deseable para ningún equipo, si bien al Mou’s eleven le van este tipo de batallas.

El Málaga jugó el martes en Do Dragao ante el Oporto y perdió 1-0, y encima gracias, porque el conjunto de Pellegrini escogió un mal día para realizar el peor partido de la temporada. El gol lo anotó Moutinho. El conjunto portugués mereció mucho más, pero las paradojas son lo que tiene el fútbol, el tanto del Oporto no tendría que haber subido al marcador, el mediocampista estaba en fuera de juego en el momento del remate. Aún con estas desde el equipo andaluz nadie ha montado una llantina. Todos han aceptado su mala actuación y ahora les queda encomendarse al doce de marzo en la Rosaleda para seguir manteniendo vivo el sueño, Málaga quiere cuartos, poder puede, pero si juega como la ida… Mejor ni pensarlo.

Por muy buen equipo que seas, a sabiendas que eres muy superior a tu rival, no se puede salir a un campo pensando que la eliminatoria está casi resuelta. Vender la piel del oso antes de cazarlo puede ponerte la cara como un tomate y hacer peligrar tu continuidad en la Liga de Campeones. El Barça estuvo gris en San Siro. Messi no apareció y el equipo de Roura lo acusó con creces. 2-0 venció el Milan de Allegri contra todo pronóstico al gran favorito para conquistar el cetro europeo. Sorpresa mayúscula, pero el Barcelona olvidó que el Milan es un clásico y estos equipos tienen más vidas que un gato. Al conjunto culé les queda la vuelta para la machada y para no dejar la temporada coja de su principal pilar a las primeras de cambio. Seguro que no habrá tal exceso de confianza en el Camp Nou en la vuelta. Capacidad de sobra hay, pero que no se olviden que el Milan también juega.