Jordi Grimau
El Atlético de Madrid y el Barcelona
empataron (1-1) en el partido de ida de la Supercopa de España disputado
entre este miércoles y el jueves en el Vicente Calderón con goles de
los fichajes estrella de este verano para cada equipo, David Villa, para
los rojiblancos y ante su exequipo, y de Neymar para los azulgranas,
con lo que el primer título del año llegará más que vivo al Camp Nou.
El primer trofeo en juego enfrentaba a dos equipos con un comienzo
fulgurante, viniendo de una goleada de escándalo los del 'Tata' Martino
y de un victoria en un campo difícil como el Sánchez Pizjuán los
colchoneros. En busca de su segunda Supercopa de España, los del
'Cholo', especialista en finales, impusieron una intensidad en su juego
que los azulgranas no supieron contrarrestar en la primera mitad, pero
con la entrada de Cesc en la segunda mitad y Neymar lograron igualar la
contienda, manteniendo el suspense hasta la vuelta dentro de siete días
en el Camp Nou.
Desde el comienzo se vieron las intenciones de unos y otros. El
balón era para el Barcelona que movía de lado a lado, pero la ordenada
defensa rojiblanca cortaba sin dejar resquicios. Y cada robo creaba
peligro, con un Diego Costa que siempre supone un quebradero de cabeza
para las defensas rivales, y con un extramotivado Villa, con hambre de
venganza y de reivindicarse ante el equipo que le hizo hacer las maletas
este verano.
Y con esa fórmula llegó el primer gol, en una contra de manual,
como mandan los cánones, que comenzó Villa con una pared perfecta con
Arda Turan, quien colgó el balón para que el asturiano rematase de volea
al fondo de las mallas, inalcanzable para Valdés. La venganza empezaba a
tomar forma.
El gol no cambió ni un ápice el plan inicial del Atlético, si
acaso lo reforzó, y el balón comenzó a ser más descaradamente del
Barcelona. Pero la posesión no se transformaba en ocasiones y tan solo
Messi desde fuera del área tuvo la oportunidad de igualar el marcador,
pero su rabioso disparo se fue desviado. Las faltas y el juego trabado
impidieron que el fútbol fluyese hasta que se llegó al descanso.
Si ante el Levante sorprendió Martino cambiando a Leo Messi en la
segunda mitad, esta vez lo hizo aún más dejándolo en el vestuario en el
descanso. Cierto que el '10' no estuvo como tal, pero la locura del
técnico no fue tanta. Poco después, el club culé comunicó que el cambio
se debió a una contusión del argentino. Cesc entró en su lugar ocupando
la misma posición de falso '9', pero con la clara intención de ayudar en
un centro del campo azulgrana que no lograba imponer su sello,
superados por Mario Suárez y Gabi.
Tras un cuarto de hora en el que el Barça seguía sin dar en la
tecla, el técnico argentino del Barça se decidió a dar entrada a Neymar.
Y aunque el Atlético logró alguna otra tímida ocasión, el brasileño no
perdonó en la primera que tuvo. Xavi y Alves combinaron en la frontal y
el balón colgado finalmente por el segundo lo remató picado de cabeza en
el segundo palo Neymar, adelantándose a un despistado Juanfran y
anotando su primer tanto oficial (1-1).
El empate sentó como un jarro de agua fría a los
rojiblancos, mientras que el Barcelona comenzó a firmar los mejores
minutos de juego de todo el partido. Sin embargo, no se amilanó Simeone
ante la superioridad azulgrana, con la 'senyera' esta vez, o quizá
motivada por ésta, metió en el campo a jugadores ofensivos como Óliver
Torres, Baptistao y 'Cebolla' Rodríguez.
Pese a su atrevimiento, siguió entregándole el balón al Barcelona
de su compatriota Martino, y cada vez más cerrados en busca de que
pasasen los minutos, o buscando una contra que finalmente no llegó, por
lo que se firmaron tablas en la ida, dejando la eliminatoria totalmente
abierta para la vuelta, dentro de siete días en el Camp Nou.