jueves, 25 de abril de 2013

NI EN SUS PEORES PESADILLAS



Penosa actuación de Barcelona y Real Madrid en los partidos de ida de las semifinales de la Champions League en su visita a Alemania

Antonio Blanca

Ni ellos mismos lo esperaban, ni ellos se lo creían. Realmente ni sus rivales esperaban esos resultados, 4-0 el Barça en Múnich, 4-1 el Madrid en Dortmund. Ni el más optimista de los aficionados teutones pensaba que el jueves la Bundesliga iba a gozar de una final europea de Liga de Campeones el 25 de mayo en Londres. Tal vez, no me planteo ese panorama, pero puede que me coma estas letras dentro justo de una semana. Insisto, no lo creo. Ha sido tan superior, tan brutales los repasos futbolísticos y físicos de Bayern de Munich y Borussia a Barcelona y Madrid respectivamente, que no creo en ninguna de las dos remontadas. La del equipo culé utópica, la de los blancos casi imposible, de milagro ambas y viendo lo ocurrido sobre los dos césped, Allianz Arena y Signal Iduna Park, no puedo contemplarlo.

El Barcelona que jugó con diez, puesto que Messi estuvo presente en el campo solo para hacer bulto, el argentino no estaba para disputar un partido del nivel de unas semifinales de Copa de Europa, desarrolló uno de sus peores partido en el último lustro. Horribles en defensa, peor en ataque. Superados por mar, tierra y aire por un Bayern agresivo desde el primer minuto. Heynckes se va a ir porque injustamente lo han echado, pero antes puede dejar a los de Baviera como campeones de Copa alemana, Copa de Europa y la ya conquistada Bundesliga. Los alemanes arrasaron a los de Vilanova. Robben, Mario López, Muller hicieron diabluras y dejaron al Barça con todas sus vergüenzas al aire. Xavi lo reconoció, fueron muy superiores. En el fútbol de todo puede pasar pero que el Barcelona esté en la final de Wembley a día de hoy es tan difícil como que mañana nos invada una nave espacial con alienígenas cargados de armas hasta las cejas, si es que las tienen.

A la humillación catalana del martes, le siguió la de Dortmund el miércoles. 4-1, los cuatro de Lewandowski. Un baño con todas las letras del equipo de Klopp al de Mourinho. Sin aptitud ni actitud deambularon los merengues ante un rival que esta temporada les tiene más que tomada la medida, les embute los trajes. Pudieron ser más goles si no es por Diego López, el mejor del Madrid en el partido junto con Ronaldo, el de siempre. Gracias a su gol el Real puede pensar en una épica remontada de las de hace 30 años en el Bernabéu, espoleados por el “espíritu de Juanito”. En estos lares el Madrid se mueve como ningún otro equipo, pero un 3-0, después de lo visto anoche y sin contar con que el Borussia haga al menos uno se antoja casi imposible. Los guerreros de “Mou” tendrán que poner casta y raza a raudales, jugar casi el partido de su vida para intentar meterse en una final que les permita pelear por la Décima. Creer es poder, y desde hoy la operación psicológica tiene que empezar.

La solución la tendremos el 1 de mayo sobre las diez y media de la noche. Apuesten, yo lo veo claro, 25 de mayo, final Champions League, Bayern Munich-Borussia Dortmund.