lunes, 8 de septiembre de 2014

TROPEZAR EN LA MISMA PIEDRA


El presidente del Real Madrid repite situaciones ya vividas en el madridismo tras la conquista de la Novena Copa de Europa que acabaron con su dimisión meses después

Antonio Blanca

La victoria conduce muchas veces a la relajación no sólo en el caso de futbolistas y entrenadores, sino también en el de presidentes y juntas directivas. Algo así se podría decir que ha ocurrido en el Real Madrid este verano, el primero tras la conquista de la Décima. ¡Por fin! Doce años después llegó el tan ansiado título de Champions League.

Un hecho que puede guardar relación con el viraje dado por Florentino Pérez en su forma de proceder en lo que respecta a asuntos deportivos. El mandatario blanco ha pasado de seguir al pie de la letra las instrucciones del entrenador, tal y como hizo durante el periodo en que José Mourinho ocupó el banquillo local del Santiago Bernabéu o en el primer año de Carlo Ancelotti como técnico merengue, a recuperar actitudes pasadas quizá poco recomendables. Comienza a recordar al de la era de los galácticos, también en lo malo.

Resulta inevitable establecer un paralelismo entre las salidas del Real Madrid de Claude Makelele y Ángel Di María, ambas permitidas por el actual presidente en su primera y segunda etapa al frente de la entidad, respectivamente. Las dos se produjeron por idénticos motivos: sensación por parte de los futbolistas de no sentirse lo suficientemente valorados y petición de aumento salarial no satisfecha. La del francés de origen congoleño afectó negativamente al equipo, que quedó descompensado, allá por el año 2003. Ahora, en 2014, la del argentino apunta a provocar una situación parecida.

A priori el conjunto blanco podría haber perdido potencial con respecto a la anterior temporada. Puede o debe pensarse que cuando un equipo es campeón de Europa, lo lógico es tener continuidad, y el cambio perpetrado este pasado agosto, Di María fuera, fichaje de James Rodríguez a día de hoy sigue sin entenderse. Dos futbolistas muy distintos, parece que el Madrid ha salido perdiendo.

Los traspasos de Di María al Manchester United y Xabi Alonso al Bayern Munich se produjeron en contra de la voluntad de Ancelotti, que deseaba seguir contando con ellos en plantilla. Algo que no es nuevo en el Madrid.

No es que el presidente fiche solo por mantener una política de marketing y de venta de camisetas, lo que se ha fichado ni mucho menos son medianías, solo que se salen del estilo de éxito encontrado por Ancelotti y que pueden dejar el equipo corto para afrontar tres competiciones al máximo nivel.

Buena parte del madridismo clama contra las ventas realizadas por el Real Madrid. Ángel Di María y Xabi Alonso, especialmente, eran figuras representativas de trabajo y sacrificio, aparte de calidad, dentro del grupo. Sin embargo, hay quien argumenta que los movimientos realizados en el mercado estival esconden un trasfondo que apunta a un cambio de estilo de juego. Jugar más entre líneas y mandar en los partidos.

La marcha de Claude Makelele, comentada anteriormente, no fue la única que se produjo en el Real Madrid en verano de 2003. Vicente del Bosque y Fernando Hierro, dos símbolos del club merengue, tomaron la puerta de salida junto al centrocampista defensivo francés de origen congoleño, justo en el ecuador de la era de los galácticos.

Estas polémicas decisiones coincidieron, además, con el aterrizaje en el Santiago Bernabéu del interior diestro inglés David Beckham, previo descarte de acometer una operación por Ronaldinho Gaúcho, quien finalmente marcaría una época en el eterno rival, el Barcelona. Todo esto tuvo lugar en la primera etapa de Florentino Pérez como máximo mandatario de la entidad de Chamartín.

La segunda comenzó con la llamada superproducción que condujo a Cristiano Ronaldo, Ricardo Kaká, Xabi Alonso y Karim Benzema directamente al vestuario madridista. Por contra, Manuel Pellegrini, el entrenador entonces, se quedó sin dos futbolistas a los que hubiera querido dirigir: Arjen Robben y Wesley Sneijder.

Florentino Pérez, que ha dado y da mucho y bueno al Real Madrid, también comete errores. Así fue en la era de los galácticos y hay un alto porcentaje de probabilidades de que ahora sea así de nuevo. A día de hoy, Carlo Ancelotti, en su segundo curso al frente del conjunto de la capital de España, empieza de cero de nuevo su búsqueda del equilibrio.