Otro batacazo más de la albiceleste comandada por el ‘10’ del Barcelona que sigue sin lograr un título con su país
Antonio Blanca
La derrota de Argentina el pasado sábado en la final de la Copa América
corre a cuenta de Lionel Messi. Es la segunda competición continental que
pierde y aún está cercana la del Mundial de Brasil en 2014. En Argentina se
puso en los pies de Messi la conquista del título. Los medios rioplatenses que
le tienen ganas desde siempre, tienen divertimento para llorar su derrota. En
España la mayoría de los medios también van a cargar sobre sus espaldas la
derrota. No hay piedad con los vencidos. Y menos, cuando el estandarte está en
manos de un jugador. Y aquí, del Barça.
Para los argentinos importa poco que Higuaín lanzara su penalti a las nubes.
En Buenos Aires lo de menos fueron los errores de éste y Banega. Lo poco
brillante del conjunto albiceleste lo hizo Messi, pero fue insuficiente. Su
mejor jugada no acabó en gol por error del delantero del Nápoles.
Argentina creía que con Messi se iba a recuperar la imagen de campeones. La
que tuvieron con Diego Armando Maradona. Los aficionados argentinos creyeron
firmemente que con Messi tenían bastante. Ese es el error. El equipo actual
carece de jugadores creadores, ni siquiera defensivamente es fuerte. Por los
laterales llegaban los contrarios con facilidad. En el centro de la cancha los
chilenos, más aguerridos, y de condición técnico similar se impusieron y su
consigna fue impedir que Messi participara.
La teoría de anular a Messi no fue solo chilena. También el “Tata” Martino,
sin darse cuenta, colaboró a ello cuando decidió que su equipo practicara el
patadón largo, a lo que nunca ha sabido jugar. La historia del fútbol argentino
está basada en los conceptos de ilustres antecedentes. La actual albiceleste no
está para grandes triunfos.
Menosprecian a Messi y se permiten añadir que su juego es bueno para España,
pero no para Argentina. Olvidan que en el Barcelona hay futbolistas de
auténtica élite mundial. La que Argentina no tiene en su selección.