Carlos de Blas
El Real Madrid se impuso con contundencia
al FC Barcelona por 1-3, con una exhibición plena en el Camp Nou, en la vuelta de la semifinal de
Copa del Rey, y ha conseguido su billete para la final gracias a sacar
el máximo provecho a sus armas, contraataque y jugadas a balón parado, y
ayudado por un apático Barça que volvió a estar negado en la búsqueda
del juego ofensivo y que ni inquietó a los de José Mourinho.
Como en Milán en Liga de Campeones, el Barça no fue sí mismo,
incapaz de encontrar la vía hacia su juego habitual, el que le ha
llevado por el camino del triunfo estos últimos años, y si en San Siro
se topó con el bus del AC Milan esta noche, ante su público, congelado,
volvió a hacerlo contra un Real Madrid que estuvo muy cómodo y más desde
el 0-1, y que maquilló al final con el 1-3.
Pese a que esta vez el banquillo blaugrana no tardó tanto en
empezar los cambios, no hubo un planteamiento distinto para intentar
sorprender a los blancos. Tuvieron el balón los culés, por la renuncia
del rival, pero fue el Madrid quien dio la sensación de superioridad y
de tener todo bajo su batuta, superiores en el aspecto táctico. No
hubieron grandes ocasiones, ni por un lado ni por el otro, pero hubo
unos que las aprovecharon.
Con todo el jugo exprimido por parte blanca, el paso de los
minutos asentó al Real Madrid en el Camp Nou, bien puesto atrás y con un
Varane que repitió su gran actuación de la ida en el Santiago Bernabéu y
volvió a marcar de cabeza. El joven central cerró la cuenta abierta
desde el punto de penalti por Cristiano Ronaldo (minuto 13) y continuada
por el portugués.
Tras una contra llevada por Di María, que encaró a un Puyol que se
fue al suelo, y pese a que Pinto desvió el remate del argentino, el
rechace cayó a un solitario Ronaldo que controló y marcó ante la
oposición de Alba y de un Pinto que no pudo llegar a tiempo tras su
primera intervención. Este gol fue el jarro definitivo de agua fría a un
Barça y un Camp Nou incapaces de remontar.
Así, buscando un poco ya el milagro pero sin que cuajaran las
ocasiones, llegó la sentencia de Varane a la salida de un córner.
Testarazo imparable a la escuadra izquierda de un Pinto superado. A
partir de entonces, Roura acabó con los cambios dando entrada a Thiago
para dar descanso a Xavi, más que para encontrar una reacción.
La sensación era clara, el resto de partido estorbaba a ambos. El
Madrid, pensando ya en el duelo clave de Liga de Campeones contra el
Manchester United, donde se juega su gran baza para esta temporada, y el
FC Barcelona con la intención de no verse más afectado en el marcador y
con ganas de hacer borrón y cuenta nueva.
No obstante, llegó el gol de la consolación. En una de las pocas
jugadas en que se usó la banda como apertura del campo y de un cerrado
Real Madrid, Iniesta encontró por alto a Jordi Alba tras una internada
del lateral internacional español, que batió con un disparo cruzado a un
Diego López que el poco trabajo que tuvo lo hizo bien, con la única
excepción de no poder detener este disparo con el que los blaugranas
maquillaron el marcador final. El Real Madrid, en uno de sus mejores
partidos en el Camp Nou, espera ya rival para la disputa por el título,
que ya no podrá defender el FC Barcelona.