Por
sorpresa y afrontando una situación difícil, el llamado a ser futuro entrenador
el Real Madrid ha accedido al cargo antes de lo esperado
Antonio Blanca
“Lo
importante es jugar al fútbol y mi trabajo se basará en intentar jugar desde atrás,
llegar rápido al campo contrario y tener la posesión del balón”. En pocas
palabras, Zinedine Zidane ya ha definido lo que quiere que sea su Real Madrid.
Pelota en los pies de los jugadores, transiciones veloces y salida con el balón
jugado. Todo con la idea de construir y no destruir.
Esa
es la hoja de ruta que se ha marcado Zizou para el reto mayúsculo que se le
viene, el de hacer un buen papel con un Real Madrid sumido en la esquizofrenia,
que acaba de liquidar a otro entrenador precisamente porque su juego no
transmitía, era ramplón, pobre en ocasiones, y tan ni siquiera práctico.
Zidane,
que solo tuvo buenas palabras para su predecesor Rafa Benítez, intentó que su
manera de ver el fútbol fuese materializada en el Castilla, el filial blanco
donde ha estado un curso y medio, su única experiencia como primer entrenador.
Y en el Castilla, en 2ª B, Zidane no ha terminado de convencer, al menos si nos
ceñimos a los resultados, auténtica guillotina en la Concha Espina.
El
otrora mariscal del césped, para los que han seguido al filial blanco, ha
buscado su estilo, algo que desea implantar en el Real Madrid, marcando
distancia con profesionales con los que trabajó como Mou o Ancelotti, pero el
equipo ha pecado en ciertas ocasiones de irregular, algo que precisamente ha
matado al ya extinto Madrid de Benítez, capaz de brillar unos minutos, y
desconectarse otros y tirar todo el trabajo por la borda.
Con
la tripleta Bale-Benzema-Ronaldo como elemento innegociable y el gusto por el
balón, sin renunciar a los contragolpes ni al repliegue defensivo cuando el
partido así lo exija, parece que puede ser el turno para jugones como Isco o
James, piezas no del gusto de Benítez, como ha quedado evidente, pero que sí
pueden encajar mejor con lo que quiere Zidane.
“El
trato seguramente será diferente al de los jugadores del Castilla porque son
jugadores experimentados y del Real Madrid. El mensaje para mis jugadores será
el mismo y se basa en el trabajo y en la intensidad que vamos a meter en cada
partido y en la ilusión meteremos en cada entrenamiento”. La comunicación será
clave también en la relación Zidane-plantilla. Con Benítez falló. O nunca
existió. Y esas fueron las primeras paladas de su fosa.