Penosa
actuación de Barcelona y Real Madrid en los partidos de ida de las semifinales
de la Champions League en su visita a
Alemania
Antonio Blanca
Ni
ellos mismos lo esperaban, ni ellos se lo creían. Realmente ni sus rivales
esperaban esos resultados, 4-0 el Barça en Múnich, 4-1 el Madrid en Dortmund. Ni
el más optimista de los aficionados teutones pensaba que el jueves la
Bundesliga iba a gozar de una final europea de Liga de Campeones el 25 de mayo
en Londres. Tal vez, no me planteo ese panorama, pero puede que me coma estas
letras dentro justo de una semana. Insisto, no lo creo. Ha sido tan superior,
tan brutales los repasos futbolísticos y físicos de Bayern de Munich y Borussia
a Barcelona y Madrid respectivamente, que no creo en ninguna de las dos
remontadas. La del equipo culé utópica, la de los blancos casi imposible, de
milagro ambas y viendo lo ocurrido sobre los dos césped, Allianz Arena y Signal
Iduna Park, no puedo contemplarlo.
El
Barcelona que jugó con diez, puesto que Messi estuvo presente en el campo solo
para hacer bulto, el argentino no estaba para disputar un partido del nivel de
unas semifinales de Copa de Europa, desarrolló uno de sus peores partido en el
último lustro. Horribles en defensa, peor en ataque. Superados por mar, tierra
y aire por un Bayern agresivo desde el primer minuto. Heynckes se va a ir
porque injustamente lo han echado, pero antes puede dejar a los de Baviera como
campeones de Copa alemana, Copa de Europa y la ya conquistada Bundesliga. Los alemanes
arrasaron a los de Vilanova. Robben, Mario López, Muller hicieron diabluras y
dejaron al Barça con todas sus vergüenzas al aire. Xavi lo reconoció, fueron
muy superiores. En el fútbol de todo puede pasar pero que el Barcelona esté en
la final de Wembley a día de hoy es tan difícil como que mañana nos invada una
nave espacial con alienígenas cargados de armas hasta las cejas, si es que las
tienen.
A
la humillación catalana del martes, le siguió la de Dortmund el miércoles. 4-1,
los cuatro de Lewandowski. Un baño con todas las letras del equipo de Klopp al
de Mourinho. Sin aptitud ni actitud deambularon los merengues ante un rival que
esta temporada les tiene más que tomada la medida, les embute los trajes. Pudieron
ser más goles si no es por Diego López, el mejor del Madrid en el partido junto
con Ronaldo, el de siempre. Gracias a su gol el Real puede pensar en una épica
remontada de las de hace 30 años en el Bernabéu, espoleados por el “espíritu de
Juanito”. En estos lares el Madrid se mueve como ningún otro equipo, pero un
3-0, después de lo visto anoche y sin contar con que el Borussia haga al menos
uno se antoja casi imposible. Los guerreros de “Mou” tendrán que poner casta y
raza a raudales, jugar casi el partido de su vida para intentar meterse en una
final que les permita pelear por la Décima.
Creer es poder, y desde hoy la operación psicológica tiene que empezar.
La
solución la tendremos el 1 de mayo sobre las diez y media de la noche. Apuesten,
yo lo veo claro, 25 de mayo, final Champions
League, Bayern Munich-Borussia Dortmund.